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Se despertó algo desorientado, sin saber dónde se encontraba. Un extraño hormigueo por todo el cuerpo fue espabilándolo, y poco a poco se dio cuenta que era algo así como la anestesia que sentía en el cuerpo por el orgasmo del día anterior. Sonrió estúpidamente cuando recordó la cita con Derek en su casa, y cómo lo había devorado antes de dormir.

Se acurrucó contra el cuerpo caliente de su novio, sintiendo su pecho desnudo por toda su espalda, y cómo el vello de sus pectorales le hacía cosquillas.

Se dio la vuelta y contempló el tranquilo rostro de Derek mientras seguía dormido. Era normalmente un gruñón por todo excepto con él -y en su consulta, que estaba genuinamente feliz por hacer lo que le gustaba-, y aunque le enamoraba su sonrisa, su ceño fruncido era también parte de él.

Le dio un beso en las comisuras, acariciando la barba con los dedos y suspirando por lo cómodo que se sentía entre sus brazos. El deseo seguía vivo en él, y no sabía qué era lo que le ocurría para no poder llegar hasta el final, pero él quería hacerlo con Derek. A pesar de sus ganas, iba a respetar su decisión de esperar.


—¿Qué miras con esa cara? —preguntó el moreno somnoliento, abriendo levemente un ojo. "Me cortaría un brazo por despertarme así todos los días" resonó en la cabeza de Stiles. Sonrió con dulzura ante aquello.

—A ti. Pareces hasta bueno cuando duermes. —Derek rio entre dientes y lo apretó un poco más entre sus brazos.

—Buenos días, espero que hayas dormido bien.

—No sabía que era tan cómodo hacerlo a tu lado.

—Puedes dormir conmigo los días que quieras. Mi cama siempre tendrá sitio para ti.

—Diría lo mismo de la mía, pero la cama de la facultad es individual —se quejó Stiles.

—Mejor. Así dormiré más pegado a ti.


Lo besó, provocando las quejas de Stiles por su mal aliento, y el moreno gruñó disgustado, separándose de él.


—Stiles, después de lo que hice ayer por la noche con la mía no es tu aliento lo peor que hay en esta cama. —El castaño se echó a reír, besándolo con más ahínco y echándose sobre él. Derek sonrió contra sus labios y se dejó hacer, notando a su novio a horcajadas, sentado directamente sobre su entrepierna. Su autocontrol se dejaba entrever, y su voluntad era de hierro, pero poco a poco su pene también pudo competir con el metal en dureza—. ¿Quieres otro orgasmo, Sti?

—Yo quiero un orgasmo tuyo —repuso el castaño mordiéndose el labio. Derek sonrió de medio lado, acariciándole el pelo.

—Créeme que yo quiero también —contestó con voz ronca—, pero no puedo, Stiles. —El otro parecía desilusionado. Hizo un puchero bastante cómico.

—¿Por qué?

—Tengo un... problema cuando me excito.

—¿Qué?

—Es una larga historia —murmuró Derek apenado—, te la quiero contar, pero yo también tengo que consultarlo con alguien.

—¿Tú también vas al psicólogo? —se extrañó Stiles.

—No exactamente, pero sí que me aconseja en esto.

—¿Tienes un terapeuta sexual?

—Es un problema fisiológico, Sti. No tiene nada que ver con cómo lo haga o no —comentó el otro poniendo los ojos en blanco, y luego mirándolo. "Definitivamente, tengo que hablar con Deaton. No puedo seguir así o me va a dar algo, y más teniéndolo encima" dijo la voz de Derek en su mente.


Wolf out [m-preg]Where stories live. Discover now