Prólogo.

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Ella estaba ahí todo el tiempo. Distante. Sin ni siquiera notar la presencia de miles de estudiantes que andaban como zombies por la biblioteca de UCLA. Era así como ella los veía, hijos de papi y mami que tal vez ni sabían lo que hacían ahí, si no para agradar a la familia que soñaba por ellos. Así tal cual es la vida real, no? El sistema. Dejas que vivan por ti, sueñen por ti y elijan por ti. Todo eso para no preocuparse con el dinero.

Dos años. Se pasaron dos años y siete días desde que Lauren Jauregui entró a la universidad. Al inicio se rehusaba a hablar con cualquier persona, los primeros días fue analizada por la orientadora y tuvo algunas sesiones en donde la única cosa que hacía era ver el rostro de la vieja con desdén. Riéndose por dentro y pensando lo estúpidos que eran. También estuvieron los días de burlas, como ella era prácticamente una estudiante de primer año, los veteranos insistían en provocarla en la cafetería o en el patio con bromas acerca de ser el lodo de Miami. Quién diría que un día su propio vocabulario daría vuelta contra sí misma? Pero no pasó mucho tiempo para que la chica ganara respeto en aquella universidad. Cómo? Saliendo con su profesor de treinta y cinco años, casado. Dios. Ella estaba harta de vivir sobre burlas, de sentir en la piel lo que varios años hizo con otras personas.

La vida no debería ser justa? Lauren ya no era aquella chica popular de algunos años, ella cambiaría, el final de la secundaria la cambiaría, no debería ser más fácil? Pues cada noche, sentía asco de sí misma, al sentir los brazos de aquel hombre alrededor. Ella había dejado de creer. Vivió un noviazgo perfecto con Keaton basado en una mentira. Paul... pudo haber sido diferente, si ella lo hubiera amado. Cuál es el problema con ella al final? Enamorarse no debía ser así de complicado.

Ahora, acostada en su cama, con la pierna izquierda flexionada, observaba el techo desgastado de su dormitorio en la UCLA. Hacía eso con más frecuencia de la que le gustaría admitir. No tenía muchas opciones. Y a Lauren le gustaba eso, pasar horas pensando en su vida pasada, reviviendo cada día, cada detalle, como si ahora no existiese. Como si el presente solo fuera un protector de pantalla. Era así que le gustaba pensar, aliviaba la angustia. Golpeaba frenéticamente con el dedo índice la pared al lado de la cama como un pasatiempo. Era su último día de clases antes de las vacaciones, Lauren se levantó un poco más animada, ya con las maletas listas, tomó un baño helado y le dio un último vistazo a la habitación antes de salir, dirigiéndose directamente hacia el aeropuerto. Destino? Nueva York.

**

Lauren podía ver la gran ciudad desde la ventana y soltó un gran suspiro imaginando cómo sería vivir un sueño en ese lugar. Después de algunas horas incomodas de vuelo, el avión finalmente aterrizó, las personas iban y venían en gran cantidad que parecía más una excursión. La chica caminó sujetando las dos maletas, buscando a alguien conocido, y ya estaba perdiendo la paciencia por tener que esperar, sintiéndose como una idiota en medio de tanta gente.

-JAUREGUI! -una voz familiar llenó sus oídos. La morena sonrió y se volvió hacia la chica que se acercaba.- debo mentir y decir que te extrañaba?

Lauren rodó los ojos y dejó caer las maletas al suelo para darle un fuerte abrazo a la amiga.

-también te extrañé, Verónica. -dijo sincera. Verónica se separó del abrazo y tomó una de las maletas, haciéndole un gesto para que la siguiera.- no pensé que me fueras a invitar a pasar las vacaciones en tu casa después del golpe que te llevaste. -comentó sarcástica mientras entraba al carro de Verónica y dejaba la maleta en el asiento trasero.

La morena rodó los ojos y puso en marcha el auto.

-Todavía tengo la marca de tus dedos en mi rostro, chica. -la pequeña morena respondió fingiendo estar indignada. Lauren sonrió y acarició su hombro.- no es que me importe, pero cómo van las cosas?

Lauren se acomodó en el asiento con una expresión incómoda, pues sabía de los regaños de Verónica con su vida social, y no la culpaba. Sabía que estaba siendo casi una prostituta. Ese pensamiento hizo a su estómago rugir.

-Estudios, almuerzo, estudios, cena, estudios, dormir, estudios, almuerzo...-repitió más para ella misma que para la amiga.

-Aún estás saliendo con la momia? -provocó.

Verónica estaba guardando insultos desde el día que partieron de Miami, y no sería ahora, que las dos vivirían algunos meses bajo el mismo techo, que ella dejaría de decirlos. Pero Lauren también tenía sus armas, y como buenas amigas que eran, vivían a base de insultos.

-Y tú aún vives con aquel dragón que conociste en la biblioteca?

La pequeña morena apretó los dientes y presionó el volante con más fuerza de la necesaria. Lauren no dejó pasar esa reacción desapercibida y se sintió mal por la amiga, tocar ese asunto la hacía recordar a una cierta persona que Verónica había dejado en Miami.

-Lo siento.

Silencio.

Siempre era así. Sus discusiones comenzaban con bromas, y algunos minutos después, se estaban insultando para luego atacar la vida personal de la otra. Pero la verdad es que ellas se amaban. Lauren y Vero se conocían desde pequeñas, las familias Jauregui e Iglesias siempre fueron muy unidas, junto con la familia de Lucy, a quien Lauren siempre sospechó de tener un crush con Vero. Y viceversa. Ellas eran conocidas en la escuela como Vercy y les gustaba. Ahora, esa unión parecía deshacerse a medida que pasaba el tiempo, y Vero ya no era la misma desde que dejó Miami para seguir sus sueños en Nueva York, junto a Dinah y Camila.

-Cómo están Dinah y Camila? -preguntó Lauren quebrando el silencio que se instaló entre ellas. Vero observó a Lauren rápidamente, y pareció medir las palabras.

-Dinah logró entrar en NYADA, parece más una niña que le acaban de regalar una muñeca. -respondió manteniendo la concentración totalmente en la carretera, y como Lauren la conocía muy bien, sabía que algo andaba mal.

-Y Camila? -Vero se congeló. Esperó algunos segundos pensando en una mejor manera de decir la verdad, y como ella era Vero Iglesias, no había otra forma de contarlo a menos de lanzar la bomba. Lauren sintió sus manos sudar y algo apretar su pecho.- Verónica?

El auto se detuvo frente a una hermosa casa en un condominio lujoso. El motor fue apagado y todo lo que se podía escuchar eran dos niños jugando en la calle. Vero se quitó el cinturón y se volvió hacia la amiga diciendo cuidadosamente:

-Camila está en coma.

It Was Just A Dream.Where stories live. Discover now