PORQUE ESTO NO ES CASUALIDAD (I)

5.7K 419 1K
                                    

―Oigan, par de borrachos, ¿hasta cuándo planean dormir? La comida se les va a enfriar.

Se removió entre las sábanas adormilado, advirtiendo un ligero movimiento sobre su pecho. Suspirando con agrado, y con los ojos aún cerrados, apretó el agarre que mantenía sobre el cálido cuerpo. Soonshim estaba tan pesada...

―Mmh... Microondas... El microondas... ― la ronca voz de Hoseok contra su pecho fue el detonante que necesitaba para que abriera los ojos con sorpresa, admirando el lugar en el que se encontraba con gesto perdido ―... Mierda, mi cabeza... No te muevas, Taehyungie.

Yoongi, desde la puerta, rodó los ojos.

―Ya les traigo algo para que no se mueran ― avisó antes de cerrar la puerta tras él, dejándolos solos.

Vale, esa definitivamente no era su habitación. Y el cuerpo sobre él definitivamente no era el de su traviesa perrita... ¿Qué demonios...? ¿Estaba en la casa de Hoseok y Yoongi? ¿Cómo había llegado hasta allí? Con un gemido, se incorporó en la mullida cama, dando un vistazo a la habitación. "Jin... Tenía que quedarme en casa de Jin" recordó, frunciendo el ceño mientras un suave dolor atravesaba su sien.

Enseguida, como si de ráfagas se trataran, algunos de sus recuerdos de la noche pasada lo hicieron cerrar los ojos con aflicción; percibiendo el suave e intenso latir en su cabeza mientras poco a poco su memoria se hacía más clara.

Lamentándose, llevó una de sus manos a su frente. El dolor sólo aumentaba a medida que pasaban los segundos. Y demonios, hacía demasiado tiempo que no pasaba por una resaca tan fuerte.

―¡Arg! Me voy a morir.

―Te acompaño en sentimiento ― añadió Hoseok aún acostado, removiéndose hasta que su mirada llena de pesar y modorra se encontró con la suya ―. Buenos días, Taehyungie ― y a pesar de verse miserable en medio de las verdes sábanas, le sonrió tan cálidamente que su corazón vibró como loco, lleno de emoción.

Hoseok era tan brillante como el sol.

Olvidándose por un segundo de las palpitaciones que iban volviéndolo loco, se movió hasta quedar recostado de lado, detallando con curiosidad los finos rasgos de su acompañante quien no había borrado la sutil sonrisa de sus labios.

Era hermoso.

―No sé qué tienen de buenos, hyung ― terminó por decir, temblando un poco. De repente se había dado cuenta que la habitación estaba terriblemente fría; ¿habrían apagado la calefacción?

Hoseok, quien no había perdido detalle de su malestar, tomó entre sus manos parte del cobertor que lo cubría, acercando su cuerpo un poco más hasta cubrirlo a ambos con el manto, suspirando con agrado ante el ligero calorcillo que eso les proporcionó.

―Lo siento. La calefacción se está dañando y no tenemos dinero suficiente para arreglarla. Usualmente la apagamos en la mañana ya que no hace tanto frío y-

―Hyung, está helando ― susurró, a lo que Hoseok rodó los ojos, riendo.

―Disculpa, quise decir "ya que no nos congelamos tanto el culo como por las noches" ― corrigió, haciéndolo reír ―. ¿Te duele mucho la cabeza? Creo que anoche nos volvimos un poco locos-

―¿Un poco? ― interrumpió ―. Hyung, jamás en mi vida había bebido tanto. Y... soy realmente malo con el alcohol.

―Urg, yo también. De verdad no quiero ahondar en mis recuerdos. Tengo miedo de lo que pueda encontrar.

Volvió a reír con suavidad, chocando su pie contra el de Hoseok. Sin pensarlo, lo acarició con suavidad, logrando que el bailarín gruñera disconforme por lo frío que estaban sus dedos.

DNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora