08/06/20

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"Un alma desterrada del paraíso y el infierno, con un único y eterno castigo: Vivir entre dos cuerpos, vedado de conocer la verdadera felicidad.

Un peso que nunca había sido tan difícil de cargar hasta el día en que cumplió su décimo milenio.

Sung Yoonjin, un adolescente fácilmente influenciable y quien nunca ha podido disfrutar de la vida. ¿La razón? Cada memorable momento de su existencia está cubierto por un velo negro. Por eso, a a sus dieciocho años, sabe que mientras más odio y sufrimiento empape su día a día, menos oportunidades tendrá la oscuridad de nublar su juicio.

Por otro lado, Kang Yangmi nunca ha podido verse realizada como mujer. Con casi la mitad de su vida dedicada a las fuerzas especiales de Corea, está completamente consciente que, mientras más alejada se mantenga de sus verdaderos deseos, menos probabilidades habrá de cometer una imprudencia y acabar con la paz en su país.

Dos cuerpos infelices que terminarán encontrando al otro en una situación jamás imaginada. Una que hará tambalear no sólo la paz mental de ambos, sino la paz de todo el planeta".

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Taehyung se había dicho a sí mismo que, en medio de esa habitación llena de personalidades reconocidas del mundo del espectáculo, no actuaría como un recién graduado fácilmente impresionable. Que por una vez en su vida intentaría verse como alguien culto, maduro y sensible. A fin de cuentas, no todos los días le tocaba sentarse al lado del mismísimo Gong Jichul.

Pero... Rayos, era imposible. Es decir, ¡Estaba tan emocionado! Ni siquiera sabía cómo había aguantado tanto tiempo sin pedirle un autógrafo. "Recuerda, Taehyung, autocontrol", se repitió, mordiéndose el labio inferior. La sola presencia de Jichul lo tenía con los nervios de punta, y el que Yoon Eunhye también estuviese allí, sentada al otro lado del salón de reuniones del lujoso hotel, sólo hacía temblar el poco dominio que tenía sobre sí mismo.

"El Príncipe del Café" aún seguía tatuado en su memoria como el primer drama que había visto en su niñez. El primero en el que había memorizado líneas y había interpretado una que otra escena, intentando lucir tan genial como Jichul había lucido en aquella época.

"Respira. Respira".

Dejando de lado sus alocados pensamientos de fanático, volvió la atención a donde Eunsook y el director, Lee Eungbok, seguían hablando.

―...Y como ya habrán notado con el grosor del guión, será un rodaje largo ― siguió explicando Eungbok, con gesto pensativo ―. Quizás unos seis o siete meses si somos prudentes. Los que ya han trabajado conmigo saben que me gusta abarcar las grabaciones a ritmo moderado, y mucho más aún si son las obras de arte de Eunsook-nim las que estoy adaptando.

Varios asintieron, mientras otros alcanzaron a sonreír. La mencionada sólo rió por lo bajo, negando ante sus francas palabras.

―Gracias por el cumplido, pero mis obras no serían nada sin tu trabajo ― comentó ella, regresando la vista al resto de actores en la habitación ―. Por mi parte, estaré en constante contacto con Eungbok ― comentó, apretando el grueso guión entre sus manos  ―. Hagamos de esto un éxito, chicos.

―Demos lo mejor de nosotros para los meses venideros ― siguió el director, levantándose de su lugar ―. La semana que viene les estaremos pasando a sus correos el itinerario. También necesito que sus managers le pasen a mi equipo todos sus datos personales y fotocopias de los pasaportes ― recordó, palmeando sus manos―. Del resto, ¡muchas gracias por su asistencia!

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