Capítulo 45

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Él se congeló y la miró con la boca abierta, y un segundo después, se manifestó a su lado para agarrarla en un abrazo tan fuerte, que le impidió respirar.

“Me estás aplastando.” _____ no supo quién estuvo más sorprendido cuando esas palabras salieron de su boca.

Si ella o su padre.

Completamente atónita, ella lo miró, mientras él le devolvía la mirada, con la boca abierta. “¿Tú has dicho eso?”

Ella se tocó la garganta, casi temerosa de tratar de usarla otra vez. “Creo que sí.”

Por los Dioses, ella podía hablar…

¿Pero cómo?

¿Y aun así, por qué estaba en la casa de Solin? Ella seguía pensando en eso porque no tenía explicación posible. “¿Qué estoy haciendo aquí?.”

Solin la miró con el ceño fruncido mientras trataba de comprender qué estaba pasando. _____ estaba viva. ¡Viva!

Él había planeado enterrarla en unas horas. Pero ella estaba ahí, sana y salva y…

Viva.

Él seguía repitiéndose esa palabra porque no podía creerlo. ¿El Guardián no la había matado?

Era inconcebible. Ella había estado en este lugar por dos días enteros mientras hacía las

preparaciones. Sin pulso. Sin latidos. Y ahora estaba de la misma forma que había estado siempre.

“¿Te acuerdas algo de la semana pasada?”

_____ negó con la cabeza. “Estaba en casa. Me acuerdo que estaba enojada por algo, pero no me acuerdo qué. Luego me desperté aquí. ¿Me teletransportaste?”

“No, bebé, no lo hice. De verdad no te acuerdas de…” Él no quiso mencionar Azmodea si ella no lo recordaba, “que viniste tras de mí.”

Ella negó con la cabeza. “¿Por qué iría atrás tuyo?”

Los ojos de Solin se empañaron al darse cuenta de lo que El Guardián había hecho por ella.

Había liberado a _____ para siempre, para que finalmente pudiera vivir su vida sin que ninguno de ellos tuviera que temer a que los otros griegos la encontraran. Todos pensaban que estaba muerta ahora.

Por primera vez en su vida, estaba completamente segura.

¿Pero por qué habría hecho algo así?

¿Qué te parece?

El Guardián la amaba. No había otra razón. Ninguna. Había sacrificado su propia libertad, su vida, por _____.

Solin se quedó ahí, asombrado y agradecido. Nunca en su vida alguien había hecho algo así por él.

“¿Te acuerdas de alguien más en estos últimos días?”

Ella levantó una ceja. “¿Cómo quién?”

“¿Un hombre con cabello castaño?”

“No es novedoso, pero no recuerdo haber visto a alguno últimamente. ¿Estás bien? Me estás mirando de forma muy rara.”

“Nunca estuve mejor.” Él le sonrió. “Sólo estoy agradecido de que estés despierta. Estos últimos días estuviste muy enferma…” Él tendría que explicarle, eventualmente, por qué no recordaba varios días de su vida. ¿Qué mejor forma que una enfermedad? “Estuvimos preocupados por ti, eso es todo.” Pero por dentro, se sentía como la mierda mientras se debatía qué hacer. Él odiaba tener secretos con ella, especialmente uno que incluía a alguien que obviamente la amaba tanto como el Guardián.

Ella tenía derecho a saber lo que él había hecho por ella.

Pero si ella no tenía recuerdos del Guardián. ¿Por qué perturbarla con la verdad?

Obviamente, su seguridad significaba más para el Guardián que cualquier otra cosa. ¿Quién era él para interferir?

Mientras ella no lo recordara, él nunca le hablaría de lo sucedido.

“¿Tenéis hambre?” le preguntó, tocando su cálida mejilla, algo que nunca más daría por sentado.

“Pudo hacer que George te prepare lo que quieras.”

_____ sonrió ante su oferta. “Panqueques de banana sería genial.” Ella no sabía por qué, pero extrañamente tenía ganas de comer eso.

“Vístete y me voy a encargar que te estén esperando en el atrio.” Solin le besó la mano como si fuera una reliquia sagrada y dudó antes de finalmente soltarle la mano e irse. Sí, claro, su padre estaba de un humor muy raro.

Mientras fue al armario y abrió la puerta para buscar algo menos horroroso que lo que tenía para usar, una sombra apareció en su mente.

Un mundo más allá de este mundo.

¿Por qué parecía algo importante?

Ella abrió y cerró la puerta del armario.

La forma en que el empapelado azul resaltaba con el techo le recordaba algo. ¿Pero qué? Lo tenía en la punta de la lengua, pero no podía hacer memoria.

¿Azul en el techo?

¿Qué estuve haciendo? Ella se sentía mareada y tenía su voz de vuelta. Pero lo que realmente la confundió fue que al sacarse el vestido vio…

¿Eso era una golondrina?

¿Qué carajo?

Frunciendo el ceño, ella se tocó el tatuaje en su hombro, justo debajo de la clavícula que no había estado ahí antes. Era increíblemente colorido y hermoso, pero ella no recordaba habérselo hecho. Y si eso no era lo suficientemente extraño, tenía un collar egipcio raro en su cuello.

Está bien, háganme recordar que no vuelva a tomar nunca más.

* * *

“Eres tan patético.”

Guillermo ni se molestó en mirar a Noir a la cara mientras el muy hijo de puta venía a drenar sus poderes nuevamente. Él estaba tan débil que apenas podía respirar. Desde que había vuelto, como parte de su castigo, no se le permitía recargar sus poderes.

Y por ese pequeño acto de piedad, en realidad, estaba agradecido. Sin sus poderes él no tenía ninguna forma de ver a _____. No tenía la tentación de intentarlo… lo cual la mantenía a salvo.

Aun así, él daría cualquier cosa para tener un segundo más con él. Para volver a ver a esos hermosos ojos color topacio…

El Guardián [Willyrex&Tú] *Editando*Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang