CAPÍTULO 25.

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Hyunjin había decidido salir de casa a las 11 de la noche. Sentía que tenía el corazón roto.

-Me pareces muy atractivo, hyung. Pero yo ya tengo novio - le había dicho Jeongin con una sonrisa triste. Hyunjin no había dicho nada. Sentía que si hablaba se echaría a llorar -. Se llama Yedam y llevamos mucho tiempo juntos - Jeongjin se había mordido el labio -. Si no estuviera con él no me habría importado salir contigo. Pero le amo de verdad...

Hyunjin se había mantenido estoico todo el tiempo que Jeongin se había quedado en su casa. Le había dicho con una sonrisa que no importaba y que deberían seguir con las clases. Jeongin sentía que se estaba aprovechando de los sentimientos del mayor, pero Hyunjin le aseguró una y otra vez que no era una molestia.

Cuando Jeongin se fue y sus padres volvieron, preguntando como habían ido las clases, Hyunjin tuvo que dejar la casa.

Estaba en el parque, sentado en un banco y tratando de no pensar en la perfecta sonrisa de Jeongin. Aun hacía calor, parecía que el invierno se estaba demorando ese año.

-¡Coge al perro! - escuchó a alguien gritar -. ¡Por favor, cógelo!

Hyunjin no sabía que le estaban hablando a él hasta que un perro del tamaño de un poni se subió al banco junto a él y trató de lamer su cara. El chico le agarró del collar para que no se le escapara. Tenía la correa aun enganchada, como si hubiera echado a correr y al dueño se le hubiera escapado de las manos. Y hablando del dueño, un chico se le acercó corriendo, agarrando a toda prisa la correa de su perro y apoyando las manos sobre sus rodillas para recuperar el aliento.

-¿Estás bien? - le preguntó Hyunjin con una sonrisa divertida.

Parecía que se estaba ahogando.

-Llevo... corriendo detrás... de este bicho... durante dos manzanas - dijo entre respiraciones.

Hyunjin se rio y acarició al animal, que lamió toda su mano.

-Deberías sentarte - le sugirió Hyunjin al desconocido. No se le veía muy bien debido a la oscuridad, pero parecía mono.

El chico alzó la vista con una sonrisa que se desvaneció en cuanto reconoció a Hyunjin.

-Oh, dios mío. Eres Hyunjin. ¡Cuanto lo siento! ¡Madre mía, perdóname!

A Hyunjin a menudo se le olvidaba que era una persona popular en el instituto.

-No importa, tranquilo. ¿Cómo te llamas? - preguntó para distraerse. La conversación con el desconocido le estaba ayudando a despejarse.

-Seungmin. Lo siento, de veras. No me denuncies.

Hyunjin no pudo evitar sonreír.

-¿Estás solo? - le preguntó mirando a su alrededor en busca de algún acompañante. Era muy tarde y un chico tan mono no debería estar solo por la calle.

-Sí, solo salía a pasear a Dongryul. O bueno, él me paseaba a mí.

-No deberías salir tan tarde sin compañía. ¿Saben tus padres que has salido?

Seungmin se sonrojó, algo avergonzado de ser tratado como un niño pequeño.

-No, no están en casa.

Hyunjin se echó a reír.

-Esas son la clase de cosas que no le dices a un desconocido, Seungmin. Vas a conseguir que te secuestren.

-Sé cuidar de mí mismo - se defendió. Pero Dongryun volvió a dar otro tirón y se le escapó la correa de las manos. Hyunjin atrapó al animal con facilidad y se puso en pie.

-Vamos, te acompaño.

Seungmin se sonrojó hasta las orejas.

-¡No es necesario!

Hyunjin echó a andar con la correa del perro en mano.

-No quiero ver mañana en las noticias que has sido secuestrado. Vamos, no te quedes atrás.

Seungmin trotó hasta llegar a su paso, tomando la correa con indignación.

-¿Y cómo se que tú no me vas a secuestrar? - preguntó ignorando como sus dedos se habían rozado.

-No puedes saberlo - le dijo Hyunjin con un guiño.

Seungmin no vivía lejos. Pronto estaban ante la puerta del chico y este se despidió con nerviosismo y pidiendo disculpas de nuevo.

En cuanto la puerta del bloque de pisos se cerró detrás de Seungmin, la imagen de Jeongin volvió a inundar su mente.

*Baby you look perfect tonight* [Minsung]Where stories live. Discover now