Capítulo 4 -Imanes

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—Debería estar bajo las sabanas, soñando con Megan Fox o algo así —Lance torció la boca, el peso del desvelo podía notarse bajo sus azules ojos cuando dejó de sonreír, Keith lo miró por unos segundos preguntándose si él también tendría la misma apariencia trasnochada que el mulato.

Justo cuando Lance estaba dispuesto a tomar camino hacia su habitación para dormir al menos unas diez horas más, un delicioso aroma proveniente de la planta baja llamó su atención, siendo más fuerte que el sueño. Era tan ridículamente delicioso al olfato que incluso Keith cedió.
Ambos chicos se miraron en silencio teniendo una conversación puramente mental.

"¿Hueles eso?"

"Oh, claro que lo huelo."

Y acto seguido, ambos bajaron las escaleras inclinando sus cuerpos sobre la barandilla –ya que las escaleras estaban adyacentes a la puerta de la cocina/comedor—a unos tres escalones de la alfombra de la sala, obteniendo una vista perfecta al interior de la cocina con Hunk dentro de ella en delantal blanco, tarareando una canción desconocida para Keith mientras batía una mezcla en el recipiente que llevaba en la mano.

—¿A ustedes también los despertó ese increíble y delicioso olor? —preguntó Pidge, mientras bajaba las escaleras de manera perezosa, tallándose los ojos bajo sus gafas. Caminó hasta el interior de la cocina, al costado de la barra del comedor—. Por cierto, buenos días —dijo antes de dirigir la mirada hacia Hunk—. Hunk, exijo saber qué demonios estás preparando.

—Buenos días —respondieron ambos chicos después de haber asentido a la pregunta inicial de Pidge. Lance terminó de bajar las escaleras, dirigiéndose hacia la barra que dividía la cocina de la sala para subirse a ella de un pequeño brinco. Por otra parte, Keith apoyó los brazos sobre la barandilla recostando su cabeza atento a la respuesta del moreno mayor.

—No pensé que mi comida los despertaría tan temprano —Hunk levantó la mirada del recipiente donde se encontraba batiendo, feliz. Inmediatamente cambió su expresión haciendo una mueca que describía un "rayos" por toda su cara—. Los tres se ven realmente horrible, ¿noche difícil?

—Gajes del oficio... y del estudio —La castaña avanzó hasta el comedor, arrastrando una silla y sentándose para posteriormente recostar los brazos y cabeza sobre la mesa, aplastando su barbilla contra el mantel.

—Habla por ti, Pidge. Yo lidio con algo llamado "gajes de tener un compañero de habitación nuevo" —Lance apuntó con el pulgar a Keith desde la barra, el pelinegro sonrió levemente al ver lo que hacía Lance con el dedo.

—Gajes de que te haya tocado el peor compañero de habitación, definitivamente —Añadió Keith, esta vez sonriendo un tanto triunfante hacia Lance, el moreno traslado su mano hasta el centro de su pecho, haciendo una cara ofendida.

—¿Disculpaaa? —habló alargando la última silaba de manera dramática. Pidge y Hunk resoplaron divertidos ante su pequeña escena antes de continuar hablando.

El samoano colocó una bandeja sobre la mesa comenzando a esparcir casi de manera artística pequeños círculos de la misteriosa mezcla con un aura realmente feliz. No había que aclarar que Hunk AMABA cocinar—. No puedo decir nada respecto a eso, pero lo que sí puedo decir, respondiendo tu pregunta Pidge, es que decidí levantarme temprano para tener suficiente tiempo y preparar algunos aperitivos para la salida y mientras estaba haciéndolo dije "Oh, aún tengo tiempo, ¿Por qué no hacemos unas galletas?" y bueno, ahora mismo son testigos de mis maravillosas artes culinarias.

—¿Salida? —cuestionó Keith con un tono curioso. Ese era un pequeño detalle de él, cuando su curiosidad o temperamento lo agarraban desprevenido las palabras salían de su boca casi en automático.

El chico llamado LANCE - Klance AUWhere stories live. Discover now