20. Traficante de almas

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Tenía que rendirme y confiar en su palabra. Llevaba parte de mi alma en la suya.
(Wade Kelly)

* * *

Magnus salió de la habitación, sintiendo una punzada en el pecho, mucho más fuerte que antes cuando Alec lo alejaba de su alma, porque ahora, aunque estuviera cerca, definitivamente ya no era suya.

Oficialmente pertenecía a Alexander Lightwood.

Se sentó en el pasillo, al lado de la puerta, no escuchaba nada, pero no hacía falta, iba a obedecer a Alec, y además quería estar cerca...a pesar de todo.

El alma gris, en cambio, permaneció de pie. Ella sabía perfectamente qué había visto el alma azul. Los mismos recuerdos que ella tenía.

Lo peor que podía pasarle a un cuerpo y a un alma.

Eso les había pasado a ellos.

Y más que el dolor y el abuso de aquel ladrón, Alec nunca se perdonó las consecuencias.

Extendió su mano hacia Magnus, justo cuando Isabelle Lightwood apareció: -Ven a comer algo -ella insistió cuando Magnus negó-. Alec va a tardar, y prometo no hablarte, sólo ven a comer.

Magnus y el alma gris se miraron y luego fueron a la cocina. Isabelle le sirvió algo a Magnus y le sonrió al alma de su hermano antes de salir, después de cerrar la puerta susurró: -No tengo que hablar para ayudarlos.

Magnus miró en una esquina de la mesa un diario viejo y la curiosidad pudo más que él, el alma lo siguió cuando fue a tomarlo, ella sabía qué había ahí.

Dos noticias en primera plana:

Asesinato de Maryse y Max Lightwood.

Detenido el traficante de almas más buscado.

Y una foto de un rubio ojiverde.



CONTINUARÁ...

ahora sí... ¿ya saben qué pasó?

Dueño de mi alma (Malec)Where stories live. Discover now