~Reunión Secreta

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El fin de semana no fue algo destacable ni fuera de lo ordinario, y las clases de Midori el viernes y el lunes habían sido de lo más común, pero ella ansiaba con todas sus fuerzas que llegara el lunes por la noche, veía las horas pasar en su teléfono o en cualquier reloj que tuviese cerca, y aunque sus amigas la notaban rara ya no era nada que les preocupara, para ellas Midori ya era extraña por sí sola, aún así, en cuanto terminaron las clases del lunes, salió corriendo a su casa a arreglarse, un conjunto en azul marino iría bien para de nuevo ir discreta. Ansiosa esperaba la hora mirando el reloj pero sólo le parecía una tortura así que fue antes, de escondió entre los arbustos solo para evitar que alguien pudiera reconocerla más fácil, o que siquiera pudieran verla.

- ¿Qué haces ahí? - preguntó una voz masculina en voz baja fuera del arbusto

- ¡Ah! ¡¿Quien eres y como me descubriste?! - Midori acostada en el suelo no podía ver bien la cara de la otra persona porque el arbusto se lo impedía

- Shhhh, soy yo, hazme espacio, voy a acostarme a lado de ti - y se adentró en aquella pequeña pared de arbustos, Midori lo pudo ver mejor una vez que el otro escritor de cartas se acostó a su lado

- ¿Karamatsu? ¿Como me encontraste? - habló Midori en voz baja

- Iba a dejar la carta por aquí y te iba a esperar donde nos separamos el otro día -

Midori lo volvió a abrazar - te eché mucho de menos -

Karamatsu sonrojado un poco igual le correspondió el abrazo estando acostados, no le respondió a lo que dijo pero en su mente y corazón le dijo "yo también", y esa respuesta se la expresó en una sonrisa.

Se quedaron así un buen rato, estaban tan cómodos que se quedaron dormidos en el pasto, y al despertar ya no escuchaban nada más que el sonido de las cigarras y grillos, además de que ya había obscurecido bastante, Karamatsu se asomó primero para asegurarse de que no hubiera nadie cerca que pudiera verlos, y tal como lo sospechaban, el lugar estaba completamente solo y de nuevo ya no quedaba ni rastro de la luz del sol, y ya hasta se podía ver la luna resplandeciente. Karamatsu le extendió la mano a Midori y la ayudó a levantarse, ambos se quedaron en un silencio incómodo, el cual Midori rompió.

- Eh... Linda noche, ¿no lo crees? -

- Toma la carta y vayamos a nuestras casas, ya es tarde... - volteó a otro lado para evitar hacer contacto visual con ella mientras le extendía la mano con la carta

- Pero ni siquiera sabemos que hora es... ¿en serio tienes que irte? - dijo ella con cierta tristeza

- Sí, ya es tarde y lo sé porque la luna ya es visible -

Midori bajó la cabeza y la mirada mientras le tomó la carta, casi arrebatándosela, mordió sus labios en angustia y frustración y con ambas manos hechas puño, no lo soportó más, esa situación que la enfermaba, ¿solo por cartas podía ser tierno? ¿Cómo es que sus palabras por escrito eran más cálidas que las que le decía en persona? Preguntas así invadieron la mente de Midori, y en lo que ella se mortificaba con esos pensamientos, Karamatsu había empezado a irse, ya iba varios pasos adelante lejos de la joven, aún así, él iba lento, como si algo lo estuviese reteniendo, tal vez palabras contenidas en su interior, o querer abrazarla, llorar incluso, pero nada salía de él, Midori estaba frustrada de sentir esa frialdad, y ella ya con los ojos cristalinos por las lagrimas que estaba por derramar, salió un grito lo suficientemente fuerte para llamar la atención del segundo hermano.

- ¡Karamatsu! - gritó ella alzando la cabeza para verlo, él se giró rápidamente sobresaltado por el llamado, aún así no pronunció palabra alguna - vuelve por favor... explícame... - ella sintió un nudo en su garganta formándose, pero se deshizo cuando la frustración se mezcló con el enojo - ¿¡Por que en tus cartas eres diferente!? ¡No puedo reconocer al Karamatsu que está frente a mi! ¿¡Quien eres!? ¿¡Quién es él!? - le arrojo la carta que él le había dado

Karamatsu la miraba con su siempre fruncido ceño, esta vez era de asombro y preocupación por semejante reacción, y la boca ligeramente abierta... dirigió sus pasos a Midori y de camino recogió la carta, de nuevo estaban frente a frente, aún sin decir nada, la tomó de la mano y la llevó a una de las bancas que había por ahí. Ella iba reclamándole lo mismo, pero una vez sentados le tapó la boca.

- Bien, ya gritaste lo suficiente... ¿has pensado en cómo me he sentido yo? Por supuesto que no... quien te ha malcriado así fui yo, I'm sorry my princess... ¿sabes lo mucho que me ha dolido todo esto? ¿Lo sabes? Por supuesto que no, pero sé que algo trama Osomatsu contigo, y no puedo evitar preocuparme y preocuparme por ti me lleva a recordar... recordar aquel sentimiento que tenía por ti, pensé en ir con Ichimatsu a visitar a Dekapan, así él podría ayudarnos a deshacernos de esto que sentimos... pero no podemos - esbozó una pequeña sonrisa mezclada con una especie de tristeza - más bien no queremos... es como si nosotros quisiéramos sufrir por ti, mientras que tú y Osomatsu tienen algo, y duele... pero te extrañé tanto que te tenia que volver a hablar de un modo u otro... - le quitó la mano de la boca y cubrió su rostro para resistir el llanto y Midori lo abrazó en cuanto él se cubrió

- ¿tú crees que yo la he tenido más fácil?... ambos somos idiotas por pensar cosas así... yo no... no quería lastimar a nadie y aún así lo hice... pero no soporté sentirte diferente por medio de las cartas a como eres en persona, ambos seguimos sufriendo por esto, por mi culpa, pero me esta matando que me trates diferente en tus cartas, dime por que empezaste a escribirme, por favor - lo miraba angustiada, sabía que aún seguía el dolor ahí para ambos, pero no podían evitar estar ahí.

- Ya te dije que me preocupa lo que Osomatsu pueda hacerte... -

- Eso no es en serio, dijiste que si me quedaba con cualquiera de ustedes estaría bien, de ser cierto eso no dirías nada ni me hubieses escrito, dime, ¿por que empezaste a escribirme? - sonaba adolorida pero firme

- Osomatsu puede...- ella lo interrumpió

- ¡Dime la verdad! -

- ¡Porque te extraño! - Karamatsu en ese instante que lo gritó, quitó sus manos de su rostro, mientras que los ojos de Midori se agrandaron como platos, después de un momento de silencio viéndose a los ojos volvió a hablar - ¡Te extraño! ¿No lo entiendes? Extraño salir contigo, extraño ir a tu casa y conversar de todo y de nada, extraño invitarte a salir y hacerte reír, extraño tus abrazos y tus caricias, y más que nada... extraño esto - llevó sus manos rápidamente a las mejillas de Midori y sus labios fueron a dar directamente a los de ella, todo fue tan rápido que la chica no pudo ni reaccionar ni predecir que eso pasaría, solo se dejó llevar por el momento, y cerró sus ojos llenos de lagrimas mientras lo abrazaba y le correspondía aquel beso en medio de la noche.

One Girl, Two Matsunos?!Where stories live. Discover now