Si Se Puede Ser Más Feliz

340 20 16
                                    

~Cynnky_ Con Amor Para Tí~

Despertar cada mañana al lado de quien amas es una bendición y un regalo del cielo; abrir mis ojos y mirarlo allí junto a mi, sonreírle y alborotar sus rizos era mi rutina diaria desde que me convertí en su esposa hacía ya un año y medio, aunque el siempre tenía que irse a entrenar temprano, no se saltaba el desayuno conmigo a menos que fuera algo demasiado importante o estuviera fuera de la ciudad, eso era algo a lo que ya me estaba acostumbrando.

Era 6 de febrero, una fecha muy especial, así que lo dejé dormir un poco más, me levanté y me arreglé muy apurada para prepararle un desayuno digno de tan hermoso día, aún no terminaba y escuché que se había levantado; trataba de apurarme pero no podía, tenía que trabajar a media máquina debido a que el olor de la comida era algo que en los últimos días no soportaba, y menos en la mañana, así que, de vez en cuando tenía que hacer una pausa para respirar y no vomitar.  Justo cuando terminé de poner todo en la mesa, sentí ese abrazo de oso que me daba por las mañanas y que me hacía sentir tan amada.

— ¡Me dejaste solo en la cama! —me dijo al oído mientras me rodeaba con sus brazos.

—Fue por una buena causa, te preparé tu desayuno de rey... ¡Feliz Cumpleaños! —le dije y estampé un enorme beso en sus labios. — Deseo que seas muy, muy, muy feliz...

— ¿Se puede ser más feliz? —me preguntó, apretándome entre sus brazos— Te tengo a ti y eso es lo más importante, lo que más me hace feliz.

— ¡Bobito! ¡Estoy segura de que sí se puede ser más feliz! —le dije y rodé una de las sillas para que él se sentara — Caballero, ¿Me hace el honor de sentarse a la mesa conmigo?.

— ¡Claro hermosa dama! Me encantaría acompañarla, y ¡Tengo hambre! —dijo sentándose.

— ¡Eso no me extraña! —le dije y comenzamos a desayunar. Me moría de hambre, todo se veía delicioso, pero, tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para tragar y que el no notara mi incomodidad, lo menos que quería era preocuparlo en su cumpleaños.

El desayuno fue lindo y tranquilo, solo nosotros dos y Leon, nuestro perro y consentido, era tan especial para ambos y a veces teníamos que pelear con Max porque había aprendido a quererlo tanto que cuando nos visitaba siempre quería llevarselo a su casa. En fin, allí estábamos los tres, felices, sin contestar llamadas ni nada que nos distrajera, el resto del día él lo pasaría fuera de casa y en la noche, sus amigos y familia vendrian para darle una sorpresa por su día.

Después de terminar de arreglarse se fue y yo me quedé sola en casa, media hora después salí también para encontrarme con Rocío y Marion que, a pesar de que el tiempo pasaba, seguían a mi lado. Nos encontramos afuera del laboratorio clínico en donde el día anterior me había hecho una prueba de embarazo, pero por cosas de la vida, ninguna de las tres pudo pasar a recogerla antes de que cerraran el lugar, todo indicaba que el destino quería que justo ese día supiera si todo mi malestar de las últimas semanas se debía a que un pequeño Leoncito crecía dentro de mí.

La chica de recepción nos entregó el sobre y nos fuimos a mi auto, mis piernas temblaban, mi corazón latía a un millón de revoluciones por minuto, mis manos estaban heladas y tenía una sed intensa. En el camino al auto ninguna dijo nada, solo caminamos unos pocos metros y parecieron kilómetros y más kilómetros.

—Tienes que calmarte, Avril, si sigues  así te va a dar algo —me dijo Marion ya dentro del auto al ver que no podía controlar la velocidad de mi respiración.

— Ve practicando para el parto, inhala y exhala muy lentamente —dijo Rocío haciendo un gesto de relajación.

— ¿Parto? —le dije con cara de terror.

¿Por Qué No Te Olvidé? ~ Leon Goretzka 💙Where stories live. Discover now