Diez (✔️)

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Lo que genera un Starbucks

Peyton

Esto era increíble.

Por la culpa de Asher he estado despierta desde las cuatro de la mañana un domingo.

Y de seguro se están preguntando qué era lo que alguien en su sano juicio podría hacer a estás horas.

¡Correr!

Una tremenda tortura que no acaba nunca ya que por el momento solo vamos dos kilómetros y tenemos que llegar a cinco.

Y todo se debe a que el señorito en cuestión no podrá realizar ejercicio en las tardes al tener que ir a ver a Amanda.

Detuve mi ritmo para tomar un poco de agua, hasta el año pasado estaba dentro del equipo de atletismo, pero en estos momentos mi cuerpo no me permitía estar en mis cuatro sentidos a una hora tan terrible.

Además, no logró comprender el por qué Ash no deja el equipo si claramente no está interesado o recibirá ningún beneficio a largo plazo en lo que los deportes significan. Aunque claro, es él quién quiere ser la súper estrella de la escuela y no hay nadie que lo convenza de lo contrario.

En estos últimos meses solo me queda soportarlo y asegurarme que nadie lo maté, ya que si de algo peca Ash (a parte de su promiscuidad), era su ingenuidad para identificar el peligro, más aún considerando la posibilidad de quizás no esté en casa el próximo año.

La verdad es que aún recuerdo la vez que le permitió entrar a un vagabundo a nuestra casa para bañarse, el hombre por su parte no dudó en golpearlo en el momento que menos se lo esperaba para robarse el marco de plata que mis abuelos le regalaron a mis padres por su boda.

Pero no me malinterpreten, él siempre se preocupaba por mí pero a veces sentía que creía demasiado en la humanidad y no se daba cuenta lo mucho que podía herirlo.

― ¡Estoy muerta! ¡Necesito un descanso y un buen café! ―murmuré a medida que señalaba el Starbucks a un par de cuadras de nuestra actual ubicación.

¿Cómo podía seguir teniendo tanta energía?

―Estamos en un calle más allá de lo que se puede considerar cómo clase media, ¿lo sabes no? ―me preguntó en un intento de no afectar la cantidad de dinero que guardaba en su billetera.

―Me importa muy poco si los cafés están un poco más caros de lo normal. Yo te he acompañado hasta aquí y necesito cafeína, ¿entiendes? ―indiqué decididamente mientras me dirigía hacia ese local angelical.

― ¡Vas a volver a ganar todas las calorías que acabas de quemar, Ton Ton! ―exclamó en un vago intento de que retrocediera.

― ¿Crees que me importa? ―le pregunté en respuesta sin retroceder en lo más mínimo.

Escuché a Ash bufar antes de seguirme el paso con mala cara, ya que claramente todo ese arduo trabajo se iría a la basura.

Una vez en la puerta con toda la confianza del mundo puse mis manos en el bolsillo del buzo de mi hermano y acto seguido le quite un poco de efectivo para hacer mi camino hacia la fila.

Él rodó los ojos y observó con detenimiento el menú.

Honestamente no entendía el por qué se preocupaba tanto por el dinero, tal vez no fuéramos ricos, pero nuestro padre siempre se encargaba de darnos una mesada digna para sobrevivir mes a mes.

Suspiré y espere que el señorito se decidiera por alguna bebida, para así poder irnos a sentar de una buena vez.

Al ver que la fila no avanzaba demasiado, sostuve mi frappuccino de fresa en mi mano y empecé a revisar mis notificaciones de wattpad. Me alegre al saber que dos de mis escritoras favoritas, tanto @pumpkinnose como @justsoray habían actualizado sus historias, Adorablemente, Mía y Odiando a Teo, respectivamente.

Diferencias Abrumadorasحيث تعيش القصص. اكتشف الآن