Cap 54

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—Tranquila, tal vez se pueda arreglar –murmuró James acercándose a mí con un pañuelo húmedo y pasándolo por la mancha, haciendo que esta se expandiera más.

—No, basta. ¡James lo estás dañando más!– inquirí un poco molesta.

—Lo siento, solo pretendía ayurdarte–se excuso y lo miré.

—Si, lo sé, siento haberte gritado– me disculpé –¿Puedes hacerme un favor?– él asintió – Necesito que vayas por mi maleta y qué me prestes un baño.

—Claro, al final de éste pasillo está un baño, pero estarás más comoda en los baños de algunas de las habitaciones; son más grandes, te llevaré a uno–solucionó y tomó mi brazo encaminadome a una de las habitaciones en el pasillo contrarío dónde estaba su habitación.–Usa lo que quieras, en el closep del baño hay toallas y si quieres ducharte hay jabones en barra y liquidos en las repisas del baño.

—Solo me quitaré el vestido.– puntualice y él asintió.

—Ok, vendré pronto, iré por tus cosas.– concluyó y salió de la habitación cerrando la puerta a sus espaldas, me senté un momento en la cama hasta que oí la puerta principal abrirse y luego cerrarse.

Mire mi vestido de nuevo, había una enorme mancha oscura en el torso y parte de la falda, me lo quite quedando sólo con el brasier de encaje negro y bragas a juego. Me introduje al baño de la habitación, para ver sí podía hacer algo por mi vestido.

Metí el vestido al lavamanos para que se remojara un poco mientras buscaba en el interior de las repisas jabón para restregar en la mancha. Cuando encontré uno líquido heche un poco del contenido en el área más afectada y empecé a restregar pero nada, la mancha no cesaba.

Me rendí cuando llevaba al rededor de cinco minutos restregando y no veía resultado, así que enojada conmigo misma por la torpeza me pegué con las palmas de las manos en las mejillas dejándolas rojas. Me heche agua en la cara y luego me la sequé con una toalla.

Saqué el vestido del lavamanos y lo esprimí para luego tirarlo al cesto de basura.

Cuando salí del baño, James estaba entrando a la habitación con mi maleta, cuando me miró abrió los ojos sorprendido y fue cuando caí en cuenta que estaba desnuda y me abrece en un tonto intento de cubrirme.

—Deberías salir.– dije pero él se quedó allí mirándome tenso, de pronto empezó a acercarse hasta quedar a sólo centímetros de mí.

—Luce, sé que iríamos de apoco, pero no me puedes pedir eso justo ahora– susurró tan cerca de mí que su aliento chocaba con el mío llenándome de excitación ante sus palabras, su cercanía y él calor que amenaba su cuerpo.

—James..._ intenté decir algo pero antes que me diera cuenta ya su lengua se debatía por abrirse pasó hacía mi boca.

Le concedí la petición cuando sus dientes aprisionaron mi labio inferior y sin poder evitarlo gemí sintiéndo su cálida lengua adentrarse en mi cabidad bucal.

Bajó su manos que estaba sobre mis mejillas y las deslizó por mis costados hasta llegar a mis nalgas y apretarlas con fuerza causando que otro gemido saliera de mi garganta. Sus labios bajaron por mi cuello hasta mi clavícula, para luego empezar el mismo camino hasta mis labios. Me alzo con las manos en mis nalgas haciendo que lo rodeara con mis piernas.

Caminó conmigo a cuestas hasta que sentí mi espalda en la cama. James no paraba de besar mi cuello, labios y clavícula, y de acariciar mis piernas.

De un momento a otro se separó de mí para quitarse la camisa dejando su perfecto torso al descubierto, luego se desabrocho los pantalones para continuamente bajarlos quedando unicamente con un boxer negro que se ajustaba perfectamente a su redondo trasero.

.........

Estábamos entrando al aeropuerto, venía con James y Harley, no quería separarme de ellos, haría todo lo posible para que el regreso del viaje fuera pronto.

Cuando visualicé a Lázaro junto a Anthony, el supervisor del área de envíos y todo eso, sentí como mi alegría había bajado un poco más, porqué en sí, su disminución fue cuando subí al auto de James sabiendo cual sería el destino del viaje.

—Tranquila nena– concilió James parándonos a mitad de camino, en sus brazos llevaba a Harley, ya despierta – sólo son unos días, el tiempo pasa rápido, y cuando regreses aquí estaremos nuestra hija y yo esperándote – me sonrió y yo hice un intento de sonrisa.

Y continuamos caminando hasta llegar a donde estaba Lázaro y Anthony, a los cuales saludé con un intento de sonrisa y les presenté a James como el padre de mi hija, Lázaro me miró con una cara de que pronto hablaríamos de esto, y anthony pasaba su mirada de mi a James en un gesto de sorpresa.

—Pense que el padre de la pequeña Harley era el señor Aaron Gonsteins– dijo y Lázaro lo golpeó con el codo, Mientras James lo miraba con ganas de matarlo, me acerque rápidamente a él.

—Sólo es un comentario – dije intentando carmarlo.

—¿Por qué dice eso?–inquirió en un susurro enojado.

—Porque Aaron y yo eramos muy amigos y siempre estaba con nosotras, creo que es por eso– dije pero él aún estaba enojado– no le hagas caso James... Por favor.

—Lucí, ya es hora–intervino Lázaro.

—Cuidala James– dije sin poder evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas, era la primera vez que me separaba de Harley desdé su nacimiento.

—Tranquila luce, no llores– al parecer su enojo había disipado– yo la cuidaré con mi vida, aquí te estaremos esperando cuando regreses.

—Lucí... – volvió a llamar Lázaro.

Besé la frente de mi bebé que no entendía lo que estaba pasando y luego dejé un besó en lo labios de James mirando sus ojos llenós de tristeza y caminé hacía Lázaro que me dio el boleto de avión y seguidamente empecé a caminar con Anthony hacía la sala de abordaje.

Miré por última vez hacía atrás y me encontré con la mirada de James que movió sus labios en un entendible “te amo”  que me removió todo por dentro, pero ni tiempo me dieron a procesar ya que con esa imagen los perdí de vista.

Mi Hermoso ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora