Parte 1 El Bosque

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Me siento distinto, raro si se quiere. Contemplo el cielo destellante en su luminosa agonía. La noche se despierta parsimoniosa mientras escucha mi agitada respiración. Por momentos entro en espamos constantes que no me permiten levantarme. Sigo en el suelo sin recordar mucho. La mente se me nubla en una batalla por los recuerdos. Giro la mirada y todo es oscuridad entre las sombras de los árboles. Una lucha, eso viene a mi mente, algo grande que se abalanzó, cayendo  juntos por la pendiente. Luego el vacío, la noche sin Luna en mi cabeza, oscuridad completa. Intento levantarme, me duele el cuerpo, en especial mi hombro. Impotencia total, me agito en esfuerzos por incorporarme; inútil, mi cuerpo es un maniquí sin hilos. Regresan los dolores. Siento un cambio constante en todo mi cuerpo. Pienso en alguna enfermedad, rabia quizá, un animal ponzoñoso que me filtró su muerte. Tengo miedo. Estoy solo y a kilómetros de mi casa. Este bosque siempre había sido mi escape del filtro urbano, hasta ahora. Tengo más preguntas y ninguna respuesta. Siento que mi cuerpo se agita. Una enorme sed me empieza a recorrer mi ser, como nunca antes, pienso en sangre y carne. ¿Qué era aquello? Siento un peso enorme entre mis dedos, no logro cerrar mis manos, las siento enormes. Al fin, de un salto me incorporo, la sorpresa da paso al horror. Mi altura se ha duplicado, no veo mi piel, quizá es la oscuridad de la noche, pero me tiento y siento un pelaje inesperado. Veo garras en mis extremidades. Me agito, lloro y trato de gritar, gritar todo lo que mis pulmones pueden expulsar. Un enorme aullido se escucha de mi prominente boca que desgarra mi alma. Ya no soy Pablo, soy un monstruo convertido por la noche. Corro hasta convertirme en uno con las sombras de la noche, me pierdo entre  sus lazos buscando muerte y desolación. 

Historias mientras escriboWhere stories live. Discover now