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—No puede ser él —dijo para sí mismo, apretando los dientes, observando su corcho repleto de noticias en las que el protagonista era él mismo. El chico embarazado de Idaho.


Había sido un paria, para luego haber dado lástima, y lo tenían por último como víctima de un malvado hombre lobo que había ejercido su magia para fecundarlo y continuar con una especie más poderosa que los hombres lobo. Pero él no era una víctima. Peter lo había sido.

Cada vez que miraba el rostro del hombre lobo, algo dentro se estrujaba, porque seguía existiendo su lazo incluso tras haberlo perdido. Nunca amó de nuevo, aunque tampoco tenía interés en siquiera intentarlo.

Porque acababa de descubrir una pieza en el rompecabezas. Aquel recién llegado se parecía a su amor perdido. Y se parecía a él.


—Tiene que serlo —susurró con lágrimas en los ojos, quizás de alivio, o simplemente de finalmente haber clarificado algo.


Su hijo no murió. Estaba en el pueblo con otra manada.


***


—¿Estás listo, Stiles? —preguntó Derek viéndolo jugar con el pelo del pequeño Arlo.

—Sí, será mejor que lo hagamos ya —murmuró el castaño. Se levantó caminando hacia la puerta, bajo la atenta mirada de su novio.

—¿En qué piensas, que estás tan serio?

—Creo que alguien no nos quiere aquí... nos atacaron al llegar, y ahora vamos al corazón del bosque, donde no sabemos lo que hay, y no sabemos si el lobo que es mi padre creerá que yo soy su hijo. Me cree perdido desde hace mucho, ¿no crees que será escéptico?

—Estaría en todo su derecho, pero a mí me conoce. Quizás la conexión mental que me permitió tener cuando fui a su manada siga ahí, a lo mejor por ahí me creen.

—Eso espero.

—Y no creo que los lobos disparen balas de acónito...


Stiles sonrió de medio lado mientras aseguraba el asiento de Arlo en el coche, y se montaba en el copiloto poniéndose el cinturón.

Derek comenzó a conducir hasta las lindes del bosque donde se adentrarían para buscar a la manada. No sabía con qué se encontrarían entonces, porque pese a que Peter había sido cordial cuando se encontraron en el pasado, la noticia que iba a recibir podía mandarlo a un estado bastante inestable.


Peter siempre creyó que su hijo había muerto con su lazo, y pese a que Stiles seguía vivo y su lazo no, el dolor podría desencadenar violencia, algo que no querían y menos con Arlo allí.

Aparcaron en el lugar más cercano a la gran espesura del bosque y salieron, sobrecogidos por aquel silencio agobiante. Porque sabían que el silencio significaba que la manada tenía la vista fija en ellos, vigilando sus movimientos.


Stiles agarró a Arlo con fuerza, pegándolo a su cuerpo y sintiendo que su hijo lo tranquilizaba a unos niveles que ni siquiera Derek conseguía. Porque el niño estaba cómodo. Notaba cómo el estado de ánimo de Arlo era uno relajado, como si se sintiera parte del bosque. Y por lo visto, así era.

Se adentraron un poco más, sintiendo el silencio aún más patente, agobiante. Derek lo miró unos segundos antes de convertirse en lobo, provocando la risa de su hijo. Entonces fue cuando vieron algunos lobos asomándose a aquel claro, al reconocer a Derek, Nuire, de vuelta en aquel bosque. Pero no sabía cómo se sentirían con una cara nueva por allí.


"Creía que nunca volverías por aquí nunca más, Nuire"


La voz le resultaba familiar, y una vez vio al lobo gris acercándose, entendió por qué Stiles se había tensado y estaba tan nervioso. Era el padre de Stiles. Derek volvió a ser humano, aunque sabía que Stiles podría seguir la conversación, también entendía que no quisiera transformarse y dejar caer a Arlo.


—Espero que puedas atendernos como humano por una vez —murmuró Derek mirando fijamente al lobo gris.

"¿Por qué debería hacer eso?"

—Porque soy tu hijo perdido —musitó Stiles entre dientes, cerrando los ojos e intentando dejar de temblar.


Sin anestesia.

Un potente gruñido nació de la garganta de Peter, violento, al mencionar a su hijo, el que estaba muerto, un mugriento humano cualquiera.


"¡¿Cómo osas venir a mi hogar a reabrir heridas, y a que un humano se ría de mí?!"

—Este humano nació como hombre lobo y fue atacado como humano a los cinco años por una manada que buscaban acabar con el fruto de un humano y un lobo. Y este humano me ha dado un hijo pese a su condición, dando a luz como lobo. Este humano fue encontrado por su familia adoptiva en este bosque, y créeme, jamás habría vuelto y menos a faltarte al respeto si no supiera que Stiles es tu hijo.


El bosque se quedó aún más mudo de lo normal. Hasta los lobos habían callado sin saber qué decir. El gris no había pestañeado en ningún momento, por lo que no sabían si se iba a lanzar a atacarlos y a acabar con ellos.

Pero lo vieron transformándose delante de ellos. Aquel lobo gris dio paso a un hombre humano, con el pelo canoso, ojos claros pero llenos de dolor, y los labios apretados como conteniendo un gruñido.


—Mi hijo está muerto —dijo en voz baja, como si le costara admitir aquel hecho después de tantos años.

—Mis padres adoptivos me encontraron en este mismo bosque hace veinte años, totalmente lleno de sangre y abandonado. Aprendí a controlar mi parte lobo, no me transformaba, hasta que una manada vino a matarme y casi lo consigue. Desde entonces no me había transformado, hasta dar a luz. Pero... leía la mente de los animales. El hecho de no tener manada me hizo más sensible al resto de la naturaleza, por lo que podía leer el pensamiento de todos. Sabía que no era normal, pero el hecho de quedarme embarazado... sacó a la luz la historia de mi padre, el jovencito que se quedó embarazado de su pareja hombre lobo, y... las piezas encajan, al menos para mí. Por eso quería conocerte, para saber si tú eras mi padre. —El hombre lobo miró a Stiles con intensidad, reconociendo rasgos de su Liam, y también los lunares que el amor de su vida solía tener.

—Tus ojos son marrones —dijo simplemente.

—Y los de mi padre verdes, y los tuyos azules. Soy hijo de dos hombres, lo que menos me extraña son mis ojos, por así decirlo.

—Hablas mucho —murmuró el hombre canoso, bajando la mirada.

—Y aún más cuando me pongo nervioso, y ahora estoy conteniendo mis temblores porque no quiero tirar a mi hijo al suelo pero te juro que estoy al borde del colapso porque jamás me imaginé conocer a mi padre biológico...

—Como él —dijo terminando la frase y alzando la mirada. Vieron que tenía lágrimas en los ojos—. Me llamo Peter. Sois bienvenidos a la manada —musitó con la voz ahogada, mirando fijamente a Stiles, e indicándoles a la pareja que lo siguieran.


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Espero que os haya gustado el capítulo <3 mucho love desde Scotland!

Wolf out [m-preg]Where stories live. Discover now