Capítulo 12

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Peor, él habría matado a Solin si ella no hubiera estado ahí para detenerlo. ¿Cómo podía haberse olvidado de eso?
No dejes que te engañe Es maligno hasta sus entrañas.
Y aun así, ella había visto más en el que un asesino sin alma. Además, ella conocía a mucha gente que pensaba que Solin era el epítome de la oscuridad. Esos quienes habían hecho su mejor esfuerzo por matarlo, Solin también había asesinado. Las cosas nunca eran blancas o negras. Más bien había muchas tonalidades de gris.
“Por qué torturaste a Solin?”
Él se quedó inmóvil mientras una vena le latía en la mandíbula. “Noir me dijo que lo hiciera.”
“¿Hacés todo lo que Noir te dice que hagas?”
Él la miró con una furia que le causó miedo. “No soy débil,” gruñó con los dientes apretados. Las terribles cicatrices en su cuerpo eran testigos de eso. Esas heridas habrían matado a cualquier otro. O al menos habrían logrado que se escondieran en algún agujero. “No dije que fueras débil.”
“Lo implicaste.”
Quizás, pero…”Sólo estoy tratando de entender cuál es tu trabajo aquí. ¿Qué hace un Guardián?
La vergüenza que había visto antes se reflejaba en sus ojos. “Hago que se cumplan las leyes de Noir.”
“¿De qué forma?”
“¿Dé que forma piensas que lo hago? Castigo a los que rompen las reglas.” Él daba vueltas, negándose a responder su pregunta. Ella no se daba cuenta si lo hacía a propósito o si era parte de su forma de ser y no lo podía evitar.
“¿Cómo decides qué tipo de castigo impartir?
“No lo hago.”
Fue entonces que ella entendió todo. “Hacés lo que Noir te pide que hagas.”
Él asintió lentamente y era obvio cuánto odiaba lo que le forzaban a hacer. Era evidente en cada molécula de su cuerpo.
Pero eso sólo la confundió más. “Con tanto poder que tienes. ¿Por qué no dejas este lugar?”
Él apretó sus dientes antes de contestarle. “No puedo dejar este lugar, de la misma forma que tú tampoco puedes hacerlo.”
“¿También eres un prisionero?”
“Soy un esclavo,” dijo con suficiente veneno como para derribar a un elefante.
Eso cambiaba las cosas completamente. Ella no sabía de qué forma Noir lo mantenía en este lugar, pero debía ser algo muy poderoso. Con razón era tan miserable. Con razón quería ver la luz del sol. A _____ se le formó un nudo en la garganta mientras el dolor que sentía por él se instalaba en su corazón. Él no merecía esto. Nadie lo merecía.
“Si me devuelves mis poderes, puedo liberarte.”
Él le frunció los labios en un gesto de disgusto. “No gracias. Ya caí con esa mentira antes y no pienso volver a hacerlo.”
“¿Qué mentira?” Guillermo se alejó de ella mientras trataba de no recordar la última vez que alguien le había prometido liberarlo. Él había mantenido su parte del trato, y…
Nunca nadie lo ayudaría. Nadie. Era la lección que mejor había aprendido mientras estaba atrapado en el infierno. Y era un error que nunca volvería a cometer. No volvería a ser tan estúpido. Jamás. Él estaba aquí para quedarse. No había nada que pudiera hacerse y seguir luchando sólo le traería más dolor. Cada vez que había intentado escapar, Noir lo había traído de vuelta y había hecho que lo lamentara.
Nunca más voy a ser tan estúpido.
Y eso quería decir que debía encontrar lo que Noir le había pedido antes de que el bastardo volviera a convocarlo. “Necesito información sobre la llave. Muéstrame cómo hacer una búsqueda.”
Ella suspiró pesadamente. “Sí, Amo.” Su voz sonó en un tono diferente mientras ella lo decía. “Lo que sea que usted requiera de mí.” Ella lo miró con los ojos entrecerrados, y luego volvió a su voz normal.
“Podrías decir por favor de vez en cuando, ¿no? No va a lastimarte. Ser amable no duele.”
Él se burló de esa mentira. “Eres una tonta inocente si crees esas cosas. Ser amable destruye a quien lo es con los demás, siempre.”
“Yo no soy un demonio.”
“No tenéis que serlo. Créeme.”
_____ dudó al escribir al escuchar esa nota extraña en su voz. Le dio una visión diferente de él.
“¿Nunca fueron amables contigo?"
Guillermo no pudo hablar mientras recordaba unos pocos años después de haber sido salvado del desierto.
Él había sido feliz en ese lugar por un tiempo. Su familia adoptiva había sido amable. O al menos eso era lo que había pensado.
Pero al final, sólo había logrado que la traición fuera más que la de su madre y padre. Al menos, lo que él recordaba era que sus padres nunca le habían hecho creer que lo querían. Él siempre había sabido cuál era su lugar con ellos.
Fueron las mentiras las que lo habían lastimado más profundamente.
No, fue haber creído que su familia adoptiva lo quería. Que el significaba algo para ellos cuando no era así. Sino ¿cómo hubieran podido traicionarlo de esa forma cuando todo lo que él había hecho era amarlos y apreciarlos? Él siempre había hecho sus tareas sin que se las pidieran y sin quejarse. No había pasado un día sin que les dijera que estaba agradecido por tenerlos en su vida. ¿Y para qué?
Él los había amado y ellos solo lo habían usado para mano de obra gratis. Y luego, al final, lo habían vendido como si no fuera otra cosa que un mueble roto.
Guillermo tragó ante la amargura que era su compañera constante. “La amabilidad es una mentira, y no quiero saber nada con eso.”
Con un gesto indescifrable, ella dijo nada mientras realizaba la búsqueda… cuando comenzó hacer clic en los resultados, eran cosas que él no podía descifrar.
“No entiendo que significa eso.”
Ella le leyó los resultados de la búsqueda. “Olimpo también es el nombre de un equipo de fútbol.
Todos estos enlaces se relacionan con eso y no con la montaña en Grecia. “¿Qué es exactamente lo que estás buscando?”
“No lo sé. Noir dice que es algo que le pertenece a Solin. Algo que puede usar para entrar en el Olimpo y matar a Zeus.”
_____ ensanchó sus ojos en shock. “¿Harías que Noir fuera más poderoso de lo que ya lo es? ¿Por qué?”
“Porque cuando traté de debilitarlo, no me fue demasiado bien.”
“¿Qué queréis decir con eso?”
Guillermo se encogió al recordar la cara de Noir tanto tiempo atrás cuando él había descubierto lo que había hecho. No era algo por lo que quería volver a pasar.
“Nada.”

_____ quería patearlo por su ciega estupidez en lo que se refería a Noir. “¿No te das cuenta de lo que pasaría si Noir recupera todo su poder?”
Él la miró de una forma que la inmovilizó en su silla.
“Lo que entiendo es lo que él me va a hacer a mí si no le consigo lo que quiere.” Él pasó su mano por debajo de su mentón donde estaba esa horrible cicatriz. “Tengo que conseguir esa llave.”
“¿Y no te importa a quién tenéis que lastimar para obtenerla?”
“¿Por qué debería importarme?”
Ella no podia creer la honesta sinceridad detrás de esa pregunta. “Porque está mal. No hay que lastimar a la gente.”
“Pero ellos me lastiman a mí.”
“No. No es así. La gente es decente y—”
“¡Desgraciado!” Un chillido femenino hizo eco a través de su habitación, interrumpiendo las palabras de _____. “Ven. ¡Ahora!”
“Azura,” susurró. “Tengo que irme.”
Se desvaneció instantáneamente.
_____ suspiró disgustada. Ella no podía creer que estaba atrapada en este lugar. Con él. Pero al menos todavía no la estaban torturando.
Todavía.
Sin embargo, sentada ahí, escuchando al silencio que era ensordecedor, ella tuvo un mal presentimiento de que esta situación no iba a durar mucho tiempo.
Algo terrible estaba en camino.
Y ella lo sabía.

El Guardián [Willyrex&Tú] *Editando*Where stories live. Discover now