Veintiséis (✔️)

5.5K 447 27
                                    

Aviso: Este capítulo ha sido agregado post-edición y por esa misma razón es probable que no posea las visitas o los comentarios que los demás capítulos.

Sueño aparentemente cumplido

Peyton

Me encontraba al frente de mi asesor para la entrega final de mi ensayo para la participación para la beca de la tan aclamada NYU (New York University), francamente me hallaba bastante nerviosa puesto que de obtener dicho beneficio no sólo tendría la oportunidad de estar rodeada de grandes maestros sino que finalmente podría demostrarle a mi madre lo valiosa que era.

Después de todo, tenía el promedio correcto, las cartas de recomendación necesarias y el perfil que ellos buscaban en sus alumnos, así que en verdad deseaba con todas mis fuerzas asistir por mis propios medios para así evitar más habladurías por parte de mi progenitora.

Aunque la verdad era que no tenía ni la más remota idea de qué pensarían mis familiares al respecto, papá estaría algo taciturno por la distancia en que se encontraba la escuela y Ash de seguro montaría una escena digna de película melodramática.

Di un suave suspiro y me propuse a dejar de lado mis preocupaciones.

Debía de concentrarme en lo que pudiera decir mi asesor.

No negaré el hecho de que me había esforzado bastante en los últimos días (semanas) puesto que la temática que elegí era bastante arriesgada y fuera de lo común, mi intención era destacar y demostrar que la historia clásica no es lo único que puede llegar a ser denominado como historia.

―No tengo duda alguna, señorita Ferrer, ―murmuró el profesor Wayne ojeando por última vez el archivo que yo le había enviado a su correo institucional. ―Estoy completamente seguro de que va a ganar en esta área, su forma de escribir prácticamente parece poesía y su elección de contenido resultará refrescante a cualquiera que lo lea, genera interés, y eso es más de lo que cualquiera puede plantear en tan solo seis caras, ―pronunció quitándome la mitad del peso que cargaba en mis espaldas.

―Es un honor que piense así de mi investigación profesor Wayne, ―murmuré con una sonrisa de oreja a oreja.

El hombre regordete que de seguro rondaba los cuarenta años dio un fuerte respiro antes de encararme.

―El honor es mío por haber sido elegido en su asesoría, señorita Ferrer, pocas veces los alumnos se detienen a interesarse por oportunidades académicas como esta, muchos no creen tener el talento suficiente y a otros les parece muy complicado o aburrido como para interesarse, ―hizo una pausa para desconectar su cuenta y apagar la computadora. ―He visto mucho talento desperdiciado a lo largo de los y cómo educador lo que más disfruto no es ver a mis alumnos graduados, sino saber que obtienen las oportunidades que en verdad merecen, su cerebro puede lidiar con retos aún más complicados de los que probablemente reciba aquí, ―comunicó avergonzándome un poco por la importancia que le daba a sus palabras.

―Aprecio cada una de sus acotaciones pero estoy segura que más de uno en mi generación podría haberse presentado, hay chicos muy listos dentro de mi clase, ―murmuré pensativa.

―Sí que los hay, Clayton Akins se mantiene reservado pero ya ha sido aceptado en varias universidades, y ese chico... Su amigo, Levi Martin, con su desempeño en el equipo de debate en los últimos años de seguro recibirá varias ofertas en las próximas semanas. Creo firmemente que tiene un gran futuro si se dirige hacia el mundo de ciencias políticas, ―murmuró negando con la cabeza.

Quedé asombrada.

Levi jamás me dijo que pertenecía al equipo de debate.

Me siento un poco estafada.

Diferencias AbrumadorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora