VII.

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Karen tiene este don, este sexto sentido, que hace que sepa cuando algo le pasa a los muchachos. Como reconocer sus sentimientos y si algo está mal.

Así que cuando Karen está en su casa en la mañana y lo ve todo vestido y arreglado, no tarda en hacer un comentario.

—Pensé que tú y Elektra habían terminado. —dice ella. Matt brinca sobre sus pies a penas la escucha, porqué son las siete de la mañana y Karen debería estar en su casa desayunando, no en la de él. Tal vez el hecho de que su padre ame a Karen y viva suplicando que ella y Matt terminen juntos, tiene algo que ver.— ¿O acaso volvieron? Se veían lindos juntos, aunque siempre he creído que ella es muy salvaje para ti.

—Karen, ¿qué demonios haces aquí? —pregunta él, ignorando todo lo que ella está diciendo y sentándose en la mesa.

Matt tiene dos horas despierto con Peter Parker, uno de sus mejores amigos que vive algo lejos de él, por vídeollamada para decidir que ponerse y si estaba bien como se veía.

Las mañanas eran las peores porqué despertaba particularmente más alterado que el resto. Y con Peter hablando hasta por los codos y haciéndole preguntas —que Matt aún no quiere responder— hace todo peor.

Pero al menos ya estaba listo. Ahora desayunaría e iría al gimnasio y se vería con Frank.

Frank. Días enteros con ese nombre metido en la cabeza aunque él no quiere que sea así. Con sus rasgos gruesos y marcados que Matt aún puede sentir bajo sus manos y la manera en la que dice su nombre. Todo, de alguna manera, demasiado para Matt.

Y aunque tiene miedo de explorar todo esto, quiere hacerlo. Si es que Karen, que está mordiendo su tostada con mermelada de fresa y le echa aún más azúcar a su café con leche, lo deja.

—Esto- Estamos aquí porqué tenemos que empezar el projecto, ¿recuerdas? Lo concordamos la semana pasada; dijimos que vendríamos a tu casa temprano y tu papá nos hizo desayuno.

— ¿Foggy también está aquí?

— ¡Claro! Está con tu papá en el sótano, están buscando… Bueno, ni idea, pero alguna cosa que los hombres usan y demás.

Matt asiente y empieza a tomar del café con leche, pero sabe que Karen no va a parar hasta obtener un poco de información.

—Entonces… —Karen sonríe, mientras lleva la taza a sus labios— ¿Elektra y tú?

—No volví con Elektra. —murmura él.— No volvería con Elektra ni en un millón de años.

— ¿Entonces?

Matt no necesita verla. Sabe que tiene una mirada juguetona y una sonrisita de sabelotodo.

—Nada. Simplemente me esmeré un poco más en vestirme hoy y ya. No significa que vaya a verme con alguien o algo así.

—Si, si, hagamos como que te creo, Matt.

Matt suspira lo más leve que puede, aliviado. Porqué lo que menos quiere es que Karen se entere que va a verse con el hombre por el que ella lleva más de un mes suspirando y babeando.

Matt y Foggy han tenido que soportarla, con sus cremas corporales que huelen a frutas y sus sonrisitas nerviosos. Es hasta insoportable. Pero aunque Foggy ha hecho sus comentarios malintencionados, Matt no lo hace, solo muy de vez en cuando.

Sería hipócrita si lo hiciera, cuando él de alguna manera, está igual.

***

Logra escaparse de Foggy y Karen cuando su papá finalmente aparece. Dice que volverá temprano y que solo va a buscar algo rápido al gimnasio.

Red hair, black sweater, blind eyes.Where stories live. Discover now