Capítulo XVI

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Capítulo XVI

Aquella velada había salido a la perfección para Gianfranco y Darella, la confianza que empezaba a formarse entre ellos se fortalecía, haciendo que la estadía de la joven en aquella casa fuera un poco más cómoda para ambos. Sin embargo Gino y Marianna continuaban con su mal genio dominando lo que ellos denominaban su inusual relación, él no intentaría nada con ella, no en el sentido que todos pretenden ya que quiera o no sabía que la joven no se dejaría, además del hecho de que le parecía ser demasiado joven. Claramente sentía culpa por sentir atracción física por ella cuando ni siquiera había cumplido los dieciséis años. Sin embargo no podía alejarse, mucho menos cuando encontró otro tipo de diversión un poco más "sana" a su lado.

El día del primer baile de la temporada había llegado y con ello la presentación oficial como invitada de la casa De Rosa de Darella, por ello Giulia insistió en ir por un vestido para la joven, sería un regalo de parte de su futura suegra, además de que la mujer disfruta hacer este tipo de actividades con la joven pues en poco tiempo había ganado gran parte de su afecto. Ambas salieron temprano de la casa, pues debían ir a varios sitios antes del almuerzo, que por cierto compartirán como familia, debido a que tendrían el baile en la noche.

Carlo se tomo el día en la oficina, Gianfranco en cambio se encargó de algunos asuntos referentes al día en el club de equitación que le prometió a la joven, planeaba llevar allí al día siguiente. Gino por su parte estaba internado en la biblioteca, no porque quisiera leer precisamente, sino porque necesitaba calma para meditar sus ideas, sabía que esa noche vería nuevamente a la joven y que eventualmente serían el bocadillo de todos allí, al menos hasta que pase el rumor de la llegada de Darella. Se mantuvo al margen de la situación y alejado de la joven de manera un poco más sutil.

-Deberíamos probar un color un poco más subido, ¿No crees?- dijo la mujer mientras le pedían al encargado de la tienda que fuera por más vestidos.

Ambas mujeres estaban en un local muy exclusivo en busca de un vestido acorde con el evento al que asistirian, Giulia ya había escogido uno de color verde musgo muy elegante acorde con el gusto de la mujer, solo faltaba la joven.

-Creo que este podría ser-comentó la joven con una sonrisa amplia en el rostro, lucía un vestido azul apagado precioso, largo de escote recto, con los hombros al descubierto.

La mujer asintió con una sonrisa en el rostro y se llevaron los vestidos, sabía que la joven tenía que lucir excepcionalmente bella esa noche ya que muy pronto sería anunciada como la prometida de su hijo, tenía que ganarse al menos por los ojos a toda la sociedad de esa ciudad, aunque parece un asunto banal y poco importante, era todo lo contrario. Siendo familiares reales la aprobación del pueblo era esencial para ciertos aspecto y este era uno de esos.

Ambas fueron por una taza de té antes de seguir en busca de algunos accesorios para el cabello entre otras cosas, Giulia se la estaba pasando de maravilla, siempre quiso pasar esos momentos cuando tuviera una nuera y Darella se sentía encantada ya que nunca tuvo la oportunidad de pasar momentos así con su madre.

La noche llegó y con ello la preparación previa al baile, todos en la casa estaban bastante activos, los más relajados eran Carlo y Gino que simplemente estaban jugando una partida de ajedrez, Gianfranco estaba algo confuso en cuanto su traje, sabía que tenía uno para la ocasión pero no recordaba cuál. Giulia estaba acabando de arreglar su cabello, mientras que Darella apenas si comenzaba a vestirse, el vestido era un completo lujo, y le quedaba demasiado bien. Sin embargo estaba algo confusa en cuanto a cómo debía arreglar su cabello.

Gianfranco y Carlo estaban a punto de terminar una partida luego de que Gino perdiera la primera.

-Espero que ustedes estén realmente llevandose bien-comentó el hombre mientras pensaba en una jugada.

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