63. BEE

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63ÁLBUM: AbejitaCANCIÓN: Arctic Monkeys - Do I Wanna Know?

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ÁLBUM: Abejita
CANCIÓN: Arctic Monkeys - Do I Wanna Know?

Sus labios sabían a algodón dulce y su perfume me mareó unos instantes. Todo parecía haberse esfumado. Mi enfado se había disipado, la música se había extinguido, ni siquiera los balanceos de la cabina existían ya. En ese instante todo era él, yo y ese increíble beso. Nunca creí que un beso francés pudiese dejarme sin respiración de aquella forma.
En cuanto sus labios se despegaron de los míos la noria volvió a moverse, como si de alguna forma nos estuvieran dando una oportunidad, aunque lo más seguro era que se hubiera parado para que alguien más subiera.

—No deberías preocuparte por esto, tu hermana no es mi tipo—susurró sobre mis labios mientras me miraba fijamente a los ojos.

Poco después se apartó de mí y volvió a mirar al techo de la cabina.
Mi cérebro tardó dos segundos en procesar todo y por fin pude respirar.
¿Por qué siempre que me besaba me dejaba sin aliento? Era injusto, aunque esta vez él también parecía estar sin aire. Sin embargo, lo más seguro era que debiese a la altura y no al beso.

—¿Y cuál es tu tipo exactamente?— le solté picada por curiosidad.

Él se rio y me miró.

—Nunca he tenido un tipo, siempre me han gustado todas...

Hice mueca.
Esa respuesta no era algo que una chica esperara oír.
—Aunque, desde que te conocí me gustan las locas desquiciadas... — se echó a reír al ver mi reacción ante esa frase. Le golpeé el brazo pero acabé riéndome un poco—. Antes de conocerte estaba acostumbrado a la gente «estirada» pero desde que nos conocemos me cabreas con tus actitudes infantiles y luego acabo encontrando cierta gracia en tus acciones.

—Que bonita declaración.

Él se puso rígido y serio de pronto.

Oh, oh.

—Es broma.

Me reí forzadamente intentando hacer que la situación no fuera tan incomoda.
Estuvimos en silencio hasta que bajamos de la noria y él salió rápidamente a vomitar en el cubo de basura más cercano.
Me acerqué a uno de los puestos y le compré una botella de agua.

—Toma...— Se lo entregué sin mirarle a la cara. Si le viera vomitar acabaría igual.

—Gracias...— Aceptó la botella y se la bebió de un trago.

—Menuda pinta tienes— le soltó Gabe apareciendo de la nada—. Hola Bee.

—Ey.

Le saludé levantando una mano en el aire mientras sonreía.

La fiesta siguió a ritmo vertiginoso mientras Emily me llevaba a todas las atracciones junto a sus amigas.
Sobre las ocho llegaron los chicos y aquello se revolucionó.
Eric, uno de los compañeros Emily en medicina no me quitaba ojo y eso me hacía sentirme incómoda sobre todo porque Wes no dejaba de analizarme. Estaba casi segura de que era tan idiota como para creer que me liaría con otro chico estando él allí.
¿Por quién me tomaba?

—¡Vámonos a la discoteca que estoes un muermo!—gritó uno de los amigos de Eric, quien a mi parecer era el más chulito del grupo.

Las chicas pegaron un grito eufórico mientras yo intentaba pasar desapercibida dando un trago a mi ron con Coca-cola.

—¿Te apuntas?— escuché la voz de Eric y le miré.
—Hum...
—¡Claro que se apunta!—chilló Emy un poco contentilla por los tragos que pegó al ron con Coca-cola.

Tuve que asentir sin poder negarme. Tampoco tenía como irme a casa, no tenía coche y había llegado allí con Emily.

—Si quieres te acercó a casa— me susurró Wes cuando nos dirigíamos todos a la salida.

—¿Seguro?

—Sí.

Sonreí aliviada.
No quería ir de fiesta, ni siquiera llevaba ropa adecuada para ir a una discoteca. No me dejarían entrar en vaqueros.

—Tu hermana me va a matar...

Él se rio mientras metía las manos en su abrigo. Hacía mucho frío.

—Deja que de ella me encargo yo.

Y así lo hizo. Habló con ella y ésa accedió en dejarme ir.
Mientras ellos hablan Eric se me acercó como una gacela a punto de atacar a su presa.

—¿No vienes abejita?

Sonreí de lado. Odiaba que me llamaran así.
¿Tan difícil era llamarme solamente Bee? Sin motes, ni nada.

—Nop.

Por el rabillo del ojo observé como Wesley volvía hacia nosotros a paso tranquilo.

—Bueno, en este caso, espero verte otra vez por ahí abejita.

Antes de que pudiera decir nada me dio un beso en la mejilla y se largó.

Me quedé de piedra, sin reaccionar. ¿A qué venía ese gesto tan... «cercano» cuando le acababa de conocer?

—No sabía que te fueran los macarras «abejita».
El tono burlesco de Wesley me hizo reaccionar y puse los ojos en blanco.

El tono burlesco de Wesley me hizo reaccionar y puse los ojos en blanco

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ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora