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Llevaba varios días sin poder retener nada en el estómago. Todo lo que comía se iba pocos minutos después fuera. Después de que pasara la primera noche en su residencia completamente solo, y que se lo contara a Derek, éste se negaba a dejarlo solo, por lo que dormía en casa del moreno.

Le encantaba quedarse allí, porque su novio lo mimaba hasta el extremo, con tanto cuidado que a veces se sentía idiota por dejarle hacerlo todo. Y luego por las noches dormía pegado a él, y su deseo se disparaba.

Y le había empezado a coger el gusto a ser anudado.

Derek se había levantado aquella mañana al oírlo correr al baño, y le había sostenido la frente mientras convulsionaba pegado al váter, sin nada en el estómago para vomitar. Le ayudó a ponerse de pie y contempló los ojos llorosos de Stiles, que temblaba violentamente.


—Vamos al médico —dijo Derek frunciendo el ceño.

—No —se quejó el castaño.

—Ya lo hemos hablado, y te dije que si no te ponías mejor, te iba a llevar.

—Pero no me gustan los médicos.

—Y a mí no me gusta que estés enfermo, así que vamos.


Stiles gimoteó mientras su novio tiraba de él, pero finalmente accedió a regañadientes. Se vistió con esfuerzo, ya que sentía todo su cuerpo débil, y finalmente se montaron en el coche de Derek.

Éste condujo hasta el hospital, y le explicó a la chica de recepción lo que pasaba. Les indicó que esperasen, y ambos se sentaron en la sala de espera.

Olía mal, y Stiles se estaba mareando. Notaba el olor a sangre proveniente de las salas adyacentes, y cerró los ojos, fatigado. Derek le pasó el brazo por los hombros al verlo tan mal.


—Ten paciencia, seguro que nos atienden rápido.

—Necesito ir al baño.


Tal y como se levantó de la silla y dio dos pasos, su cuerpo se volvió más débil, tanto que decidió desconectar, y se desmayó, afortunadamente siendo parado por los brazos del moreno, que había anticipado su movimiento.

Dos celadores acudieron en su ayuda, subiéndolo a una camilla e indicándoles que si no llegaba nadie más grave a urgencias, serían los siguientes. Derek le acarició la cara a Stiles, que estaba muy frío, y se mordió el labio inferior con preocupación.


***


Aún habían pospuesto el turno de Stiles, pero al cabo de otra hora lo condujeron a sacarle sangre. El castaño había despertado, pero se quejaba de un dolor abdominal fuerte. No había sufrido un golpe en el bazo, así que descartaron que fuera eso, y lo siguiente que pensaron fue apendicitis.

Tenían que esperar los resultados, y Derek se mantuvo acariciándole el brazo mientras miraba con intensidad la puerta de la consulta, mientras la sala de espera parecía llenarse cada vez más.


—Así no van a salir antes —murmuró Stiles sonriendo.

—Pero quiero que sepan que los espero.

—Pues das miedo. A mí no me lo das, pero es un poco intimidante que te miren así. Deja el lobo a un lado —dijo divertido, haciendo reír a Derek.

—El lobo feroz lo tengo reservado para cuando te recuperes. —Stiles atrajo el rostro de su novio y le dio un beso, en el momento que lo llamaron desde la consulta—. Venga, a ver si podemos irnos de una vez.


Derek ayudó a Stiles a levantarse, pero cuando llegaron a la puerta, el médico paró al moreno. Ambos lo miraron confusos.


—Sólo debe pasar él —dijo de manera autoritaria, mirando a Stiles. Éste se giró a Derek.

—Pero... viene conmigo, es mi novio, no pasa nada...

—Da igual Sti —repuso el moreno sonriéndole levemente—, estaré aquí fuera, te espero.


El castaño torció el gesto, pero pasó a la consulta. Derek se sentó a esperar, pero no pudo quedarse como si nada, así que agudizó el oído para enterarse de lo que hablaban.

El corazón de Stiles latía desacompasadamente, y esa irregularidad le preocupaba. ¿Quizás tenía alguna afección coronaria? Escuchó el suspiro del castaño, y el doctor carraspeó.


—Siento la espera, Mieczysław, pero esta noticia se la tengo que dar a usted nada más, porque es el primer caso que se ha dado en este hospital, y hemos tardado porque hemos buscado información sobre su caso.

—¿Tan grave es lo mío? —preguntó el chico asustado.

—No es grave, es... sobrenatural. —Se puso en alerta inmediatamente, ya que aquella palabra hizo que el corazón de Stiles bombeara aún más rápida e irregularmente.

—¿Perdón?

—En la frontera de Canadá con Idaho hubo un caso similar con otro chico, y no sé si es un patrón o qué, pero él también iba acompañado de su... secuestrador, por así llamarlo.

—Derek es mi novio, y ahora que no está él también se lo digo: es-mi-NOVIO.

—El chico de Idaho también lo decía, pero era porque el otro tenía oídos más allá de lo normal, y lo decía porque sabía que lo estaba oyendo.

—No sigo el punto que me quiere decir, pero yo estoy enamorado de él.

—Aquel chaval fue violado, y ya sé que las estadísticas de chicos violados son mayores como para habernos tenido que poner a comparar con alguien de Idaho, pero el caso es que ese chico estaba embarazado. Su secuestrador era un hombre lobo.


Derek abrió los ojos alarmado, dirigiendo la vista al interior de la consulta, donde Stiles permanecía aturrullado por la información.


—¿Qué? No existen los hombres lobo.

—El chico dio a luz a un lobo —dijo el doctor consultando el ordenador—, y luego fue asesinado por el que dijo que era su "novio".

—Derek no me haría eso. Y no estoy embarazado, así que las historias no son ni parecidas.

—En eso se equivoca, Mieczysław, sí está embarazado. Y le cuento todo esto porque es anatómicamente imposible que un hombre se embarace, a no ser que sea como le pasó al chico de Idaho. Las ecografías muestran que el hacerlo con un lobo le proporcionaron un útero temporal para que llevara la cría del hombre lobo, y cuando ésta nació, el útero desapareció. No hay más casos, pero éste podría ser el segundo. Quizás sea porque son hombres lobo, o no sé. Yo antes no creía en ellos, pero desde que en este estado han llegado personas con mordeduras gravísimas que luego se han recuperado escasas horas después, sin cicatriz siquiera, hace que un médico se haga muchas preguntas, y estudie lo que le rodea y vea más allá.

—No puedo estar embarazado —musitó Stiles abrazándose a sí mismo—. No quiero un lobo creciendo ahí dentro —graznó empezando a llorar—. No... no quiero verlo, dígale que se vaya, necesito estar solo.


Antes que el doctor saliera, Derek se levantó, mirando por la ventana de la consulta, cruzando miradas con Stiles, y le dirigió una dolida antes de marcharse. Respetaría todo lo que decidiera Stiles. Por mucho que doliera.


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Ahí tenéis escenas del tráiler xDDD

Wolf out [m-preg]Where stories live. Discover now