CAPÍTULO 31: EL COMIENZO DEL FIN

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CAPÍTULO 31: EL COMIENZO DEL FIN

Brittany se despertó en su cama. Miró a la cama contigua y vio a su novia durmiendo. La morena tenía una expresión de felicidad. Su respiración era lenta y pausada. La rubia recordó el momento en el que la conoció. Había cambiado tanto... Pero evidentemente era para bien. Ahora sonreía hasta dormida. Tardó mucho tiempo en ver la primera sonrisa sincera de la morena. Se sentía orgullosa de haber sido ella la persona que consiguió ese cambio en la latina. Pero lo que poca gente se daba cuenta era el cambio que había conseguido la menor en la rubia. Había perdido el miedo, se sentía con fuerzas de enfrentarse a lo que le viniera. Se sentía amada, valorada, querida, deseada... y sexy. Había perdido su virginidad con ella. Se lo había dado todo... y se lo seguiría dando. Si alguien un año antes le hubiera dicho cómo se encontraría en ese momento, no se lo habría creído. Se dio media vuelta para ver a su hermanastro. En esos momentos era él y quien le preocupaba. En el último mes había estado cambiando de animadora y en ese momento salía con Bree. Por lo demás, todo estaba fantástico. Su amiga Rachel estaba de vacaciones en Europa con Quinn. Recibía fotos del viaje, donde se veía a la pareja totalmente feliz. Marley y Kitty poco a poco se afianzaban en su relación. Parecía que las cosas funcionaban entre ellas. Drew y Wendy ya se habían marchado, la primera estudiaría en San Francisco y la segunda había conseguido una plaza en la Universidad de Columbia. Nadie sabía exactamente que había pasado entre ellas después de la fiesta de celebración de la victoria en los nacionales... Desaparecieron toda la noche, lo que no les haría dudar si no fuera porque ya se habían besado en una fiesta anterior. Por su parte, Sebastian salía con el amigo de Marley, de nombre James. Tina y Mike seguían juntos, al igual que Kurt y Blaine, eran las otras parejas dentro de sus amigos, el resto estaban solteros. Puck seguía como siempre, pensando en sexo, nada que no fuera de esperar. Artie estaba sumergido en uno de sus proyectos cinematográfico y Sam seguía con sus locuras. Mercedes seguía buscando a su hombre ideal, aunque parecía que podía tenerlo más cerca de lo que pensaba. Por último Santana y ella. Hacía dos semanas que habían vuelto de sus vacaciones en Los Ángeles. Habían pasado tres días solas, amándose y disfrutando de la privacidad del apartamento de Amanda. Los otros cuatro días restantes, los pasaron con la hermana de la morena, conociendo la ciudad y divirtiéndose con las bromas de la actiz.

De repente, sintió que Santana se movía. Se volvió para mirarla y la latina le dedicó una sonrisa sincera. Era pronto, las seis de la mañana y las dos estaban despiertas... Sigilosamente, Brittany cambió de cama y se acurrucó entre los brazos de su novia. No quería que pasara nada en ese momento, porque Finn estaba en la otra cama y Fred en otra habitación en la misma casa, pero eso no quitaba que ambas chicas sientieran deseo. Comenzaron con besos dulces, pero pronto subieron de intensidad. Había veces que simplemente no podían controlarse.

– Os estoy oyendo. – Advirtió Finn.

– Como si tu no hicieras lo mismo con Bree. – Reprochó la rubia.

– Pero no lo hago delante de vosotras. – Comentó el más alto.

Esa mañana todos desayunaban en la mesa cuando comenzó una conversación que se había producido a lo largo de esas dos semanas y que ponía nervioso a la morena.

– Ya tengo los formularios para las solicitudes del McKinley. – Dijo Fred.

– Genial. Va a ser maravilloso. Marley también se traslada allí. Vamos a ir todas juntas y ganaremos los nacionales y Santana y yo seremos las únicas que habremos ganado dos nacionales y eso nos ayudará a entrar en una buena universidad en Nueva York y buscaremos un piso que compartiremos y triunfaremos como actriz y bailarina y... – Se emocionó la rubia.

– Vale Brittany. A tus grandes planes les fallan dos cosas. Una, yo no me gradúo este año, sino el que viene y dos, yo no voy a ir al McKinley. – Interrumpió la morena.

– ¿Por qué? – Quiso saber la ojiazul.

– Cariño, mis padres me pagan el Carmel. Así se despreocupan de mí. Allí me dan de comer y tengo donde dormir. Está bien abusar de vuestra hospitalidad durante los fines de semana o el verano, pero ir a un instituto público implicaría tener que buscar un sitio donde vivir. – Explicó la menor.

– Santana, no abusas de nuestra hospitalidad, es un placer tenerte aquí. – Dijo Brenda.

– Gracias, de verdad, pero afrontemos la verdad. Aquí supongo un gasto que no os corresponde. Entiendo que me queréis y que me aceptáis. Pero una cosa es por unos días y otra... Además, ¿qué va a pasar el año que viene? Finn y Brittany se van... ¿Les vuelvo a pedir a mis padres que paguen el Carmel? ¿O me quedo aquí? Es todo mucho más complicado de lo que parece... No quiero ser una carga. Ni ahora ni dentro de un año. – Dijo la más baja.

– ¿Cuál es tu solución? ¿Que yo le haga pagar a mi padre la matrícula del Carmel? Sabes que quieren buscar una casa más grande para que al menos Finn tenga su propia habitación. – Añadió Brittany.

– Por mucho que me duela, la solución sería que tú fueras al McKinley y yo al Carmel. – Respondió cabizbaja Santana.

– No, eso no puede ser. – Dijo la rubia.

– ¿Se te ocurre algo mejor? – Preguntó la morena

– La verdad es que no...

Nadie dijo nada, no sabían que hacer. Por un lado entendían a la menor y por otro entendían a Brittany. La solución no era fácil. Ninguna de las dos cedería, sólo quedaba esperar que eso no afectara a su relación.

Yo Estaré Contigo (Brittana girlxgirl)Where stories live. Discover now