La tormenta

2.7K 120 38
                                    

Ana

Miriam se ha quedado dormida sobre mi regazo, exhausta de tanto llorar pero llevamos demasiado tiempo aquí y yo tengo frío, y sueño, así que sacudo ligeramente a Miriam para que se despierte.

Ana- Miriam cariño, despierta, no puedes quedarte aquí-

Miriam- Estoy bien aquí-

Ana- Miriam, con tu cadera como la tienes, no puedes dormir en el suelo-

Miriam- No me importa, no voy a moverme-

Ana- Leona, hace frío, tengo sueño, no seas terca, vámonos a la cama- Miriam se aferra e mi cintura con más fuerza.

Miriam- Ni hablar, me niego. Si nos vamos a la cama me dirás que no podemos dormir juntas y aquí por lo menos puedo- Como una mula esta Miriam, mira que es cabezota, pero tiene razón, no pensaba dormir con ella, pero la he visto aquí llorando y siempre me pasa igual, no sé por qué con ella, al final, siempre cedo.

Ana- Te prometo que si vamos a la cama, por hoy, me quedaré contigo hasta que te duermas- levanto a Miriam y la empujo hacia el cuarto pero se resiste, a cada paso se da la vuelta y se engancha en mi cuello, es como si estuviera totalmente borracha.

Miriam- No, un rato no, te quedas toda la noche-

Ana- Miriam, sabes que eso, no puedo- Ayudo a Miriam a desvestirse, en esto no opone mucha resistencia, lo que no me resulta tan fácil es volverla a vestir después- Vamos Miriam, la camiseta no puedes dormir destapada- la recuesto en la cama.

Miriam- Pero tú vienes- Miriam me tiene cogida por la muñeca y tira de mí para que me meta en la cama con ella, hay un leve forcejeo- por favor, Ana no me dejes sola esta noche, sin ti no puedo- Y dejo que Miriam me arrastre a su lado.

Ana- Pero solo hasta que te duermas- Eso es lo que digo y de verdad que lo creo pero Miriam se aferra tan fuerte a mi cintura que cuando intento irme no puedo- Miriam, ¿estas dormida?- parece que sí, pero a cada intento de alejarme de ella Miriam me abraza con más fuerza y cuando pasa un rato dejo de intentarlo, porque una se siente bien en los brazos de la leona, por que siempre me gustó su calor y su olor a caramelo. Hoy voy a ser un poco egoísta, aunque sé que no es lo más inteligente, que estoy jugando con fuego, pero dejo que Miriam me abrace y me duermo.

Miriam

Me despierto y el olor a canela me invade, sonrío porque eso significa que Ana está conmigo, se ha quedado toda la noche a pesar de que me dijo que no lo haría. Sé que Agoney me dijo que tenía que dejar que ella marcara el ritmo pero con ella me cuesta frenar el impulso. Cierro los ojos de nuevo intentando concentrarme en lo que siento, el olor de Ana, el calor de su cuerpo sentir su peso sobre mi brazo, es todo perfecto, hundo mi cabeza en su pelo eso parece despertar a Ana, si lo sé no me muevo.

Ana-¿Buenos días, ya estas mejor?-

Miriam- Sí, osea preocupada pero mejor, gracias por lo de anoche-

Ana- De nada amiga, si no te importa ahora me gustaría, ¿podrías soltarme? me quiero levantar- miro apenada a Ana mientras la suelto, está claro que no iba a pasar a ser todo perfecto de la noche a la mañana. Pero da igual, Ana, yo no me rindo, te juro que después de hoy no te suelto.

Miriam- Sí, perdona y gracias, de verdad, eres una gran persona, hacer esto por mí cuando sé que no me lo merezco- la cojo de la mano.

Ana- No seas tonta, lo haría por cualquiera- Ana sonríe tímida mientras mira al suelo.

El Triunfo (Wariam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora