12/05/18

1.3K 328 63
                                    

―Oye, hyung, ¿de verdad no vas a volver a hablar con Jimin?

El mayor, quien hasta esos momentos había estado tocando el teclado sin un ritmo en concreto, se detuvo de golpe, girando su rostro hacia él con el ceño fruncido.

―¿Vas a seguir con eso?

Sabiendo que se estaba metiendo en terreno que no debía, suspiró, acomodándose mejor en el sillón. Esa era una charla que ninguno de los dos quería tener.

Ya hacía unos cuatro meses desde que Hoseok se había ido a Estados Unidos, y decir que la vida de Yoongi y él no había cambiado en todo ese tiempo sería mentir.

Yoongi, desde hacía un mes y algunas semanas, era poseedor de un contrato de dos años con Brand New Music, como productor musical. Y mientras, él había firmado con BigHit Entertainment hacía poco más de dos semanas.

No era algo que alguno de los dos hubiese esperado, pero estaban contentos. Al fin y al cabo estaban trabajando en lo que les gustaba, y sus amigos y familiares los apoyaban.

Volviendo la atención a Yoongi, recordó la de veces que su amigo había estado de pésimo humor en esas últimas semanas. El romper relaciones con Jimin le había afectado muchísimo más de lo que dejaba entrever, y él lo sabía.

―Sólo digo. El chico te hacía feliz, y... ¿era tu musa, no? ― agregó, rascándose la cabeza ―. No quiero ser rudo, pero ya van tres semanas en las que no has compuesto absolutamente nada. Estoy algo preocupado, no sólo por ti, sino por tu trabajo-

―Mi trabajo va bien, Nam ― interrumpió, aún ceñudo ―. Mejor ocúpate de tus problemas.

―Hyung...

El mayor se cruzó de brazos por segundos, antes de bajarlos con desgana mientras su ceñuda expresión se transformaba en una desesperada.

―Es mi jodida musa ― confesó, pasando una de sus manos por su rostro con rudeza ―. Estoy por volverme loco.

―Deberías escucharlo ― aconsejó, levantándose del sillón y acercándose a él ―. Ya sabes, Jimin sólo quiere que escuches su parte de la historia.

―Taehyung es un imbécil.

―Hyung, vamos ― suspiró, harto de su actitud con respecto a ese tema ―. Hoseok está bien. No lo trates como si fuera un niño, por favor. Seguro ya olvidó a Taehyung y-

El bufido cargado de ironía del mayor cortó sus palabras.

―No me hagas reír ― murmuró, dejándose caer en el respaldo de la silla―. Tú conoces a Hoseok, Namjoon. Aunque no diga nada, él... Él todavía debe sentirse mal.

Dando una larga mirada a sus tenis, asintió, incapaz de negarlo.

―Pero... ya sabes lo qué quiero decir ― insistió ―. Por lo poco que sé de Jimin, no parece el tipo de persona que trataría de defender lo indefendible ― notando que Yoongi parecía meditar sus palabras, siguió ―. Taehyung no es un mal chico, hyung. Tú estabas bastante emocionado con lo de Hobi y él, ¿recuerdas?

―Eso era antes de que hiciera lo que hizo.

―No sabemos qué hizo, hyung.

Yoongi lo miró, molesto.

―No te hagas el tonto, Namjoon ― gruñó ―. Jungkook lo dijo; el muy idiota estaba en casa de la chica que le gustaba.

―El "muy idiota" fue hasta el aeropuerto ― recordó ―. Y estuvo llorando en mi hombro hasta entrada la tarde.

Yoongi pareció querer refutar aquello, más sin embargo, calló.

―Hoseok no quiere que lo mencione. Siempre que intento hablar de él, me cambia el tema, y no sé, demonios... Me preocupa, Nam. En serio me preocupa.

―Hyung... Olvídate de Hobi ― sentándose a su lado, palmeó su muslo con confianza ―. Él ya es grande y está lejos. Mira... Ahora lo único que debe importarte es tu trabajo, y estar en buenos términos con tu musa.

―...Mmm, supongo.

―¿Te gusta? ― cuestionó, curioso ―. No digo de forma romántica, es más como-

―Me tiene loco ― respondió, interrumpiéndolo ―. Ni Jiwoo me llegó a gustar tanto.

Abriendo los ojos con sorpresa, boqueó.

―Hyung... Jimin no batea para esa acera. ¿Lo sabes, no?

―No es como que me importe ― restó importancia haciendo un ademán con su mano ―. Como sea, tienes razón. Necesito escribir, y aunque odio la idea de tener que escuchar cosas buenas del imbécil de Taehyung, supongo que no me queda de otra.

Algo más contento, sonrió de medio lado. El que Yoongi estuviese pensando en dejar atrás su aversión hacia Taehyung ya era un gran paso. No importaba que fuera para congraciarse con Jimin o para que él dejara de fastidiarlo; de una u otra manera sabía que Yoongi caería nuevamente por Taehyung, así como él había caído el día que Hoseok se había ido.

Alguien tan perverso sería incapaz de llorar con tanta tristeza como lo hizo Taehyung ese día. Era imposible.

Ahí había algo más. En esa historia faltaba una pieza y estaba realmente deseoso por encontrarla. 

DNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora