Capítulo 36 "Adiós, Ryder"

1.5K 113 38
                                    

C A P Í T U L O   3 6
"Adiós, Ryder"

No quería abrir los ojos porque no quería verlo.

Sabía que me iba a doler demasiado abrir los ojos.

Pero, aún así, lo hice.

Y ahí estaba él, en toda su gloria, con una cara de desesperación y alzando las manos. No me miraba a mí, lo miraba a Zeth.

— Zeth, detente, sabes que no tienes que hacer esto —dijo calmado pero, a la vez, con desesperación—. Podemos arreglarlo de ltra manera y lo sabes muy bien.

Zeth se rió, aún con la pistola en mi cabeza.

— ¿Acaso crees que ella quiere ser salvada? En especial por ti, después de todo lo que le has hecho.

La rabia se apoderó de mí una vez más cuando Ryder atrapó mi mirada con la suya. Sus facciones cambiaron a una llena de culpa y arrepentimiento.

Pero, como había dicho antes, ya no me importaba. Me dolía demasiado, pero no iba a permitir que me importara. Sonaba loco, pero era el único pensamiento que me permitía seguir cuerda mientras mi vida pendía de un hilo.

— Espera, ¿q-qué? —dijo Ryder—. ¿Qué le has dicho, Zeth?

Zeth se rió.

— Pues, todo, claramente. ¿Acaso no crees que es lo menos que se merece antes de morir?

Ni siquiera me inmuté a hacer movimiento alguno más que cerrar los ojos.

Ya nada me importaba.

—¡No la matarás, Zeth! ¡Ya habíamos hablado de esto! —saltó Ryder, pero sus palabras me eran indiferentes—. ¿E-Eli? No te asustes, todo...

— ¡NO TE ATREVAS A DIRIGIRME LA PALABRA! —grité de manera inesperada e inconsciente, sorprendiéndome a mí misma y a los dos varones presentes.

Mi cuerpo comenzó a temblar. No podía controlarme. Decidí que morderme mis labios sería la mejor solución para evitar futuras estupideces como la que acababa de suceder.

Porque aquel chico no merecía ni saliva de mi parte.

— Te dije que le he dicho todo, señor inteligente —escuché burlarse a Zeth—. No la puedes culpar, hasta yo me pondría así si estuviese en su lugar.

— No estás ayudando, hijo de la gran-

Sentí las manos de Zeth tomar mi cuello y apuntarme nuevamente con la pistola en mi sien. No hice ni el más mínimo movimiento. Me sentía débil y sin fuerzas.

Lo único que pude admitir es que rezaba para que, una vez que me disparara en la cabeza, la bala le atravesara su mano. Al menos de algo podría regocijarme después de mi muerte.

— ¡No!

— Esto sí que es divertido, eh —se burló Zeth—. Pero no quiero que vuelvas a subirme el tono de voz. Recuerda que soy tu superior, R.

El silencio inundó el lugar y yo no quería abrir los ojos.

— Está bien, está bien, pero discutamos esto con calma —intentó negociar Ryder—. Vamos, déjala. Veremos una solución como siempre lo hacemos.

— Sabes que para esto no hay solución.

— Claro que lo hay —insistió Ryder.

— Deja de ser tan terco, por Dios, Ryder. Siempre has sabido mejor que todos que nos toca hacer y ser lo que nos tocó. Tú mas que los demás lo aceptabas —argumentó Zeth.

Peligrosa ObsesiónWhere stories live. Discover now