CAPÍTULO 16: NO ME AMENACES

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Mierda.

Veo que a Christian le brillan los ojos al escuchar a mi abuela decir eso. Cierra el puño y me indica con la mirada que yo me encargue de Susannah. En ese instante, tiro de su brazo y le doblo la mano para que suelte la pistola. A la vez, Christian le da un codazo en el abdomen a Paul y le quita las tijeras. De ahí, se abalanza sobre él y comienza a golpearlo con furia.

-¡Te vuelves a acercar a mi mujer y te corto la verga con tus tijeritas!- ¿dijo "mi mujer"?

No me da tiempo de estallar de alegría. Susannah trata de recuperar la pistola y le tuerzo el brazo, después le practico una llave china y poco a poco va perdiendo el conocimiento.

-¡Paul, Susannah! ¡Mátenlos!- grita desesperada la anciana Morton.

-No pueden. Es más, usted es la que la va a pasar mal. Y no se atreva a molestar a mi abuela, ¡vieja bruja descerebrada!- le grito a la anciana y hago más fuerte mi agarre.

Ella tiene los ojos muy abiertos, ahora ¿quién somete a quién?

Dejo a Susannah caer al suelo como un bulto, a la vez que Christian se aparta de Paul, que está inconsciente en el suelo -con el " rostro de ángel" que se carga- cubierto de sangre.

Sale de la habitación Christian y vuelve a los pocos minutos con un rollo enorme de cinta americana.

Sin dejar de apuntarle a la anciana, Christian sujeta con destreza a Susannah y a Paul. ¿Como lo hace? En ese instante, recuerdo que mi abuela está al teléfono. Me acerco a Aurora y le arrebato el auricular.

-Abuela, ¿sigues ahí?
-Si, tesoro. ¿Que tal?- ahora la escucho casi feliz. Nunca he entendido a mi abuela.
-Abatidos, los compinches. Sometida la anciana - respondo escueta.
-Perfecto - me responde igual.
-¿Que quiere de ti la bruja? - le pregunto.
-Joder. Solo eso sabe hacer la estúpida. Te contaré otro día, tesoro. - me responde fastidiada, y añade, -¿Quién es el muchacho que está contigo?
-Se llama Christian. Nos atacaron en mi departamento. Él no tiene nada que ver en esto...

Recuerdo como nos sacaron del departamento, como nos interrumpieron y como nos amenazaron para chantajear a mi abuela. ¿Cómo se atreven?

-Ni tu, mi cielo. - me consuela mi adorada Ofelia, - Y dime, ¿es guapo?

Siento como mis mejillas se tiñen de un rojo intenso y Christian en ese instante me mira y sonríe travieso.

-¡Abuela!
-¡Ja ja ja! Lo tomaré como un ""- responde mi abuela risueña.
-Luego te cuento. Quiero irme a casa, pero no tengo idea de donde estamos. - me vuelvo a concentrar al ver en donde estamos.
-Pronto terminará. Deja llamo a una amiga y te ayudaré a volver a volver a casa.

Se corta la llamada y Christian sale de la habitación. Ahora solo nos queda esperar.

Trato de hacer un recuento de hechos del último mes, y me doy cuenta de que en la última semana y media he vivido más intensamente que otros meses, y que Christian tiene mucho que ver con eso.

Desde que lo conocí, me siento diferente. Me siento realmente viva...

Mierda.

Tuve sexo con él, y ¡no usamos protección!


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