cap 1

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—No lo puedo creer— digo evitando soltar las lágrimas que ya se han acumulado en mis ojos.

—Lucía, nena, por favor, no quise...

—¡¿AHORA ME DIRÁS QUE NO QUISISTE ACOSTARTE CON ELLA?!— lo interrumpo gritando ya con las lágrimas corriendo por mis mejillas.

En mis palabras solo hay un sentimiento; Rabia, rabia que crecía más y más.

— En serio, amor, en serio no quise...— me mira con súplica en su mirada, pero yo no estoy dispuesta a perdonar ésto.

—Aquí termina todo, Gael. —se resigna— Adiós.

Y salgo de su casa tan rápido como mis pies me lo permiten, visualizo mi auto y me dirijo hacía él.

Empiezo a conducir a casa, mientras lo hago, mi mente solo puede pensar en los últimos meses con Gael.

«Pensar que dos años de relación se fue a la basura en menos de veinte minutos»

Todo por una infidelidad que de ningún modo pienso perdonar.

Escucho el sonido de mi celular que índica que estoy recibiendo una llamada, miro la pantalla y el nombre de mi hermana aparece en él.

—Hola liana, ¿que pasa?—pregunto al descolgar.

—¿Hola Líana? ¿En serio?—esta un poco alterada, y no la culpo acaba de dar a luz a su primer hija y eso la tiene un poco- muy- estresada— papá esta enojado, dice que si no llegas antes de que lo haga el hombre al que invitó a casa te va a....

¡Mierda! Lo olvidé, pero ya estoy llegando, dile que no se preocupe— digo rápidamente cortando la comunicación y secando mi rostro.

Ya solo faltaba una cuadra para llegar a casa. Papá nos había dicho que hoy llegaría un hombre que quería invertir en alguna de las empresas, y que lo había invitado a casa ya que el hombre vivía en Los Ángeles, y él no tenía intenciones de viajar cuando su segunda hija acababa de dar a luz a su tercera nieta.

Al parecer el futuro socio de papá esta muy interesado en hacer negocios con él, puesto que no se opuso, ni puso peros para viajar desde Los Ángeles hasta Nueva York.

Al llegar a casa estacionó el auto y bajo de esté, al abrir la puerta lo primero que veo son dos cabelleras castañas corretar hacia mí.

—¡Tía!— dice Antonella alargando la “A”— te extrañé.— Antonella es la segunda hija de Alejandro, mi hermano mayor, solo tiene dos años, pero es muy inteligente y hermosa, tiene los ojos verdes al igual que todos en la familia excepto mi madre y como mencioné antes una hermosa melena castaña con uno que otro mechón rubio.

—Pero si solo fueron unos minutos, pequeña — digo intentando ocultal la tristeza en mi voz, mientras la tomo en brazos y dejo muchos besos en su cara.

—Pero igual te extrañamos, tía— secunda Liam, es el hijo mayor de mi hermano, y también el nieto mayor de mi padre, tiene cuatro años también es muy lindo, estoy segura que al crecer será un rompe corazones, sus ojos también son verdes solo que un poco más oscuros que los del resto de la familia y su pelo tambien es castaño  pero a diferencia de su hermana, el de él es rizado.

—¿Dónde estabas Lucía?— mi padre me mira con un gesto severo en el rostro.

—Lo siento papá, se me ha olvidado, pero ya estoy aquí.— digo avanzando hasta él y depositando un beso en su mejilla.

Sonríe.

—Esta bien pequeña, pero ve a prepararte rápido, en unos minutos llegara el señor Evans. Dame a ésta pequeña princesa, la llevaré con sus padres.

—Esta bien, papá.—Murmuro mientras dejo a Antonella en sus brazos y lo veo irse con liam, siguiéndole los pasos.

Al subir las escaleras voy por al pasillo en el que se encuentra mi habitación la cual esta junto a la de mi hermana, al pasar por el frente escuchó el llanto de la pequeña Sophia.

« Para tener solo una semana de vida, llora muy fuerte»

Decido preguntar si necesitan ayuda y doy dos toques en la puerta, inmediatamente Louis -el esposo de mi hermana y padre de Sophia-  aparece detrás de ella con un gesto de cansancio plasmado en su rostro.

—¡Oh! Lucía ¿te puedo ayudar en algo?

—Lo mismo pregunto, Louis ¿quieren que los ayude?

—¡Si!— grita Liana desde adentro— por favor, hermanita llevate a Sophi, mientras nos preparamos para la comida, estamos cansados—me mira con cara de súplica, asiento y ella me tiende a la bebé que lleva un pijama de conejitos, se ve tan tierna.

Salgo de la habitación de Liana y me voy a la mia, al entrar dejo a Sophia-la cual extrañamente no ah llorado- en la cama rodeada de almohadas y entró al baño para ducharme.

Al salir veo a la bebé dormida. Entró al clóset y me visto con un vestido ajustado en la parte de arriba y falda suelta color azul, dejo mi cabello castaño claro suelto y me hago un maquillaje que resalte mis ojos verdes, al final me coloco unos tacones negros y listo.

Me recuesto en mi cama mirando a la hermosa bebé que yace dormida a mi lado, Sophia tiene los ojos de la familia, y su pelo es negro y abundante como el de su padre, tiene facciones muy delicadas, que la hacen parecer una muñequita.

—Lucí, papá dice que bajes rápido—dice mi hermana entrando a mi habitación— ¡Oh por dios! La dormiste! ¡Hermana te amo!— dice al ver a su hija dormida en mi cama, yo solo río y niego a la vez que me levanto y ella toma a la bebé.

Salimos de la habitación juntas, Liana se detiene en su habitación para dejar a Sophia en su cuna y sale rápidamente.

—Vamos, papá debe estar enojado— dice y me toma de la mano.

Al llegar a la planta baja nos encontramos a alejandro.

—Apurense, Evans acaba de ingresar al comedor.— dice con el ceño fruncido.

entramos juntos al comedor, ya todos están sentados así que en silencio nosotros nos apresuramos a hacer lo mismo.

—Disculpe la impuntualidad de mis hijas señor Evans.

Mi Hermoso ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora