Puertas abiertas

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Ayer tuvimos que lidiar con una pequeña crisis creativa pero espero que os guste. Dejad comentarios si podéis se aprecian mucho y nos animan a seguir en momentos come este.

Miriam

Hoy es día de Gala y tengo la impresión de necesitar un par de días más. He pasado una semana realmente mala y no he podido centrarme en la actuación tanto como desearía, pero al menos Ana me ha perdonado. Y, aunque las cosas no han salido todo lo bien que yo quería al menos sé que tengo la oportunidad de tener a Ana en mi vida. Me desperezo y me levanto arrastrándome por la habitación hasta el pasillo, estoy muy cansada y tengo la cara hinchada de tanto llorar, fuera esta Ana, está bailando con Roi, con cara de dormida. Llego y me acerco a ella y me miró al espejo mientras Ana se inclina y besa mi cabeza. Después de esta semana incluso los besos que no son suficiente, para mí son un regalo.

Todos se asean y se preparan para la clase de yoga, pero como yo tengo disculpa médica por mí cadera ni siquiera me quito el pijama. En parte por pereza y en parte porque el espero que el pijama de Mickey traiga recuerdos a Ana. Ahora mismo doy gracias a que en la academia tengamos secadora porque no pienso cambiarme de pijama en una temporada.

Vamos todos juntos a la sala, no porque yo esté obligada sino porque por nada del mundo me perdería la posibilidad de ver Ana Guerra en mallas y top de gimnasia mientras hace posturas de yoga.

Nos disponemos en torno a un gran círculo y yo me siento en una de las pelotas. Mientras todos hablan cojo a Ana y la siento sobre mi regazo. Ana no se resiste y yo rodeo su cintura en un intento de tener a Ana mucho más cerca.

Ahora mismo me doy cuenta de que por una vez estoy contenta de que vivamos en una sociedad que obvia la sexualidad de las mujeres porque a nadie que nos vea se le ocurría pensar que, si yo siento a Ana Guerra en mi regazo o tengo con ella algún otro gesto de cariño, vaya a ser interpretado como más que un gesto inocente entre amigas, con excepción de las bolleras claro está que esas son muy listas. Así que pienso en cómo eso puede jugar a mí favor y así puedo testar las aguas para acercarme un poco más a la canaria. Así que tomo la resolución de intentar reconquistar a Ana, con cada uno de mis gestos ya que no se me da bien con las palabras.

Ana se levanta y yo echo de menos su calor de inmediato pero la clase empieza y yo me quedo mirando a mis compañeros mientras se ejercitan.

No llevan ni 20 minutos de clase cuando me tengo que levantar y salir de clase, me excuso diciendo que voy a cambiarme, pero la verdad es que necesito tomar un poco de aire me he pasado 15 minutos totalmente embobada mirándole el culo a la canaria y ahora tengo muchísimo calor así que salgo a la terraza a leer un poco hasta que mis compañeros lleguen a desayunar.

Desayuno

Veo de reojo como mis compañeros llegan y se acercan a las rejas donde nos sirven la comida. Yo me acerco a ellos y desde atrás abrazo a Ana Guerra.

Miriam- ¿Qué tal la clase? -

Ana- Bien, aunque no tan bien como cuando vienes. Me pierdo un poco cuando no estás delante de referencia-

Miriam- Tú lo que echas de menos poder mirarme el culo toda la clase. - Le susurro al oído, Ana baja la cabeza y sonríe avergonzada. Luego se vuelve me da un abrazo y, bajando la voz, me comenta.

Ana- Eso también, pero fundamentalmente la referencia- Está canaria va a acabar matándome.

Nos sentamos a desayunar y enseguida me veo rodeada por Raúl, Nerea y Agoney, al rato Mireya se une a nosotros y se completa la mesa y yo maldigo el momento en que decidí seguir la iniciativa de Agoney porque ahora hemos creado una especie de orden establecido en el que yo no puedo sentarme con Ana Guerra.

El Triunfo (Wariam)Where stories live. Discover now