14/01/20

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―¿Debería volver a intentarlo con Wannie, no creen?

Atragantándose con el trozo de camarón que se estaba comiendo, tosió fuertemente por varios segundos mientras golpeaba su pecho.

¿Pero qué rayos acababa de escuchar...?

Namjoon, no tan sorprendido como él, tomó la palabra al momento.

―Pensé que Seungwan ya no te interesaba ― comentó, con expresión curiosa, antes de llevarse un trozo de carne a la boca―. ¿De verdad quieres intentar algo con ella?

Hoseok, luciendo perdido por momentos, tan sólo apretó sus labios en una fina línea mientras desviaba la vista, decidido a ignorar la pregunta de Namjoon. Irritado por la actitud de su mejor amigo, se sirvió otra copa de vino, ingiriéndola de un trago antes de compartir una mirada con el más alto. Él no sólo parecía exasperado, sino también agotado. Ambos sabían que esa charla se daría más pronto que tarde, pero aún así... 

Las ganas de golpear a Hoseok no sólo no desaparecían, sino que se hacían más grandes.

Hacía cinco días desde que Namjoon y él habían llegado a Los Ángeles. Siendo su sexta vez en los Estados Unidos, se sentía familiar no sólo con el cálido ambiente, sino con los amigos y conocidos del bailarín. A pesar de que su inglés no era el mejor, no se sentía tan perdido como las primeras veces, y con Namjoon a su lado traduciendo todas las conversaciones que se daban a su alrededor a tiempo real, esas pequeñas vacaciones estaban escalando rápidamente para convertirse en una de las mejores que había tenido en mucho tiempo.

No sólo habían disfrutado de la playa y los centros comerciales, sino que también habían visitado diversos restaurantes populares y muchos de los locales nocturnos más concurridos de Hollywood y Santa Mónica -sus lugares preferidos hasta los momentos-, en compañía del escandaloso y divertido grupo de amigos de Hoseok.

A esas alturas, ya les había agarrado un poco de cariño -incluso al molesto de Giusseppe y al ruidoso de Ryan-, por lo que el sólo pensar en lo que Hoseok quería hacer... Le revolvía el estómago del disgusto. 

Sabía que no debía meterse, y se había obligado fuertemente a no hacerlo -incluso a pesar de descubrir que Pranpriya y Hansol parecían igual de contrariados por el sutil flirteo entre sus amigos-, pero ya no podía seguir haciéndose el tonto.

Si Hoseok seguía dejando de lado sus verdaderos sentimientos, no sólo Seungwan y él saldrían lastimados, que ya de por sí era algo que lo afligía; sino que Taehyung también se vería perjudicado, y la foto que le había mandado Jimin esa misma mañana aún rondaba su mente. Una imagen en la que ambos chicos salían junto a Jungkook, riendo abiertamente mientras jugueteaban entre ellos. Recordar la gran y particular sonrisa que iluminaba la expresión del actor hacía que su corazón se agitara, mientras el pie de foto seguía retumbando en su sien.

"Por fin se está recuperando, hyung".

Más irritado que antes, se levantó del sillón bajo la atenta mirada de Namjoon, quien parecía no tener intención de volver a abrir la boca. Tratando de controlar las emociones que burbujeaban en su pecho, inhaló con calma, cuestionando por lo bajo:

―¿A qué juegas, Hoseok? ― y eso fue suficiente para atraer su atención. El bailarín lucía tan desconcertado que la molestia que sentía bajó unas décimas, dejándolo menos enojado y más exasperado. Masajeando su sien, soltó: ―. ¿Quieres romperle el corazón de nuevo?

Y Hoseok lució realmente avergonzado por segundos, negando con fervor.

―¡No, claro que no...! ¿Por qué yo...?― cortándose a sí mismo, se mordió el labio inferior, antes de decir en un suspiro ― Ella me gusta, hyung.

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