XII.

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Karen, como ya ha dejado en claro en otras ocasiones, tiene un sexto sentido para poder descifrar cuando alguno de sus amigos está extraño o le oculta algo. Es muy buena leyendo a las personas. Foggy, por otra parte, es increíblemente desdichado y tiende a meterse en lo que no le importa todo el tiempo. 

Así que Matt sabe, que en algún momento, ellos se enteraran de que algo está pasando con Frank. Solo es cuestión de tiempo para que la bomba explote en la cara de sus mejores amigos.

Sin embargo, la bomba no lo hace por completo ni lo hace de una sola vez. Sino que toma un poquito más de tiempo. Y varias situaciones desafortunadas.

La primera sucede en el gimnasio, cuando Frank mantiene sus manos sujetando con fuerza su rostro y le mira con esa sonrisa de galán-criminal-de-novela que Matt no puede ver pero que igual lo pone como en la estratosfera.

—Quédate un poquito más —le dice Frank, besando seguidamente su frente y murmurándole como si fuese un crío.—, anda, si quieres yo te llevo a casa en el auto.

—No puedo, Frank. —Matt murmura contra su rostro, sintiendo como el rostro lo debe de tener sonrojado— Foggy y Karen me están esperando.

 —Siempre estás pasando tiempo con ellos, por favor, quédate un rato más conmigo.

Frank lo besa con fuerza y Matt se deja, colocando sus manos a los lados de su cuerpo. Las manos de Frank se mantienen en sus mejillas y Matt siente su corazón latir con fuerza cuando Frank empieza a besar su mejilla y lentamente procede a su cuello. Un suspiro es lo que sale de la garganta de Matt a penas siente los labios de Matt besándolo y trata de aferrarse a su espalda para no caerse mientras está contra la pared.

Entonces, alguien del otro lado toca la puerta con fuerza y Matt brinca sobre sus pies y Frank se mantiene contra su cuello, estático.

 — ¡Matt! —Se escucha la voz de Foggy del otro lado, mientras continúa golpeando la puerta con fuerza, como si lo estuvieran asesinando del otro lado. Pero no, solo está siendo el dramático que nunca dejará de ser.— ¡¿Qué carajos haces?! ¡Karen anda toda insoportable con qué se quiere ir a su casa y qué está muy tarde y blah, blah, blah! ¡Te aseguro que si estuviésemos esperando por Frank no se pone con eso! Claro, porqué como él es todo hermoso y sensual, ¡oh, Frank! ¡Acuéstate conmigo!

Y después una voz femenina diciéndole que es un idiota y algunos golpes secos que hacen que Matt se ría contra el pecho de Frank, el cual tampoco deja de sonreír. Matt se pone de puntillas y besa a Frank con algo de timidez, para después alejarse hasta la puerta de los sanitarios.

Cierra la puerta con rapidez para que Foggy ni Karen vean a Frank, y soporta todo el camino a casa soportando sus insoportables e interminables peleas.

La segundo sucede en el parque, cuando Foggy está comprando palomitas en un puesto al lado de Karen y Matt está lejos, hablando por celular con alguien. Foggy comienza a comer las palomitas y Karen mira a Matt a lo lejos, con algo de curiosidad.

— ¿Crees qué haya vuelto con Elektra? —pregunta la rubia mirando a Foggy, que se mete todas las palomitas a la boca como un desquiciado.

—Ojalá no, odiábamos a Elektra.

—Pero no estoy muy segura de que esté hablando con ella. No lo sé,... es diferente. —Foggy asiente a lo que dice la rubia, con lentitud.

— ¿Crees qué sea ese tal Peter?

— ¡Obvio no! A Matt no le gustan los chicos.

— ¿Qué vas a saber tú? ¿Alguna vez se lo has preguntado?

—No. Pero Matt siempre ha salido con chicas. No creo que de la nada le empiecen a gustar los chicos.

—Se llama bisexualidad, Karen querida. B-i-s-e-x-u-a-l-i-d-a-d. 

Karen rueda los ojos y mira como Matt se ríe y se sonroja hablando por celular con quien sea que esté hablando. Hay algo en el pecho de Karen que le dice que debe descubrir quién es, pero no sabe por qué. Sin embargo, hace caso a sus instintos y se acerca a Matt con algo de prisa. Aprieta el ceño cuando lo oye murmurar una improvisada despedida y ve como se se mantiene de pie ante ella, con algo de timidez.

 — ¿Todo bien? —Le pregunta él.

Karen asiente, sin importarle si él puede verla o no, simplemente lo hace

La tercera vez viene cuando Karen y Foggy están en el gimnasio y ven a un imponente Wilson Fisk pasearse por el lugar buscando a Frank Castle.

Instantáneamente a Karen se le ponen los pelos de punta y Foggy traga saliva con fuerza. Ambos señalan hacia la oficina de Jack Murdock, donde Frank y él estaban hablando de algo que probablemente está relacionado a su entrenamiento. Matt, que está a su lado y se ve completamente irritado ante la presencia de Fisk, lo sigue hasta la oficina.

Y Foggy, porqué es un maldito chismoso y no puede mantenerse en un solo sitio, les sigue como un gato astuto y se esconde cerca a la oficina y Karen, que es mas o menos agua de la misma fuente, le sigue.

 —Maldición, Foggy, muévete, me lastimas con tu codo.

—Foggy, muévete, me lastimas con tu codo. —repite Nelson, con una voz aguda y burlesca, que hace que se gana un codazo de la otra rubia.

Ambos logran escuchar como Wilson le propone a Frank otra pelea y como él y Jack la aceptan. Karen y Foggy se miran entre sí, temerosos, porqué iniciar una guerra contra Fisk es lo menos que necesitaría el gimnasio. Matt no tarda en mostrar su enojo contra lo que sucede pero es brutalmente ignorados por todos en la sala.

Cuando Wilson y Jack salen de la oficina, Karen se levanta del escondite, con la cara roja y con el rostro fruncido en una mueca.

—No, no, no, no. Él está loco si cree que va a tener otra pelea contra uno de los tipos de Fisk. Le diré que no lo haga. Está loco.

— ¿Y quién eres tú para decirle eso? Solamente eres su acosadora.

— ¡Me vale un bledo! ¡Él me va a oír!

Foggy está rodando los ojos cuando ambos finalmente están en frente de la puerta de la oficina, que está cerrada pero ambos pueden ver por el cristal. Karen está a punto de abrir la puerta, pero no lo hace cuando escucha a Matt replicarle a Frank que no puede pelear contra Fisk otra vez, que esto es una especie de suicidio y él no va a consentir esto. Foggy está deslizando su mano hacia la manilla de la puerta cuando Frank toma la cara de Matt entre sus manos. Y para cuando la puerta se abre, ambos se están besando.

Foggy abre con fuerza los ojos y la ira que Karen siente en el pecho se disipa y se vuelve confusión. Ambos están callados y atónitos mientras observan a los dos amantes, que se separan cuando siente su presencia y que están tan atónitos como ellos.

Foggy se quiere reír por la incómoda situación y porqué nunca sabe como comportarse en estas cosas. Karen huele sus cremas corporales y le dan ganas de irse en vómito, porqué se sienta tan estúpida. Estúpida, estúpida, estúpida.

—Te dije que no era una chica. —dice Foggy, riéndose, porqué sabe como puede reaccionar a esto. 

Red hair, black sweater, blind eyes.Where stories live. Discover now