Día 20: Amanda con A de Arpía. *P1*

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Estoy en ese punto en el que nada parece tener sentido pero al mismo tiempo tiene todo el sentido del mundo. No digo nada porque no sé qué decir, la opresión en mi pecho me indica que puedo empezar a llorar por todos estos sentimientos: rabia, decepción, tristeza, frustración por las ganas de matarlos y saber que me meterán a la cárcel.

—Nicky, no es lo que parece—Dice él.

Desvío mi vista de la patética imagen que muestra Amanda llena de lágrimas y lo miro directo a los ojos pero él no lo resiste y mostrado un poco de vergüenza agacha la mirada.

—Dominic confía en ti, te ama como a un hijo.

El sollozo de ella me distrae.

—Y tú ¿cómo pudiste? —Me voy contra ella

Él se interpone protegiéndola de mí y me siento dolida porque en todo caso no iba a golpearla... muy fuerte.

—Déjala Nicky. Ella no ha hecho nada, ella no...

—Ambos tienen responsabilidad Eddy, ambos son la misma basura. 

Su mirada cae.

—Ella no es la culpable, soy yo Nicky, soy yo que... — Me toma del brazo con suavidad.

—No le digas a Dominic, no sucede nada, esto no significa absolutamente nada, solo fue un desliz, solo fue... nada, no fue nada—Dice ella con voz entrecortada.

Los hombros de Eddy caen y hace una mueca de dolor.

Ahora lo puedo entender, él la ama, está enamorado de ella y juro que ahora mismo me debato entre abrazarlo y golpearlo, ¿por qué de todas las personas tuvo que enamorarse de una mujer casada, con el corazón y la vida comprometida?

—Claro que le diré a Dominic, no mereces nada, no soy tú, Amanda.—Digo. Sus ojos a pesar de estar llenos de lágrimas transmiten odio, está enfadada y le importa una mierda disimular en este punto.

Salgo de ahí dejándolos atrás. Estoy a punto de bajar y armar un escándalo que ni Lupita Ferrer en novela México-Venezolana armaría.

—Nicky— Me llama Eddy.

Él me toma del brazo y arrastra hacia uno de los cuartos, le patearé el trasero, juro que le patearé el trasero.

—No me toques, no me toques maldito traidor.

—Sé que quieres a Dominic, pero debes entender lo que pasa.

—Lo entiendo perfectamente, estás enamorado de ella, la quieres Eddy y no te importó pasar por encima de Dom, de su matrimonio, de Darren y de todos, pensaste con tu pene.

—Es muy fácil juzgar para ti, es muy fácil hacerlo cuando no estás en mi posición. —Parece molesto pero al mismo tiempo está verdaderamente triste.

—Eres mi amigo, Eddy. Te quiero, quiero a Dominic, y no saldrás bien de esta, y no me refiero a Dominic. Amanda no te quiere.

Me toma de la mano cuando intento salir.

—No sabes cuantas veces he querido ser yo el que descubra todo esto, pero ella no lo merece Nicky, sé que crees que sí, pero te lo juro que no lo merece.

—Dom tampoco Eddy, y eso no los detuvo.

—Dale tiempo que arregle su situación, que sea ella que se lo diga, te prometo que lo hará. Solo te pido tiempo. Ella terminó conmigo, Nicky.

Ignoro su tristeza, y me giro para salir y ahí está Darren. Parece molesto o sorprendido en este punto no pienso en mucho, por algún motivo me congelo al verlo.

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