104. BEE

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104ALBUM: El bañoCANCION: Leiva – La llamada

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104
ALBUM: El baño
CANCION: Leiva –
La llamada

Entré al baño de señoras sintiéndome bochornoso.
Quizá había colmado la paciencia de todos aquella noche, pero seguía firmemente convencida de que yo tenía razón y que Bianca no podía cambiar. Vale, quizá sí, pero ya estaba un poco harta de que todos me hicieran daño de una forma u otra.

Me eché agua fría en la cara un par de veces hasta que oí la puerta abrirse, a través del espejo vi detrás de mi a Bianca, su mirada se encontró con la mía y yo resoplé.

— Supongo que habrás disfrutado del espectáculo.

Ella sonrió y se acercó a la pila a lavarse la mano.

— Un poco, pero solo porque te estás portando como una zorra rencorosa.

Me reí a carcajada limpia.

¿Ahora se suponía que la zorra era yo?

—¿Perdón?

Ella también se rio y se aplicó un capa de gloss rojo a los labios.

— Cuidado Bee, la locura es congénita.

Abrió los ojos como platos de forma locuaz como si quisiera ser chistosa.
Resoplé.

— Seguro, aunque creo que lo tuyo viene por parte de padre bonita, no hay mujer más cuerda que mamá.

Ambas nos reímos porque no era del todo cierto. Mi madre también tenía sus ataques de locura, aunque no más que una persona normal y corriente.

— Va, en serio, quiero hacer las paces— sentenció ella poniéndose seria de pronto.

Dejé de reírme y le inspeccioné unos segundos.
Seguía sin creerme que estuviese embarazada, no podía apartar ese sentimiento de inseguridad hacia el pequeño ser que estaba creciendo en su interior. Ojalá estuviese cambiando de verdad, sino le sería muy difícil la vida a su lado.

— Me lo pensaré, no me presiones, necesito reflexionar sobre toda esta locura que es ser tu hermana—dije con sinceridad.

Necesitaba tiempo y espacio para perdonar, no podía decir que sí si en el fondo todavía tenía dudas y miedo. Podía intentarlo, pero iría con pies de plomo, esa vez estaría preparada y no me iba a dejar amedrentar y mucho menos iba a salir corriendo sin antes darle su merecido si las cosas se torcían.

— De acuerdo, sin presiones.

Forcé una sonrisa y me metí en uno de los cubículos del baño parar hacer pis. En el corto tiempo que estuvimos en la mesa me bebí tantas copas de vino que al final me estaba meando encima, había que evacuar.

— Mamá ha estado triste en navidad, se nota que te ha echado de menos.  —Oí la voz de mi hermana en el cubículo de al lado.

Por Dios, no se podía ni mear en paz.

Tiré de la cadena y salí a lavarme las manos, cuando estaba a punto de secarlas oí la puerta abrirse y unas risas femeninas me hicieron girarme.

— Que sí, era Laura, la que se acabó casando con el abuelo de tu ex—decía una voz chillona. En cuanto vi que la otra mujer que acaba de entrar se trataba de Rachel, corrí hacía los cubículos a esconderme. En ese instante Bianca abría la puerta del suyo. Me metí con ella rápidamente y cerré la puerta.

—¿Qué...?

Le tapé la boca con mi mano abruptamente. No hizo ademán de apartarse, solo frunció el ceño y se mantuvo quieta, mientras yo pegaba la oreja a la puerta para oír de qué hablaban las mujeres que acaban de entrar.
¿Estarían hablando del abuelo de Wesley? ¿Cuántos ex tendría esa chica en la ciudad!

—¿La abuelastra de Wesley? —El acento de Rachel estaba grabado en mi mente a fuego—. ¿Y qué le oíste decir que tanto apuro te hace por contarme?

— Ya sabes que frecuento el club de Tenis hace ya unos años...

—Mm.

Bianca se enderezó contra la pared falsa del baño, pero no le destapé la boca. Quería saber qué tenían que decir de la mujer del abuelo de Wes. Por mi cabeza pasó una escena muy erótica de la susodicha en el vestuario de chicas, recé para que no fuera eso, sino no podría volver a mirar a Wesley sin contarle. ¿O ló mejor era callarme y no meterme en culebrón ajeno?

— Pues le oí comentar a Laura a una de sus amigas que su marido se iba a jubilar e iba a dejarle el imperio a su nieto.

Silencio.
Hasta podía oír a los grillos en mi cabeza haciendo «cri cri, cri cri, cri cri».
Silencio.

Intercambié una mirada de circunstancia con Bianca, podía notar como una gota de sudor se resbalaba desde la raíz de mi pelo y acababa en mi mejilla mientras que fuera nadie decía nada.

Mierda. ¿Nos habrán descubierto?

Feliz miércoles bombones!
Ya estamos llegando a lo que estaba escrito de la otra vez, al haber empezado a corregir, redactar y hacer cambios ya no son 111 como salía a algunas, ahora son 107 y en cuanto lleguemos a ese capítulo empezaré a subir siempre que escriba algo. Como en los otros libros💜
Gracias por manteneros paciente mientras hacía los cambios y por estar ahí apoyándome! Sois los mejores💕

ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEWhere stories live. Discover now