Día 15: Blanco en movimiento. (Parte I)

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Mientras se funde el queso, y calienta el pan, intento cortar tomates sin perder un dedo. Sé cocinar, es solo que no me gusta hacerlo.

 —Buenos días. —La voz me obliga a levantar la cabeza. Es Andrea. 

 —Bueno días. —Respondo llevándome una rodaja de tomate a la boca. 

Me concentro en cortar. Toma asiento justo frente a mí.

Siento su mirada taladrarme. 

 — ¿Desayunas? —Pregunto para romper el incómodo silencio.

 —Claro. —Dice simplemente. 

Preparo los emparedados con lo que ya habia hecho: Queso fundido, queso crema, tocino y jamón, y agrego el tomate. El silecio que se posa sobre nosotros es ensordecedor. 

 —¿Es Nicolla o Nicolle?

 —Ambos. Me llamo Nicolla Nicolle.

Coloco el plato con el emparedado en frente de él.

 —Oh, ingenioso. —Mira su plato. Y a continuación dice sin más: —No eres el tipo de chica con el que Darren sale.

Levanto una ceja mientras tomo asiento frente a él. Él se levanta y busca dos vasos.

— ¿Eso es bueno o malo?

—Es... conveniente.—Sirve el jugo de naranja y toma asiento. 

Sonrío.

— ¿Conveniente?

—Ya sabes, la prensa con la atención desviada y el "cambio de Williams". Cuando él estaba en el hoyo, llega la chica muy buena y ¡puff! todo desaparece.  — Da un gran mordisco a su emparedado. Me mira fíjamente. En cualquier otro momento un chico como el me derretía totalmente con sus ojos claros y el cabello azabache, pero no, ahora solo intento que no logre intimidarme.

Sonrío otra vez. 

— ¿No soy su tipo de chica por ser "conveniente"?

No responde, se limita a tomar jugo con esa sonrisa descarada en el rostro. 

—Sabes Nicky, no creo en la suerte o coincidencias. 

— ¿En qué crees Andrea?

— Creo que las personas no cambian, no creo en las segundas oportunidades... —Da otro mordisco a su medio emparedado. 

—Eso es muy triste. —Digo.— Yo creo que... todo es posible. Inclusive Darren saliendo con alguien "conveniente" como yo.

Esto último es una gran mentira, no se trata de baja autoestima, somos agua y aceite, en este caso, yo seria un dulce sirope de fresa y él... no lo sé, cianuro.

—Lo conozco lo suficiente y tú no eres su tipo de chica, eres algo así como... normal.

Sonrío, pero quiero golpearlo. 

—Y volvemos con lo del tipo de chica.

—No te conozco lo sificiente para decir que me agradas, pero eres una buena chica. No pierdas tu tiempo o acabarás como cada cosa que Williams toca, acabarás rota.

—Soy más dura de lo que crees. 

—Con un buen representante todo es posible, cariño. O parece que es posible aunque no lo sea. Marko es excelente modificando la verdad.

— ¿Tan dificil es creer que él se fije en alguien como yo? —Me cruzo de brazos y,  aunque estoy hambrienta, comer es lo último que quiero. 

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