Capítulo 12 "Nuevos rostros y sorpresas"

2K 163 85
                                    

C A P Í T U L O 12
"Nuevos rostros y sorpresas"

De acuerdo, ya estaba harta de seguir fracasando. Debía esforzarme más si en realidad quería averiguar quién rayos era el chico misterio con el que Trina salía. No podía ser posible que, hace más de una semana y media que sabía que salía con un chico y que intentaba averiguar quién rayos era. Pero, con todas las distracciones que había tenido estos últimos días, me había resultado casi imposible seguir a Trina para ver con quién estaba saliendo. Porque, La Élite aún no parecía confiar aún lo suficiente en mí para hablar de ello en mi presencia.

—¿Hola?— preguntó Eva, agitando su mano frente a mi rostro a la vez que me alejaba de mis pensamientos—. Tierra a Elizabeth.

—Lo siento— murmuré, agitando mi cabeza para aclarar mi mente. Eva me lanzó una mirada de reproche.

—No escuchaste nada de lo que había dicho, ¿cierto?— preguntó de nuevo, aunque parecía ya saber la respuesta.

Negué con la cabeza y le dirigí una sonrisa de disculpa.

—Diablos, en serio debes dejar de divagar. Lo haces muy seguido, Liz y comienza a asustarme— murmuró juntando sus cejas mientras miraba su recién hecha manicura—. En fin, te estaba diciendo lo mucho que me divertí el sábado.

Y a mí me gustaría no hablar de ello nunca, pensé.

—¿Conseguiste llegar a algo más con Christopher?— pregunté, tratando de alejar su atención de mí. Eva seguro no dejaría de hacer preguntas de por qué me había ido ese sábado.

—La verdad es que creo que no sabe mi nombre, aunque me cueste admitirlo— sus ojos perdieron un brillo al decirlo, casi como si en realidad la afectara ese hecho—. Pero creo que me conformaré con haber llegado a la quinta base con él.

Me sentí enferma al escuchar sobre la quinta base. A penas había llegado a la tercera y no pude más. Debería evitar jugar al juego de La Élite. Porque, para mí, había sido todo menos divertido.

—¿Viste que soy la mejor amiga que pudieras tener?— pregunté, elogiándome con una sonrisa y Eva me rodó los ojos.

—Debo admitir que gracias a ti, tuve la mejor noche de mi vida— sonrió para sí misma—. Claro, hasta que pueda acostarme con Christopher. Esa será la mejor noche de mi vida.

—¡Eva!— regañé, haciendo una mueca, totalmente asqueada por los pensamientos oscuros de mi mejor amiga. Eva rió y yo sacudí mi cabeza, tratando de alejar esos pensamientos.

Por algo no mentía cuando decía que Eva y yo éramos polos opuestos. Física y mentalmente.

—Liz, ¿tus raíces están más oscuras o solo soy yo?— preguntó cuando dejó de reír y se acercó a ver mi dorado cabello. Abrí mis ojos como platos.

Mierda.

—Eh, no— espeté, alejándome de Eva, que me miraba con confusión—. Dices unas cosas tan locas a veces, Eva.

O tal vez no tan locas porque hoy tocaba que me retocaran las raíces, pensé.

Debía decirle a Lorena que programe las citas de tinte más seguido para evitar estos problemas. Porque, era cierto. Mis raíces cafés se realzaban cada vez más y no solo Eva comenzaría a notarlo.

Peligrosa ObsesiónWhere stories live. Discover now