59. Sería todo diferente

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¿Quién te hizo daño? ¿Quién abusó de ti? No me lo digas, calla, yo estoy aquí contigo. Tienes la suerte de que cuentas conmigo y sé que por primera vez alguien te escuchara... 🎶

👆 recomendación

* * *

Alec se sentó, mirando a Magnus cocinar, en silencio. Magnus no lo miraba, Magnus no le habló, no lo presionó para hablar tampoco después de pedirle que le hablara de él. Magnus tarareaba una canción, no bailaba, pero su cuerpo se veía apenas contenido.

Eso hizo a Alec preguntarse cómo habría sido Magnus antes de llegar con los Lightwood, ¿cómo era Magnus antes de que vendieran su alma?

Por como se movía, como sonreía a pesar de ser un impuro, como acababa de enfrentarse a él, Alec no podía creer eso de que Magnus había sufrido. Seguramente Magnus tuvo una vida fácil, montones de novios, Magnus bien podría haber sido un coqueto... Alguien como Edward.

Alec sintió su ceño fruncirse, sus mano cerrarse en puños, algo pesado en su pecho, oprimiendo, cerrando su corazón que comenzaba a abrirse.

Era difícil volver a confiar y él no sabía nada de Magnus.

Cuando él se unió al alma azul, le dejó ver todos sus recuerdos, pero él no tomó ninguno del alma ni ella lo ofreció.

Magnus se sentó frente a él, dejando una gran taza de chocolate con malvaviscos. Tenía una enorme sonrisa y sus ojos oscuros brillaban con ilusión. Alec iba a decirle que ya no eran niños, pero al final tomó la taza y no hizo ningún comentario.

-¿Quieres que hable yo primero? -preguntó Magnus, volviendo a la estufa, a lo que sea que estuviera cocinando-. ¿Sería más fácil para ti, Alexander?

Y, de nuevo, ese "Alexander" removiendo su alma. Estremeciendo su ser.

-¿De qué quieres que hable? -Alec sentía esto tan surrealista, nunca se imaginó conversando con el antiguo dueño de su nueva alma. Nunca se imaginó conversando con nadie, en realidad.

-¿Del amor? -había un poco de duda, por primera vez, en la voz de Magnus. Aunque seguía sin mirarlo.

-No conozco el amor -Alec parpadeó varias veces, decidido a no llorar.

Magnus dejó lo que sea que estuviera haciendo y volvió a sentarse frente a Alec. -Tal vez tengas razón, el amor, amar, y enamorarse es diferente. Aunque van de la mano, yo sé que tú te enamoraste, tal vez no llegaste a amar completamente y eso es bueno, ese hombre no lo merecía. Pero eso no cambia el que tú te hayas enamorado. Dime cómo fue. Si quieres superarlo, tienes que empezar aceptando que sucedió, negándotelo no ganas nada, ni huyendo de lo que te lo recuerda.

Alec quería gritarle que qué sabía él, pero de nuevo se contuvo. Cerró sus ojos y, por alguna razón, los verde dorado de Magnus -su mirada antes de volverse un impuro- llegó a sus pensamientos.

-No me gustan las mujeres -dijo, después de un suspiro-, pero nunca me atreví a mirar a ningún hombre. No ver de verdad. Siempre esperé no llegar a sentir, dicen que por eso mi alma no tomó ningún color, yo estaba muy cerrado en mí mismo. Hasta que él llegó, Edward. Él mostró interés en mí, ¡en mí!, era sorprendente, era... -se rió con amargura-, en aquel momento parecía mágico. Un hombre hermoso, al menos por fuera, me quería, quería saber de mí, estar conmigo. Yo era joven, más joven, inexperto. Y Edward supo envolverme. Supo hacerme sonreír hasta que dolían las mejillas, reír hasta que dolía el estómago y no podía respirar, me hizo sentir valioso e interesante, erizó mi piel con su mirada y luego revolucionó todo en mí con un beso. Así que, cuando me lo pidió, cómo no ir con él, cómo no mostrarle mi alma... Creo que si hubiera esperado un poco tal vez no estaríamos aquí ahora, yo se la habría dado de buena gana, le habría entregado libremente mu alma y nadie habría muerto, mi mamá y Max estarían vivos, yo no sería un impuro puesto que habría dado mi alma porque quería, podría vivir sin ella, sin traumas... -le sonrió a Magnus-, mi padre no habría comprado tu alma y tú estarías disfrutando tu vida, y no a unos días de morir.

Magnus sintió que le costaba respirar. No por la idea de morir o de una vida sin todo este problema, sin esta condena de tiempo contado. Su molestia fue por el alma gris.

-Creo que olvidas lo más importante, Alexander -Magnus se puso de pie, visiblemente molesto, sorprendiendo a Alec-. ¿Y tu alma? ¿Dejarías tu alma en manos de alguien así de verdad? Quiero pensar que eres mejor que eso -se encaminó hacia la puerta de la cocina después de una risa amarga.

Alec no entendía, ¿qué había hecho ahora?, le habló de su enamoramiento como él había querido.

-¿Eso es todo? -le gritó cuando Magnus ya iba saliendo-. Me ofreciste tu mano y ahora te vas -intento no sonar herido, esa era su vida, su historia de siempre, ser abandonado.

Magnus no se detuvo, pero sí le dijo: -Todavía quiero ayudarte, pero quiero que tú solo comprendas tu error, Alexander.



CONTINUARÁ....

Alec no verá todo de una, tengan paciencia, es difícil que lo entienda después de tanta negación 🙈💔

Dueño de mi alma (Malec)Where stories live. Discover now