Capítulo 34 "Inesperado"

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C A P Í T U L O   3 4

"Inesperado"

Casi no había podido conciliar el sueño anoche. Saber que yo había presenciado un asesinato y que además había ayudado a escapar al asesino me daba náuseas. Pero, a la vez, se me venía la imagen de Ryder a la cabeza junto con todos los momentos importantes que él había creado.

Luego de un debate complejo conmigo misma, había llegado a la conclusión de que, inesperadamente, Ryder había acabado siendo tan importante para mí a tal punto de que podía admitir que lo amaba.

Amaba a Ryder Reynolds.

Luego, volvía mi cabeza a batallear contra mi corazón. Yo no me había acercado a Ryder para obtener una loca y rara historia de amor como lo habíamos hecho, me había acercado a él para chantajearlo y que me ayudase de manera inconsciente a destruír a La Élite.

Y finalmente, recuerdos de cómo había dado mi primer beso con Ryder. Recuerdos de cómo me acariciaba con gentileza cuando estábamos a solas. Recuerdos de cómo me ayudó a superar etapas de mi vida. Recuerdos de cómo le entregué mi virginidad se repetían una y otra vez en mi cabeza. Todos aquellos eran recuerdos hermosos.

Así que, sabía que no había manera en la cual yo lo lastimara de alguna forma. Mucho menos destruyéndolo como a los demás.

Pero eso no quitaba el hecho de que aún necesitaba finiquitar mi plan. Solo me quedaba por destruir a dos integrantes de La Élite. Briana y Christopher.

Y vaya que me hubiese encantado ir de una vez por todas a por Briana, pero aún no tenía nada útil con qué destruirla. Tampoco me la veía fácil de que lo consiguiera pronto.

Por lo tanto, eso significaba que mi próxima víctima sería Christopher, por más que no lo quisiera. Destruirlo sería tan fácil como enviar en un sobre anónimo a la prensa de la cédula de identidad que le pertenecía a su hijo y que yo poseía en mi poder. Y eso también significaba perder a Eva. Pero no podía quedarme sin hacer nada. Además, podría mentirle a Eva y decirle de que había sido la persona que me acosaba la que había filtrado el hijo de Christopher, la misma persona misteriosa que me había puesto los pelos de gallina al enviarme ese correo.

— ¿Dónde te habías metido? Te llevo buscando ya casi una hora —se quejó Ryder ni bien me acerqué hasta él.

Rodé los ojos.

— ¿Ahora ya no tengo privacidad o qué? —pregunté bromeando—. Escucha, sé que me extrañas y que no puedes vivir sin mí, ya lo sé todo.

— Tienes toda la razón, mi hermosa —sonrió y me tomó de la cintura para atraerme hacia él y besarme.

Lo que él no sabía era que yo lo extrañaba y quería mucho más. Tal vez más de lo que debería.

— No, en serio, te he estado buscando como loco —dijo cuando nos separamos.

— ¿Por qué?

Frunció el ceño.

—¿No sabes qué fecha es hoy, no es así? —preguntó aburrido.

— Pues, no.

— ¡Esto es el colmo, bebé! ¡Inaceptable! ¡Hieres mi corazón, pedazo de animal!

Peligrosa ObsesiónWhere stories live. Discover now