69. Beso

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Besó y besó, dibujando toda la esencia del hombre que amaba, girándola alrededor de su corazón y bailando con su alma.
(C.D. & A.S.)

* * *

Después de que Magnus bajara del auto con su alma y entraran a la mansión, Alec cerró fuertemente los ojos cuando sintió su nueva alma salir.

No quería verla. Él no quería este cambio. Él no lo había pedido. No era justo.

Sintió al alma de Magnus, su vieja alma, llamarlo, estando a su lado. Sus labios temblaron antes de que sus ojos volvieran a abrirse por fin, lentamente volteó hacia donde el alma permanecía sentada a su lado.

El alma era idéntica a Magnus, igual que la suya era como una réplica suya en tonos grises. La de Magnus había sido azul, del azul de sus ojos porque... ¿era su destino, su alma predestinada?, ahora ya no más. Alec sintió un nudo en su garganta mientras se perdía en la profundidad de los ojos del alma, le recordó a los verde dorado de Magnus, los primeros días, ¿y, hace un momento, realmente sucedió? ¿Magnus recuperó el color sus ojos un instante?

El alma le sostuvo la mirada, ambos calmándose lentamente, hasta que una pequeña sonrisa curvó sus labios. De nuevo, la misma sonrisa de Magnus.

Era extraño como Alec había pasado de no querer mostrar nunca su alma, un alma pura y blanca, a dejarla fuera, a la vista de todos, cuando los rompieron y ella se volvió gris. Ahora volvía a ocultar esta alma, pero mientras que con su propia alma no sintió nunca la necesidad de disculparse, con el alma de Magnus sí, quería darle una explicación.

Se acercó a tomar su mano cuando comenzó a hablar: -Me alegro tanto de que seas tú, que sea Magnus. No sé si fue destino o no, y me duele que él vaya a morir por culpa mía, pero quiero que sepas que voy a cuidarte mejor de lo que hice con mi propia alma. No me avergüenzo de ti, pero no quiero que vean el cambio, ¿puedes volver a mí? Vuelve, por favor.

Alec no tenía por qué pedirle algo a su propia alma, él podía obligarla a entrar, pero no quería. No quería usar un alma a la fuerza, como hicieron con la suya, era precisamente esa la razón por la cual -aunque tenía derecho por haberla comprado- no usó el alma de Magnus hasta que ella dio el primer paso.

El alma acarició un lado del rostro de Alec con su mano libre antes de asentir y volverse uno con él nuevamente.

Mientras Alec bajaba del auto y entraba a la casa, intentó decirse que no, él no intentó imaginarse lo que sería una caricia de Magnus como había hecho su alma.

Esto no está pasando.

Decidió tomar una ducha para tomarse un poco más de tiempo y tranquilizarse antes de ir por su alma.

Consideró un momento no ir y dejarla con Magnus. Ahí estaba a salvo, él nunca le haría daño. Pero después recordó las palabras de Magnus, él le había pedido como último deseo sólo quedarse cerca, pero era obvio que también le preocupaba su alma. Y hoy se veía han agotado cuando llegaron -Alec odiaba pensar que en cualquier momento podría morir- que no era justo angustiarlo innecesariamente.

Con un suspiro, después de ducharse, ponerse ropa más cómoda, y usar el alma de Magnus, se dirigió a su habitación.

Tocó varias veces, pero nadie abrió ni hubo respuesta. Con el corazón acelerado y manos temblando, entró a la habitación y casi corrió hasta la cama donde Magnus estaba profundamente dormido. La expresión cansada había sido reemplazada por una de paz.

-No -Alec sintió que podía llorar, llorar por alguien que no era él ni su alma. Magnus no estaba muerto, no podía haber muerto. Con ojos llenos de lágrimas se acercó hasta él.

Por la posición en que estaban no pudo ver que el alma gris y Magnus estaban tomados de la mano.

Ninguno pareció notarlo cuando Alec se acercó a Magnus, tomando su rostro como su alma había hecho con él, y dejó su propio rostro a sólo centímetros del suyo, buscando su respiración.

Magnus no podía estar muerto. No, no ahora, necesitaban tiempo, al menos unos días más. Él no estaba listo para dejarlo ir ahora.

-Magnus -Alec susurró el nombre de aquel impuro con tanta ternura, sus lágrimas y su aliento cálido golpeando la piel fría de Magnus-. Magnus, por favor -repitió sin obtener respuesta.

Alec se separó de él, listo para correr con Izzy y pedirle ayuda, pero entonces como un imán Magnus lo atrajo de nuevo, el alma dentro de él se estremeció mientras Alec, casi sin darse cuenta, volvió hasta Magnus, sin saber lo que estaba haciendo, cuando sus labios se rozaron, los ojos del alma gris se abrieron.



CONTINUARÁ...

Casi lloro con este capítulo 😭 el primer beso malec ❤ en un momento así 😭💔

Dueño de mi alma (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora