Veinte (✔️)

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Tonto payaso guitarrista

Peyton

―Tu novio no ha dejado de llamarme durante todo el maldito día, ―dejó soltar Ash en el instante que mi trasero se colocó en el asiento de copiloto de su auto. ―Y aunque debo de admitir que él ha participado en varios de mis sueños húmedos en el pasado, ya no me interesa o emocionado en lo más mínimo, Ton Ton, ―agregó con una gran sonrisa en el rostro.

¿Algún día él podría conseguir a alguien que realmente pudiera soportar sus conversaciones sin filtro?

¿Quién sabe?

El mundo da vueltas y ciertamente lloraré de felicidad el día que pueda ver con mis propios ojos a Asher Ferrer enamorado.

― ¿Por qué no le das tu maldito número para que pueda dejarme en paz? ―me preguntó mi querido hermano generándome un pequeño dolor de cabeza.

Suspiré con pesar.

Hace un par de días papá me compró un teléfono y aunque mi madre no estaba del todo de acuerdo, papá me pidió y aconsejó que la ignorara ya que tarde o temprano se olvidaría del tema.

Lo cuál gracias al cielo, ocurrió.

Así que durante mi limitado tiempo de ocio, robé algunos de los contactos de mi hermano, agregando a tanto Aiden Perfección Heart, Amanda y Sam.

En total tenía siete personas en whatsapp lo cual era un gran avance tratándose de mí.

― ¿Qué es lo que quiere? ―pregunté algo curiosa por la insistencia de aquel individuo.

―No lo sé con exactitud en varias ocasiones cortó la llamada antes de darme la oportunidad de contestar y luego... pregunto acerca de Amanda.

― ¿Qué tal le fue en la operación? ―pregunté de inmediato. ― ¡Lo había olvidado por completo! ―exclamé pensativa. ―Asumo que ahora tiene algo de sentido que no hayas asistido a la convención de universidades esta mañana. ¡Fuiste a verla! ¡Cuéntame! ―pedí volteándome a verlo con entusiasmo.

Pero en el instante que nuestras miradas chocaron supe que algo no andaba bien.

Algo había ocurrido.

― ¿Qué paso Ash? ¿Acaso ella...ella... ― no podía terminar la frase.

Y sin lugar a dudas no tenía ni la más mínima idea de cómo lidiar con esto.

Amanda.

―Ella no nos recuerda, Peyton, hice una escena en su cuarto, grité y lloré como un niño pequeño. Aiden tuvo que sacarme prácticamente a empujones y Amy no paraba de llorar por mi culpa. Fui olvidado, hermanita. Ambos lo fuimos, ―concluyó dejándome helada.

Vi por primera vez en mucho tiempo a mi hermano mayor, serio, irritado y notablemente herido.

La pequeña Amanda le rompió el corazón y más importante aún, cumplió uno de sus peores miedos.

Olvidar y ser olvidado.

Podía sonar un tanto tonto para mucha gente el hecho que un joven de su edad tuviera miedo a ser olvidado, pero desde que tengo memoria Ash ha tenido miedo de aquello.

Diferencias AbrumadorasWhere stories live. Discover now