El cerebro sabe ignorar pero el corazón

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12 de marzo (5 meses):

Sakura:

Mediodía, yendo a comer al restaurant del acuario a donde Boruto no dejaba de insistir en ir porque se enteró que tenían un par de peces que se asemejaban mucho a los dinosaurios marinos. El pequeño estuvo corriendo de un lado a otro persiguiendo a los especímenes acuáticos que le parecían mas extraños en un cristal de más de 30 metros de largo...termine sentada observando a su padre seguirlo cual sombra.

-¡Papá! ¡Papá! ¡Mira!

Brincaba señalando con su manita hacia un pez enorme color azul con amarillo y verde...con garras en las aletas, las 4 aletas ¿Qué especie era...? No lo había visto...yo me especializaba en mamíferos terrestres más que todo.

-Ya lo vi cielo...ven vamos a comer...tía Sakura tiene hambre y su bebé también –alcé una ceja ¿Me estaba usando de excusa? El chiquillo accedió con un puchero, sí que tenía hambre pero no para arruinarle la emoción a un niño de 2 años.

-No me uses para cortarle la felicidad, terminara odiándome –susurre por fin caminando al restaurant.

-Es un niño, no siente tal cosa –reí...y menos siendo Boruto, sus 2 padres carecían de cosas como odio, desprecio o rabia eran...demasiado buenos.

Nos sentamos en la mesa pegada a la pared en donde se podía ver a los peces más grandes del acuario por una ventana. Leímos el menú antes que llegara el robot mesero.

Naruto pidió un jugo de naranja para su hijo y un refresco para él mientras que para mí un jugo de tomate en tono burlón. Luego cada quien ordeno su comida.

-No te extrañes si la niña sale roja.

-¡Hey! –le golpee el hombro, con delicadeza a mi concepto aunque él puso cara de dolor...dramático.

Los pedidos llegaron y comenzamos a comer, costo para que el niño apartara la vista del ventanal pero luego de 10 minutos accedió. Hablamos de trivialidades e indagamos en las aventuras del pequeño en su preescolar. Un cosquilleo extraño en mi estómago me hizo desviar la atención de mi sobrino a mi cuerpo, no era mi pequeña moviéndose. Torcí los labios ante una punzada ¿Cólicos? ¿Algo de la comida me cayó mal?

-¿Estás bien Sakura-chan?

-Sí sí, no te preocupes sigue con lo tuyo –cosas mías seguramente.

A medida que transcurrían los minutos me iba sintiendo peor...las punzadas pasaron a ser dolores, tenía escalofríos y la respiración un poco agitada. Algo no estaba bien...

-Ya vengo, voy al baño.

-¿Todo bien?

-Sí, tranquilo.

Llegué de milagro...

Todo me daba vueltas, necesitaba de las paredes para no desplomarme ¿Qué me sucedía...? ¿Intoxicación? Dios...mi bebé... Encerrada en un cubículo me exigí respirar profundamente pero con cada exhalación era como si botara parte del alma. Un violento espasmo me obligo a erguirme sobre el excusado sacando todo lo que llevaba dentro... No...esto no era normal, con manos temblorosas busque mi brazalete... Necesitaba ayuda...

"Naruto...ven al baño por favor...te necesito..."- Nunca me había sido tan difícil redactar un simple mensaje.

Luego de enviarlo volví a recostarme contra la pared del cubículo cerrando los ojos buscando estabilizar mi pobre cuerpo. Una extraña sensación me hizo activar mi vista...algo cálido que se extendía por mis piernas...con la respiración irregular y temblorosa baje la mirada encontrándome con algo que detuvo el funcionamiento básico de mi cuerpo...

El Resplandor de un Sueño (SasuSaku)Where stories live. Discover now