Capítulo 2

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_____ no se podía mover. No podía respirar mientras miraba al….

¿Demonio?

No había otra forma de describirlo. Era la única posibilidad…

Salvo un que fuera un Dios. Y ni siquiera Azura o Noir dejarían que un Dios estuviera en sus dominios, a menos que fuera su hermana, Braith. Los Dioses, como regla, no compartían el territorio fácilmente. Ni siquiera con su familia.

Nadie en su sano juicio compartiría el territorio con una criatura tan salvaje.

Morocho, mortal y tenebroso, estaba envuelto en un aura de poder supremo. Y hacía que el aire entre ellos chisporroteara, con su fuerza e intensidad sobrenatural. Él era una presencia que haría que Darth Vader corriera pidiendo por su mamá. Le ponía los pelos de punta. Ella nunca había visto algo parecido, a pesar de haber visto muchas cosas terroríficas en sus más de mil años. Él no sólo había entrado en la habitación.

La dominaba.

No. La comandaba.

Con su respiración entrecortada, se tomó un momento para estudiar a su enemigo, esperando encontrar alguna clase de debilidad.

Sí, claro… Era como tratar de encontrar una forma de contener un huracán. Y a pesar de que él estaba calmado en este momento, tenía la singular impresión de que él podía tornarse violento sin más provocación que arquear una ceja de forma que a él no le gustara.

Su lacio cabello castaño oscuro estaba peinado hacia arriba, en punta. Ese cabello no estaba compuesto por un solo tono de marrón, sino mechones de todos los colores, pasando por el rubio al caoba, al castaño, hasta el negro. De alguna forma se complementaban dando la impresión de cabello castaño.

Con más de un metro noventa de altura, era la persona más intimidante que había visto. Intimidante al nivel de hacerte mojar en los pantalones porque va a chuparte el alma y comérsela cruda. Más si tomabas en cuenta que ella era una persona que podía pasear en las peores pesadillas que existían.

Su rostro estaba pintado de blanco con líneas angulares rojas y negras pintadas de tal forma que le recordaba a un guerrero Kabuki. Aunque, como era un demonio, podía no ser pintura. Bien podría ser el color natural de su piel. Las líneas rojas, estaban dibujadas de forma que daban la impresión de una mirada siniestra y burlona. Sus ojos estaban cubiertos de negro, que bajaban por los costados de su nariz para formar una punta sobre ella. De la misma forma, el color negro subía por el costado de sus ojos hasta la base del cabello. Ese color enfatizaba la palidez, frialdad y rudeza de esos ojos color verde metálico. Desalmados. No había nada en sus ojos excepto la promesa de una muerte brutal y un dolor tan profundo que su mirada podría traumatizar a cualquiera que tuviera un gramo de instinto de preservación.

Dado su tamaño, intimidaría hasta en su peor día. Junto con su armadura color borgoña y dorada con puntas cubiertas de sangre, y el gesto en su cara, podría hacer que el mismo diablo se arrinconara en una esquina.

Dios, ayudame. . .

_____ quería alejarse de él, pero estaba la pared que la frenaba. No había forma de retroceder. El único camino era a través de él.

Sí, y eso no va a ser posible. Ni siquiera un camión con acoplado podría moverlo. Sería como tratar de atropellar a Godzilla. Ella respiró lentamente, esperando a que él la atacara.

-¡No te atrevas a lastimarla! -Solin gruñó desde donde estaba encadenado a la mesa. -Juro por los Dioses, que te voy a carnear como a un cerdo si le respirás encima. -

Eso causó que el demonio levantara la ceja en una expresión de burla. -Ya establecimos que no hay nada que puedas hacer, excepto salpicar mi armadura con sangre. -Y volvió su mirada brutal hacia ella.

El Guardián [Willyrex&Tú] *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora