El lado oscuro-capítulo 12

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Me encuentro cerca de la oscuridad

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Me encuentro cerca de la oscuridad. Todo me envuelve en tinieblas, el lado oscuro está al alcance de mi mano. Creo que todos los humanos nos sentimos así en muchas partes de la vida y terminamos denominando aquello con diferentes nombres: pecado, oscuridad, deslice, caída, debilidad, conversión negativa, sombras.

La Oscuridad de pensamiento es sólo el cimiento de la acción, el pensamiento sacude la psiquis hasta los confines del universo pero no altera lo tangible, sólo lo sacude, crea vibraciones profanas de acercamiento hacia una eminente caída, pero todavía se pertenece a la luz si es nuestra decisión. La sombra me toca, acaricia mis dedos, trata de jalarme y me induce a crear imágenes constantes de perdición. Que fácil es pasar de años de mantenerse en el Nirvana a volverse un monstruo de la noche en un abrir y cerrar de ojos.

Cierro mi mente, pero es martillada y seducida por el lado oscuro. Mi alma es un manojo resquebrajado de indecisiones, agitaciones, controversias, dudas. La noche me envuelve en su capa silenciosa, no hay estrellas en este firmamento, sólo destellos vagos de insurrección de la luz. La calma es mi única arma, me devuelve mi armadura, vieja, oxidada, me recuerda que soy un guerrero en constante agonía por enarbolar una lucha titánica como soñador del amanecer. La esperanza es mi espada, el enfoque mi escudo. 

Pero estoy cansado, esa es mi debilidad, he luchado tanto que he descuidado el ser interno que se alimentaba de la lobreguez de un cuerpo sediento, de la podredumbre que reclama su trono en el vasto conglomerado urbano de lo humano. La carne es débil se dice, no lo creo, es el pensamiento. Nos condiciona, nos instruye, nos desliza como zombies, nos transforma sin saberlo a pertenecer a la carne, desligando el espíritu. Marionetas de este mundo, adheridos como moscas a un papel sumiso, conformista.

Siento en mi cuerpo la envoltura de las sombras, sólo es cuestión de tiempo. De su relatividad, segundos, días, meses, años. Mi deseo es que nunca, pero el reclamo de la oscuridad ha llegado, me ha buscado incesante, constante. Valoro su entrega, la determinación de reclamar lo que le pertenece. ¿Acaso no existe el libre albedrío? El ser de las tinieblas es mi decisión, pero no tengo el coraje para evadirlo. No tengo las fuerzas suficientes para apartarme hacia la luz.

Es tarde, ha tocado mi cuerpo, mancebo putrefacto e inerte. En pensamiento soy de las tinieblas, mis acciones se dividen, pero tengo esperanza, una loca esperanza de que la luz penetre, cambie mi juicio, cambie esta ecuación constante, profunda, arraigada, enraizada de volverme hacia el lado oscuro.

Historias mientras escriboWhere stories live. Discover now