Capítulo 16

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—¿Todo bien? —Marco se apoyó sobre su codo.

—Sí. Martín dice que Daniela al fin se durmió —Camila cortó el teléfono, se metió debajo de las mantas y apoyó su cabeza en el abdomen desnudo de Marco—. Me hubiera encantado ver cómo Daniela ponía en su lugar a ese mal nacido.

—Si no me lo cuentan, no lo creo —Marco acarició el pelo de Camila—. Al parecer, tiene su carácter.

—Sí, y menos mal, si yo hubiese sido ella, le cuento a su señora inmediatamente. No puedo creer que el zángano aún quería mantener los sucesos en discreción para que su esposa no se enterara y así seguir teniendo una doble vida. Si se vuelve a acercar seré yo quien se lo diga.

—Al menos, eso lo mantendrá alejado.

—Espero que de por vida, no me gustaría ver a mi hermano sufrir.

Camila se abrazó a Marco, ella tampoco quería pasar por una decepción. Sabía que estaba en un terreno desconocido, pero ya no podía luchar con sus sentimientos, ya no podía hacer nada para alejarlo.

Percibió la mano de Marco deslizándose por sus piernas hasta que apretó la parte interna de su muslo. Camila soltó un pequeño, quejido porque, por lo que advertía, las horas de sexo desenfrenado no habían sido suficientes para acallar el deseo incontrolable que la hacía sentir. Aunque la fogata en su interior era imposible de extinguir hacía que, al mismo tiempo, lo odiara por volverla tan vulnerable.

El teléfono sonó y alzó su brazo para tomarlo, esperando que no hubiera vuelto el desquiciado del ex de Daniela.

—Hola, ¿estás despierta? —Amanda apareció del otro lado del auricular.

—No, soy una contestadora. Deje su mensaje y cuando me levante, la llamo —Camila habló como robot.

—No puedo esperar más. Dime, por favor, que Marco no te dio un par de nalgadas.

—¿Lo dices de manera literal o metafórica? —Camila percibió como la Mano de marco se escabullía bajo su vientre. Aguantó la respiración para no quejarse.

—De la manera que sea. Creo que necesitas alguien con carácter en tu vida, hace mucho que yo quería golpearte.

—Bueno, no quiero decepcionarte, pero obtuve más que eso —Camila notó la lengua suave de Marco acariciando su pezón. Cerró sus ojos y reclinó su cabeza hacia atrás—. Amanda, no puedo seguir hablando.

—¿Es broma? ¿Qué aún estás en eso? Son las seis de la mañana.

—No te puedo responder. Adiós. —Camila cortó la llamada y exhaló profundamente, soltando el aire que mantenía contenido.

—¿Todavía piensa que nos estamos matando? —Marco se ubicó sobre ella.

—Yo diría que por poco lo estás logrando. No pares. —Camila levantó sus caderas para encontrarse con una creciente virilidad.

A los minutos, Camila salió de la ducha de manera apurada. En el dormitorio se encontró con una bandeja con el desayuno, Marco mascaba una tostada, mientras revisaba su teléfono.

—No me puedo quedar más —se incorporó y le entregó las vitaminas a Camila—. No lo olvides, cualquier cosa me llamas.

—¿Algún problema? —Camila tomó un vaso de jugo, dando un pequeño sorbo.

—Sí, estamos atrasados en una reconstrucción y hay problemas con el diseño de unas sujeciones, y a las 9 tengo una reunión con unos clientes, acaban de agendármela. Tendré que hablar con Julieta, no puede avisarme a última hora. — Marco le dio un beso rápido en la frente y salió.

No es Divertido (Disponible en Amazon)Where stories live. Discover now