~Otro amigo por correspondencia

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Midori había vuelto a la escuela, tenía sus clases como siempre y hacía lo que le apasionaba, mientras que por las tardes era visitada por Osomatsu y Fighting, cuando ellos no trataban de ligar con ella y en vez de eso se ponían a juguetear y a comportarse más como sus amigos, en esos momentos ella se sentía más cómoda, más libre, sin tener que mentirles con el falso amor que les daba, sí los quería pero era un amor que se tienen los amigos, no como novios, en las noches aún extrañaba a Karamatsu e Ichimatsu, sus voces y su tacto de ambos, esas miradas llenas de cariño que eran solo para ella... a veces confundía mentalmente a Osomatsu con ellos dos, eran tan parecidos a veces, pero en serio que el cariño de cada uno era diferente.

Un sábado después de la visita de sus padres, Midori les dijo a Osomatsu y a Fighting que iba a estar trabajando porque ya estaba en el límite de días para entregar la animación a Hatabou, ambos chicos entendieron y no pretendían molestarla o distraerla, así que la dejarían tranquila. En lo que la joven animadora se encontraba dándole los últimos retoques al cortometraje mientras estaba sentada en el sofá con la computadora sobre un cojín que tenía en las piernas y tableta gráfica en mano, y justo cuando terminó de darle la última revisión, un pequeño maullido se escuchó.

- ¿Lynn? - preguntó Midori y la gata volvió a maullar, la joven bajó el brazo para tratar de alcanzarla y la mascota pasó por debajo de la mano de su dueña dejándose acariciar, en especial la cabeza, pero cuando la mano de Midori tocó un poco su hocico, notó que esta tenía algo ahí - ¿que es eso? - Lynn lo soltó - ¿una carta?... no tiene nombre y el sello es negro... -

La chica abrió la carta y esperaba reconocer la caligrafía pero estaba hecha a computadora, quien la hizo en verdad pensó en muchas cosas.

"Querida Midori.
¿Como has estado? Yo no muy bien, pero por lo poco que he sabido tú sí intentaste salir adelante sin mi, y estoy muy orgulloso de ti por ello... quería pedirte perdón por aquello... en verdad no podía, he pensado demasiado el volver a hablar contigo pero me duele, intenté mandarte un mensaje de texto pero no encontré el valor para hacerlo... y luego me acorde de Oliver y pensé que este modo de expresarme es el más apropiado, si quieres hablar conmigo así, iré dejando mis cartas en el lugar donde a veces mis hermanos o yo vamos a pescar, te agradecería si ahí también dejas tus cartas contestándome, y si no quieres hablarme lo entiendo, igual te suplico que me digas si quieres hablar conmigo o no
Atentamente, un amigo."

- ¿Un amigo?... ah... - y vinieron a su mente dos personas que podrían haber escrito esa carta, así que con una débil sonrisa se fue por un par de papeles, con una hoja hizo un sobre, doblándolo con cuidado y cariño, y cuando terminó, tomó la otra hoja para plasmar ahí lo que ella sentía.

"Querido amigo.
He hecho todo lo posible para despejar mi mente, ya sabes que ni por ti ni por nadie puedo detener mi sueño, y haré todo lo posible por ser exitosa en ello, aún así no dejo de pensar en lo ocurrido... perdóname por favor, no quise lastimarte nunca y prometo dejar atrás esos sentimientos solo para poder conservar nuestra amistad que es muy importante para mi... espero que a través de las cartas podamos recuperarnos de lo que hice, estaré encantada de poder escribirte cartas, supongo que necesitamos preguntas para avanzar en esto así que me gustaría saber quién eres, ¿puedes decirme por favor?
Con cariño, Midori"

En cuanto terminó, guardó la carta en el sobre y fue a donde los sextillizos suelen ir a pescar, no sabía en donde dejar la carta así que solo la dejó ahí, el destinatario decía "A mi buen amigo por correspondencia", solo era cuestión de suerte que nadie más la tomase, pero ella no se iba a fiar, así que acudió con el guardia de la zona y le dio las especificaciones de quienes podían tomar la carta, si era el sextillizo de azul o de púrpura podían tomarla, mientras tanto nadie podía mover la carta de su lugar, y así pasó.

Uno de los sextillizos había ido a su lugar de pesca y, al ver la carta, esbozó una sonrisa sincera y un tanto amplia, al leerla sus ojos se llenaban de lágrimas por aquel sentimiento tan fuerte, aún así regresó a casa con la carta en el bolsillo, y con esa carta inició todo otra vez.

One Girl, Two Matsunos?!حيث تعيش القصص. اكتشف الآن