Veinticuatro (✔️)

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Un padre ejemplar

Peyton

¡Lo admito!

Tal vez exagere un poco al confirmar la orientación sexual de Sam pero estaba segura que si no inventaba algo rápido tanto mi hermano como Sydney me iban a comer viva.

Es decir, una cosa es lo que yo creo y otra muy diferente es lo que él intuye y no se atreve a decir.

Necesito dejar de divagar, aunque considerando la incómoda situación en la que me encuentro en estos precisos momentos, cualquier distracción es buena para mantenerme cuerda; después de todo, papá había escuchado nuestra conversación o al menos parte de ella y de eso no había duda alguna.

Lo peor de todo era que él había sido testigo del inesperado beso entre mi hermano y el payaso.

Ni siquiera yo me lo podía creer.

Siendo honesta fue como presenciar un beso entre Viktor y Yuri del conocido anime de Yuri on Ice, así de hardcore.

―Bueno, empecemos con el mayor, ―comentó Kevin Ferrer, mi padre aliviando un poco la tensión bajo mis hombros.

Se volteó hasta quedar cara a cara con Sydney.

Mierda.

― ¿Tú quién eres? ―preguntó analizándolo de arriba hacia bajo y de abajo hacia arriba sin ningún tipo de disimulo.

―Sydney Benson, ―contestó firmemente y sin ningún titubeo. ―Nieto de la señora Rose, ―agregó esperando alguna reacción de mi progenitor que por más que amará a su abuela como a una segunda madre ni siquiera parpadeó ante esa información. ―Amigo de Asher, ―siguió con un tono de voz más inseguro. ―E intento fallido de... ―se detuvo. ―Más bien, conocido de Asher y amigo de Peyton, ―soltó totalmente nervioso en esta ocasión.

¡Mierda!

¿Por qué dijo eso?

¿Acaso no tiene sentido común?

¿A quién intentas engañar Peyton? Si él tuviera el más mínimo rastro de sentido común. Jamás te habrías fijado en él, dijo en cuestión de segundos mi subconsciente.

Era extraño pero creo que mi cerebro tiene como voz de la razón a Asher.

Eso o ya estoy delirando.

―Bueno, Sydney Benson. Me encantaría saber el por qué consideras a mi hijo como a un conocido si disfrutas besarlo al frente de mi propiedad, ―murmuró asesinándolo una y otra vez con la mirada.

En verdad quería estar sepultada bajo tierra en este preciso instante.

Toda esta situación era en extremo vergonzoso y ni siquiera quiero imaginar cómo debe de sentirse Asher, quién no ha dicho ni una sola palabra desde que papá apareció.

―Con todo el respeto que se merece, señor Ferrer. Su hijo me estaba provocando y uno de mis defectos siempre ha sido que no puedo resistirme a los retos, ―comunicó dando un fuerte suspiro. ―Realmente me preocupo por sus hijos, sobre todo por Peyton, ella es como una hermanita para mí. ― ¿Qué rayos acaba de decir? ―Así que por favor, considéreme como... Un segundo hijo, ―agregó sin darme la cara en lo absoluto.

―Entonces, si mi hijo se lanza encima tuyo para tener sexo en medio de un parque a plena luz del día... ¿Lo harías? ¿Es eso lo que me estás intentando explicar? ―cuestionó mi padre muy inteligentemente.

―Depende, ¿hay niños en ese parque? ―preguntó soltando un par de risitas nerviosas.

― ¡Fuera de mi casa! ¡Ahora!

Diferencias AbrumadorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora