6. Griffin-Blake (parte I)

5.2K 278 41
                                    


Los días habían transcurrido con normalidad, con mucho trabajo y muchos inversores interesados en el proyecto que habíamos anunciado, lo cual multiplicaba las horas en las que tenía que estar en mi oficina, enterrad en papeles junto a Anya, teniendo que decidir qué o quién podría ser una buena opción. Alejándome de lo que de verdad me gustaba: el trabajo práctico, el estar delante de mi ordenador y mi libreta, liberando toda mi creatividad.

Por otro lado, la formación del nuevo departamento también robaba parte de nuestro tiempo, en principio, para ver cómo cooperaba el nuevo equipo bajo las órdenes de Raven Reyes, les habíamos propuesto un pequeño proyecto: iniciar el desarrollo de un software básico para un sistema de hardware de seguridad que estaba desarrollando el equipo técnico de ingeniería. Todo iba como la seda, en pocas semanas el grupo se había mostrado cohesivo y efectivo, consiguiendo dar grandes pasos en poco tiempo.

En especial, Raven se había mostrado como una buena líder de departamento, y sin duda con una capacidad de motivar y agradar que claramente le venía de forma natural en su forma de ser, habíamos realizado una reunión con los jefes de los departamentos, para presentar el nuevo equipo y ponernos al día con los diferentes proyectos. Habían encajado todos a la perfección, en especial, Raven se llevaba ridículamente bien con Lincoln, y no sé por qué, sospechaba que la chica, amiga de Octavia, se había acercado en principio a él para asegurarse de que fuese buen chico, lo vi en su inquisidora mirada, que día a día se transformó en amistosa, al fin y al cabo, eran bastante parecidos y solían hablar de O en sus ratos libres.

Así como ni Anya ni yo habíamos tenido demasiado tiempo para ser libres, habíamos estado trabajando mucho. Llegaba a casa tan cansada que apenas aguantaba unos minutos antes de caer rendida en mi cama, no había tenido apenas tiempo de pensar en las sensaciones que me abrumaban desde el fin de semana que pasé la noche con Clarke. Aunque no pensase en ello, ella no paraba de acudir a mi mente, reviviendo su forma de mirarme antes de cerrar los ojos para dormirme y viendo los suyos igual de reales y brillantes, más azules que el mismísimo cielo, antes de despertar cada mañana. Habían pasado semanas y, aún así, no salía de mi cabeza, día a día aumentaba su presencia en mis pensamientos.

Era viernes, por fin un viernes en el que no nos tuvimos que quedar hasta las tantas, como ya por fin habíamos terminado con las reuniones importantes pude ir vestida cómodamente con una camiseta gris, vaqueros negros y mi querida chaqueta negra de cuero, sin preocuparme de las apariencias. Así como también había convencido a Reyes de que, aunque fuese una empresa seria, podía ir vestida como quisiese siempre que no tuviésemos reuniones importantes con agentes externos. Así que su atuendo era casual relajado.

Anya y yo salimos de mi despacho a las siete, con el único fin de regresar a casa, en el ascensor nos encontramos a Raven y Lincoln, que hablaban animadamente sobre el proyecto común. Comenzamos a bajar todos, mientras la latina miro su móvil, pues había recibido un mensaje, al leerlo oí maldecía por lo bajo.

-¿Qué ocurre?- preguntó Lincoln con el ceño fruncido.

-Ocurre que no tengo las llaves de mi piso, y mi compañera ha decidido que es un buen día para ignorar mis mensajes.

-¿Y no sabes si está en casa?- aventuré yo.

-Sé que no está en casa, hoy le toca noche de canto- ante nuestra mirada de incomprensión decidió añadir algo más -Canta en un bar algunas noches, como hobby. Así que estará allí. Así que no me queda más remedio que ir allí, que tengo que coger como 4 líneas de metro para llegar o morirme congelada esperando en mi portal a que ella llegue.- resopló bastante derrotada, en un gesto realmente dramático y gracioso.

Ya estábamos llegando al piso 0, donde ella se bajaría para salir, nosotros nos dirigíamos al sótano para coger los coches.

-¿Te llevo?- le pregunté, viendo como su rostro se iluminaba- Así de paso me tomo algo, no me apetece ir aún a casa- y aquello era cierto, ir a casa con tiempo libre me llevaría a pensar y esa noche no me apetecía.

Hasta que llegaste túWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu