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Ahora que estamos todos, es hora que abras tus regalos. —Le dijo Sandra a su hija.

Habían llegado Florencia, Rocío, Carla, Gastón, los padres de él y sus dos hermanos con sus mujeres para almorzar con toda la familia. Más tarde se sumarían el resto de sus amigos del colegio, de la facultad y algunos otros que fue conociendo en la vida. Martina había decidido hacer un festejo pequeño porque al día siguiente se volvía a Estados Unidos y no tenía ganas de pasar su cumpleaños con personas invitadas por compromiso, prefería disfrutarlo con quienes ella quería.

Nick la miró esperando que le explicara porqué estaban ingresando todos al living en lugar de quedarse en el jardín, controlando la carne que se cocinaba en la parrilla.

—Mamá hizo que todos dejen sus regalos ahí para que yo tenga que adivinar de quién es cada obsequio.

—¿Es tradición? —Ella negó.— Yo no sabía, no hay ninguno mío ahí. —Comentó apenado.

Martina frenó su paso y se paró delante de él.

—Vos me diste tu regalo anoche. —Le recordó.

—Shh. —La silenció divertido y pícaro.— Que no se entere tu familia.

—Me refería a la cámara de fotos, tonto. —Aclaró riendo.— Pero ya que vos lo mencionas...

Ambos soltaron una carcajada y se acercaron al resto. Estaban todos formando un semicírculo con nueve bolsas en el centro y ella se sentó en el piso frente a ellos con su novio al costado suyo.

—Espero que no se delaten con sus caras cuando agarre cada regalo. —Dijo haciéndolos reír y mirando especialmente a sus amigas y su prima, que solían ser muy poco disimuladas.

Lo primero que descubrió fue un cuaderno de tapa dura con un diseño muy femenino y con la frase "Pies, ¿para qué los quiero si tengo alas para volar?" de Frida Khalo. Lo abrió y en la primera página se encontró una dedicatoria: "Para que sigas escribiendo los momentos lindos de tu vida. Gracias por todo, siempre vas a ser mi modelo a seguir. Te quiero". Era letra de mujer y no dudó cuando se acercó a Valentina para abrazarla.

—Me encanta, el que tengo se me está por terminar así que me viene bárbaro. —Rió y bajó el tono de su voz para que sólo la escuche su prima.— Toda la vida vas a ser mi persona favorita y mi princesita, aunque ya seas grande.

Recibió cuatro prendas de ropa que le costó descifrar quién se las habían regalado, finalmente eran de la familia de Gastón y de sus tíos. Lo siguiente que tomó fue una caja de madera que tenía pegado un cartel impreso que decía "Abrir con cuidado, frágil".

—Tengo que admitir que este me está causando mucha curiosidad. —Observó a todos para ver si alguno se delataba.— Malditos, de repente ahora son todos buenos actores. —Bromeó abriendo el paquete.

Se sorprendió al ver una caja más pequeña, pero aún así de un tamaño considerable, rodeada por papeles para protegerla y un sobre que le indicaba que primero tenía que ver el contenido que se mantenía oculto. Sacó un frasco de vidrio decorado y tapado que contenía papeles enrollados de tres colores diferentes. Estaba confundida, así que abrió el sobre.

"Martu, como estás viviendo lejos, queremos que te lleves este frasco para que nos recuerdes siempre. Adentro hay 365 papeles y la única regla es que no podes abrir más de uno por día para que te dure por lo menos un año completo. Seguramente te estás preguntando porqué no son todos del mismo color, no seas ansiosa, te lo vamos a explicar: cada uno de los verdes es una anécdota que sabemos que te va a traer un lindo recuerdo; los celestes tienen frases de alguna canción, motivadoras y positivas para esos días que necesites alguna inspiración o una respuesta; y las rosas tienen razones que te hacen especial y que te definen. Te queremos con todo nuestro corazón, para siempre."

Hold on (Nick Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora