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25ÁLBUM : EntrevistaCANCIÓN: Xo - John Mayer

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ÁLBUM : Entrevista
CANCIÓN: Xo - John Mayer

Al día siguiente revisé el correo por si tenía alguna contestación sobre la entrevista que me había recomendado Eve.
Nada más llegar a casa preguntó si lo había mirado, le comenté todo lo que había hecho y le pareció interesante que pusieran una encuesta a rellenar. Según ella nunca se hacía algo así, con que le resultó curioso. También le comenté sobre mis dudas, ya que no tenía ninguna clase de experiencia previa.
Me animó a ir a la entrevista si me aceptaban para la siguiente ronda. Tenía razón, no tenía nada que perder, por mucho que me diera algo de miedo que me preguntaran sobre mis experiencias en el sector y que me tocara contestar: ninguna, debía al menos probar suerte.

Volviendo a la parte en la que estaba abriendo mi correo electrónico para comprobar si ya había alguna respuesta a ello.

Nada más encender el ordenador activé el álbum: Acústico Relax.

Empezó a sonar XO de John Mayer. Era una cover de Beyoncé, pero me gustaba mucho más en la voz de John.

Cuando Gmail se abrió por fin, tenía tres correos, uno con la factura de unos libros que había comprado la noche pasada por Amazon, otra de correo basura y otra de JJC Enterprise. Frunciendo los labios lo abrí, era la empresa que necesitaban una ayudante de secretaria.
¿Qué clase de secretaria necesitaba una ayudante? Esperaba poder averiguar la respuesta a esa pregunta.

Estimada señorita Cohen, hemos leído su encuesta, debemos decir que sus palabras nos han llamado la atención hasta el punto de dejar de lado la poca experiencia referente a su CV. Este miércoles a las 17:00 pm estaremos entrevistando posibles candidatos para el puesto y nos encantaría contar con su presencia.
Un cordial saludo.


— ¡Sí! — grité a todo pulmón.

Me habían aceptado, me habían aceptado no me lo podía creer.

—¡Sí, sí, sí!
Unos segundos después una Katz adormilada se asomaba por la puerta de la habitación y me miraba con ojos hinchados y achinados.

—¿Podías tener tus orgasmos en silencio como una persona normal? Por favor.

Me eché a reír. No me había fijado que eran las seis y media de la mañana.

—Esto es mejor que un orgasmo, les ha gustado las respuestas de mi cuestionario.

Ella se apoyó en el umbral de la puerta y bostezó.

—¿Eing?

A esas horas las neuronas de Katz todavía no llegaban a funcionar. No me sorprendía, yo también andaba un poco lerda, además tenía un hambre terrible.

—Los de la entrevista.

Me levanté y fui hacia ella con intención de irme a la cocina a preparar el desayuno.

—¿Qué entrevista?

—Para trabajar de ayudante en JJC Enterprise.

—No te sigo.

Suspiré. ¿Sería sonámbula?

—Calla y siéntate. Haré él desayuno.

Cuando llegamos a la cocina revisé los armarios buscado café para prepararle uno bien recargado. Katz no solía tomar café, o al menos en casa no lo hacía, pero le vendría bien un poco para despertar.
Hice sándwich de mermelada y mantequilla de cacahuete para ella y para mí, más una taza cargada de café.

—¿Una entrevista? — Rompió el silencio después de un largo rato mirando a la nada, con la humeante taza de café entre manos—. ¿Cuántas llevas ya? ¿Veintidós?

La miré fijamente.

—Es la tercera, petarda.

Ella se rio y negó con la cabeza.
A veces tenía la leve corazonada de que a esa chica se le iba la pinza, eso o vivía en un mundo completamente paralelo al de los demás. Aunque a mí me encantaba su locura, era refrescante, a veces.

—Pues mucha mierda. por cierto, esta tarde vendrá alguien... ¿Podrías no aparecer de las cuatro a las ocho?

Erguí una ceja y luego jugué a subirlas y bajarlas en plan cómico.

—¿Te has echado novio? Uy, uy, uyyy. ¿Cómo se llama? ¿Es guapo? ¿Bueno en la cama?

Ella soltó una estridente carcajada.

—La curiosidad mató al gato, abejita Maya.

Puse cara de disgusto, haciendo puchero.
¿Por qué no contestaba a mis inocentes preguntas? Quería ponerme al día con los cotilleos de mis compañeras de piso, pero me tocaba ducharme y alistarme para ir a la universidad. Antes de salir por la puerta solté:

—No soy ninguna abeja.

—Bee, Abejita Maya. — Volvió a mofarse de mi nombre. Vale, el diminutivo de mi nombre era abeja en inglés, pero era de críos mofarse de mí por ello.

Indignada me dirigí al ascensor, lista para coger el abarrotado metro un día más.

Me salté la última clase para ir a cambiarme, necesitaba estar decente para la entrevista.

Había enviado un mensaje a Eve pregúntale si podía coger uno de sus modelitos para la ocasión y sin dudarlo me dio el visto bueno.
Tenía media hora para arreglarme. Katz había pedido que no estuviera a partir de las cuatro y eran las tres y media.

Corrí hacia el inmenso closet de Eve y eché un vistazo. Tenía tanta ropa que no sabía por dónde empezar a mirar. Me decanté por el modelito clásico de secretaria; falda de tubo negra y una camisa blanca y americana. Sólo me faltaban las gafas gatunas y estaría lista para una película porno.

Quería ir sobre seguro.
Prefería un look clásico que equivocarme con uno moderno. Me vestí rápido, fui al baño y miré el desastre que tenía por pelo.
Después de los terribles errores de Eve con mi pelo, me había visto obligada a teñirme por primera vez en la vida. Me había decantado por un castaño claro, el impacto había sido igual de grande que el verde o el morado.
Estaba tan acostumbrada a mi pelo rubio que me sentía rara, pero con los días me iba acostumbrando. No me quedaba otra.
Me hice una cola de caballo, cogí mi bolso y me di prisa en salir.

Faltaba cinco minutos para las cuatro y JJC Enterprise no estaba tan lejos. Una parada de metro y estaría a dos manzanas de la multinacional.
Cuando llegué, me paré en la acera, delante del imponente rascacielos y miré hacia arriba. Estaba casi segura de que el edificio podía llegar hasta el cielo, o al menos eso parecía desde allí abajo. Embargada por los nervios y el miedo di un paso hacia la entrada del edificio.

ACCIDENTALMENTE TUYA © 1º PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora