Primera Cena De Navidad

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Mi madre fue tan "especial" en su manera de educarnos, si es que se podía decir que nos educó, que se encargó de hacerme ver la Navidad como una mera celebración en pro del comercio, por eso, realmente no sabía lo que era celebrar esa fecha como el resto de los mortales normales de la tierra, con Max era diferente, ya que a él mi padre si logró enseñarle a celebrarla y ¡Vaya que lo hacía!... Ese año, por primera vez, estaríamos él, Regina y yo juntos sin conversaciones sarcásticas y sin tanta incomodidad, habíamos resuelto nuestras diferencias y parecíamos una familia, ¡por fin!

Era el día la víspera de navidad, y casi nos congelábamos si salíamos de casa, me sentí culpable de ver a Leon tan abrigado, su costumbre era irse a algun lugar caliente y ese año lo había sacrificado por mi, a pesar de mi sensación de culpa, eso me hacía sentir amada. Mientras entre todos ayudábamos a Lola a preparar algo para la cena, sonó el timbre de casa de mi madre, donde pasaríamos la noche, su empleada fue a abrir y luego me dijo que había un señor esperándome en la sala, obvio supuse quién era y la mirada que Leon me dió fue fulminante, aún así fui a recibirlo.

No lo habia visto desde el día del beso en el hospital, había viajado a pasar unos dias con su hija antes de que su ex-esposa se la llevara de vacaciones.

—Hola —le dije un poco recelosa y muy seca. Él se acerco y me saludó de abrazo y yo me sentí incómoda.— ¡Me sorprende verte aquí — le dije luego.

—Acabo de llegar a la ciudad, queria verte y saber de ti ya que no contestas mis mensajes.

—He estado bastante ocupada —dije mirándolo seriamente.

— ¿Ni siquiera has tenido un minuto para hablarme?

—  No, de hecho casi no he hablado con nadie — y no era mentira, después de la noche del compromiso, Leon y yo adelantamos la luna de miel y estuvimos "bastante ocupados" y desconectados del mundo hasta ese día a mediodía que fuimos a casa de mi madre.

— ¡Oye! Yo no soy "nadie" —dijo acercándose— ¿Estás molesta por lo del beso? ¡Vamos, Avril! Me gustas, ya te dije, eres una adulta para ponerte así.

—Si, de hecho, lo soy. Y por eso me molesta tanto lo que hiciste, abusaste de mi confianza, pasaste un límite que conocías bien que estaba puesto y me hiciste lastimar sin querer a alguien realmente importante.

— ¿A tu ex? —me dijo.

— Si, a Leon —le dije— Nico, ¿Qué tan desconectado has estado del mundo? —le pregunté.

—Bastante ¿por qué? —preguntó

— ¡Porque no soy su ex! —escuché la voz de Leon detrás de mi. Nico me miró algo confundido y lo miró a él que tenía una taza de café en las manos y su típica y sexy cara de póker.

— ¿Volviste con este tipo? ¿Después de todo lo que te ha hecho? 

—Si —le dije y Leon me interrumpió.

—Me llamo Leon, ya te dije y lo que haya pasado entre ella y yo, es precisamente problema nuestro, no tuyo así que no te interesa. —dijo acercándose a él. Nico lo miró con expresión retadora y Leon se acercó más, entonces puse mi mano en el pecho de él para detenerlo y Nico se quedó mirando mi mano.

— ¿Es lo que estoy pensando? ¿No lo hiciste o si? ¿Avril, ese anillo es...?

— ¡Si! —le dijo Leon— es un anillo de compromiso. De Nuestro compromiso —dijo con una bonita sonrisa de niño malo y travieso q me hizo sonreír. Era tal cual como un León, tan territorial, tan protector, tan bello y sexy cuando defendia "lo que era suyo". —Y ya que lo sabes, puedes retirarte, estamos ocupados.

—No vine a verte a ti, vine por ella. —le dijo Nico, fastidiado.

—Pues ella es mi prometida, idiota y no tienes nada que hacer buscándola.

— ¡Ya, Leon! Dame unos minutos con el, por favor. —me miró de muy mala manera— ¡Por favor! —repetí y él dió un enorme suspiro y se fue al patio mirando muy mal a Nico.

— ¿Por qué lo hiciste? Él te hizo daño, te lastimó, nadie te garantiza que casada con él las cosas cambien

—Nico, es mi decisión y estoy feliz por haberla tomado, nada de lo que digas podrá cambiar la seguridad que tengo de haberlo hecho. Desde el principio fui clara contigo, siempre te dije que mi historia con él no había terminado, tú te creaste expectativas que yo no respaldé nunca... No te negaré que me pareciste guapo, pero de allí a querer algo contigo, no... Lo siento, pero Leon es mi vida y a  pesar de todo lo que pasó lo amo y creo que más que a mi... De verdad lo siento, pero es mejor que te vayas y que asumas el hecho  de que yo estoy y quiero estar con él.

Me miró con cara de incredulidad, se acercó y tomó mi mano— Estaba dispuesto a todo por ti, de verdad me gustas demasiado y ojalá no te arrepientas nunca de esto.

—No, no se arrepentirá, ella será feliz con él y tu irás a buscar a otra por alli porque mi hermana está ocupada y si no lo hubiese estado, jamás te hubiese dejado acercarte a ella —le dijo Max que no supe de dónde salió, pero mientras hablaba, caminaba hacia la puerta y la abría para que Nico saliera.

—Adios—dijo Nico y se fue, miró muy mal a Max mientras pasaba por su lado.

—Adiós, espero no verte nunca más, fue un placer correrte. —le gritó Max y cerró la puerta y me miró con los ojos entrecerrados — ¿Has visto alguna vez a un Leon con frio y enojado? ¿No? Ve al patio y será tu primera vez.

—  Del uno al diez ¿como cuánto enojado esta?

—Mmm... —se rasco la cabeza— como 68. Es que te pasas, Diciembre, ya ve a contentarlo.

— ¡Voy! No me apures —le dije y me fui al patio. Leon estaba parado  cerca de un árbol con las manos en los bolsillos y cara de pocos amigos. Me paré a su lado.

— ¿Ya se fue tu anciano? —me dijo sin mirarme.

— Max "lo fue"... Y no es mi anciano.

— ¿Si Max no "lo va" todavía estuvieras con él allí?

— ¡Leon Christoph Goretzka! Me voy a casar contigo, ya deja los celos, necesitaba cerrarle las puertas definitivamente.

— ¿Y no podías cerrararlas conmigo allí, Avril Meyer?

— ¡Mi amor ya esta! ¿si? —me acerqué y lo abracé, no se movió, pero cuando comencé a dar pequeños besitos en su cuello me rodeó con sus brazos— No seas bobito, sabes que te amo a ti y a nadie mas que a ti. Y que mientras tu existas, jamas tendré ojos para ningún otro. —Levantó mi cara con sus manos y me besó.

Un beso de celos, ya los conocía todos y los tenia clasificados por sentimiento, intensidad y sabor, aunque al final eso no era lo importante  si no el hecho de que yo era adicta a todos y cada uno de ellos y deseaba nunca perder mi adicción

—Ya te dije que no quiero nunca que tus ojos miren a otro, te amo demasiado.

—Eso no va a pasar, bobito. Yo te amo demasiado y soy extremadamente adicta a ti como para alejarne algún dia, y además, seré tu esposa hasta el día que te canses de mis berrinches y me lanzes por la ventana —dije apretando su nariz— Gracias por quedarte aquí por mí, por sacrificar tus vacaciones con tus amigos y aguantar este frio por estar conmigo.

—No agradezcas nada, no es un sacrificio, me quedé porque quise estar cerca de ti, y acompañarte y cuidarte, y consentirte —dijo riendo— ¡Pero sí! creo que nos congelaremos, asi que mejor entramos ya.

—Vamos, niño berrinchudo —le dije tomándolo de la mano y el tiró de mi brazo y me besó a manera de castigo.

— ¡No me llames así! Cada vez que lo hagas te castigaré.

— ¿En serio? ¿Ese será mi castigo?

— Si —dijo

— ¡Niño berrinchudo! —volvió a besarme— ¡Niño berrinchudo! —dije una vez mas y de nuevo me besó— ¡Niño berrinchudo! —dije, pero esta vez  me solté antes de que me besara y corrí hasta adentro de la casa y el me siguió... ¡Definitivamente, yo era feliz!

Estuvimos un rato más preparando la comida de la noche y Leon y Max salieron a "hacer algo importante", la verdad me causaba ilusión mi primera cena de navidad, me sentía como una niñita emocionada.


***LEON***

—Si Avril se entera de esto se va a enojar muchísimo contigo. —me dijo Max mientras estacionaba su auto frente a una casa bastante grande propiedad de Nico Schäfer, el fotógrafo.

Después de haberlo visto en casa de Regina y que Avril me hubiese impedido ponerle un límite no me podía quedar con esa, así que como Max lo conocía, le pedí que me llevara a su casa

—Y contigo también porque tu me trajiste, además, yo se como contentarla. —dije levantando las cejas y él me golpeó el brazo con su puño.

— ¡No me des detalles, idiota! ¿Se te olvida que es mi hermana?

—Oye, tu pensaste mal, yo no hablaba de eso.

— ¡Ya! Bajate y haz a lo que viniste, hace frío y si tengo que llevarte al hospital, que sea temprano

— ¡Idiota! —le dije y bajé del auto y caminé hacia la entrada, toqué el timbre y mientras esperaba volteé a ver a Max que había bajado del auto y estaba recostado en un lado para mirar bien. La puerta se abrió, era Nico.

— ¡Vaya! El "Leon" vino a visitarme, hubieses avisado para prepararte algo. —dijo y yo reí.

—Mi madre me enseñó que solo a la gente importante se le avisa, a la gente Cualquiera, da igual.

— Y si no soy importante, ¿por qué viniste?

—No quiero verte cerca de Avril nunca más.

— ¿No  confías en ella?

—Mira, Nico, deja de rogarle, deja de buscarla, jamás tuviste ni tendrás un lugar en su vida. No es por presumir, pero ninguno de los que se le ha acercado ha logrado que ella deje de quererme, al contrario. Ella va a ser mi esposa y madre de mis hijos, está feliz, está sana y eso es lo único que me importa y haré lo necesario para impedir que cualquier persona altere su estado, eso te incluye a ti. Por el bien de los tres, no te le acerques más, al menos no para pretenderla.

—Te voy a advertir una cosa, a la primera que te tropieces allí voy a estar para ponerte el pie encima e impedir que te levantes. —dijo y yo reí.

—Sigue soñando. Intenta algo y verás.

— ¿Me amenazas?

—Te advierto. —dije y me di la vuelta, di dos pasos y me detuve porque lo escuché hablarme, Max se habia acercado bastante.

— ¿Avril sabe que viniste? Porque te aseguro que se molestará mucho.

— Tranquilo, viejo... Literalmente —dijo Max sonriendo— Él sabe como contentarla, cosa que tú, ni en tus mejores sueños podrás hacer. —dijo y se dio la vuelta y ambos comenzamos a caminar hasta el auto, le saludamos con la mano y nos subimos. Volvimos a casa de Regina.


EN LA CENA

—Se supone que hay que dar gracias, ¿No? —Preguntó Regina después de sentarnos a la mesa para cenar.

A pesar del tiempo que llevaba conociéndolos, era nuestra primera cena de navidad juntos, estaba ella, Lola, Max y Rocío, Avril y Yo y por supuesto, a un lado de la mesa, León que también era parte de la familia y no podíamos dejarlo sólo.

—Si, se supone. —dije sonriendo porque de verdad era algo muy nuevo para ella— ¡Pero no lo haré yo!

— ¡No, lo hará Max! —dijo Rocío y él la miró desconcertado.

— ¿Y como se supone que se "dan las gracias"? —preguntó Max.

— No se, Rubiecito, solo dilo y ya —le dijo Avril riendo.

— ¿Hay que cerrar los ojos y juntar las manos? — Volvió a preguntar Max.

—Si —le dije— Y hablar en voz alta, pero comienza ya, porque se va a enfriar todo— Él me miró con los ojos entrecerrados, negó con la cabeza, humedeció sus labios a tiempo que cerraba los ojos y juntaba las manos. Los demás también hicimos lo mismo.

— Ok. Dios, soy Max, espero que estés bien. Ehhh... Bueno, quiero darte las gracias porque estamos en esta mesa hoy, a pesar de que este año nos has hecho pasar uno que otro problemita, y muchos problemotas, pero hoy estamos juntos. Gracias porque Regina está bien, digo, mamá está bien. Gracias porque no mataste a Avril, gracias porque iluminaste el cerebro de Leon y ahora ellos se casarán y tendran 16 hijos. gracias porque Rocío no se fue a Colombia y no me abandonó. Gracias porque Lola es la mejor nana del universo y nos la mandaste a nosotros. ¡Ah! Gracias por mi sobrino perro que ya no come zapatos y sobre todo, gracias por haberme hecho tan guapo y especial. ¡No es cierto! Quería hacerte reír, pero ya hablando en serio, gracias porque hay muchos que hoy desearían estar sanos, juntos, enamorados o al menos tener un bocado de pan y no pueden, pero nosotros si tenemos ese regalo. Gracias por ser tan genial con nosotros. Amén.

Esa fue la acción de gracias más extraña que había escuchado en mi vida, pero sabía que Max era Max y que todo lo que saliera de él sería diferente y original. Todos contestamos "Amén" al unísono y nos reímos de la oración, pero Avril miró a su hermano con esa cara de complicidad que solo ellos entendían y él le sonrió. La verdad, extrañaba a Berit y a mis hermanas, pero el hecho de tener a la mujer de mi vida sentada a mi lado me hacía sentir pleno.

La cena transcurrió entre bromas y recuerdos de los Meyer cuando eran niños, una que otra historia de Rocío, explicaciones científicas de Regina de por qué no existe la navidad y de Lola tratando de decir cosas en español.

Despues de cenar y pasar un rato en familia, Max, Rocío, Avril y yo salimos a bailar un rato a una de esas fiestas que los clubes organizan por navidad. Bailamos hasta el cansancio, bromeamos, y volvimos a vivir esos momentos de años atrás, esos que nunca debieron haberse interrumpido, o quizás si, sólo después de todo lo que pasamos pudimos darnos cuenta de cuán fuerte y resistente era el vinculo que nos unía.

Avril y Rocío se desaparecieron un rato y cuando volvieron solo dijeron que "se distrajeron con una gata en el baño", no entendimos pero les seguimos la corriente; ya muy en la madrugada volvimos a casa.


Después de entrar y ver el terrible estado en que estábamos los cuatro, Rocío y Max se quedaron dormidos en el sofá y Avril... Avril se veía hermosa aún cansada, estaba mirando la nieve caer a través de la ventana y yo me paré detrás de ella y la abracé.

— ¿Quieres ir a la cama? —le pregunté.

— ¿A dormir? —me dijo.

—Si, ¿A qué más? —le dije besando su cuello.

— No lo se, dímelo tú.

—Tienes carita de sueño... Pero, puedo cambiar eso.

— ¡Cambialo! cansada—dijo volteándose hacia mi.

—Ok, pero primero, quiero preguntarte algo: ¿Por qué después de la "oración" de Max, ustedes se miraron de esa manera?

— Porque, él me estaba cumpliendo una promesa de hace muchos años.

— ¿En serio? ¿Cuál?

—Si, pero eso es un "Mayer-secreto" y por lo tanto es entre nosotros dos y no pienso decírtelo.

— Te apuesto que antes de que salga el sol me lo dirás y con una gran sonrisa en tu boca —le dije y la besé.

—No lo creo, no hay nada que puedas hacer para convencerme. —apretó mi nariz— Estoy feliz de estar así contigo. —dijo y mordió su labio inferior. Tomé su mano y la conduje por las escaleras hasta la habitación.

Sabía que no era "el lugar correcto", estábamos en casa de su madre que aún se recuperaba, pero mi cuerpo necesitaba el suyo, lo pedía a gritos. Tenerla entre mis brazos y sentirla temblar de esa manera, no hacía más que aumentar mis ganas por ella, quería que con cada beso y cada caricia, sintiera lo feliz y seguro que estaba por tenerla. Mientras le hacía el amor, agradecía al cielo por haberme hecho recapacitar de mis tonterías, pero sobre todo, porque ella fue capaz de perdonarme y aceptarme nuevamente y lo más importante, ¡rogaba!, rogaba con todas mis fuerzas no fallarle nunca más, poder hacerla feliz cada dia y hacer que cada minuto de su vida fuera el mejor.

— Te amo —susurró a mi oído con la voz entrecortada. Por un breve instante miré sus ojos y ella miró los míos.

— Yo te amo más. —le dije y luego de eso no hubo más palabras, solo besos, caricias, gemidos y miradas que decían mucho más que las palabras, ese era nuestro idioma favorito.

*********

Buenas, buenas!!! Como han estado???

Me tardé un año en actualizar, lo se, soy muy mala, no tengo perdón... Así que solo paso por aquí a decirles que las quiero mucho y les agradezco su apoyo y que siempre que me pierdo y vuelvo, están allí.

Espero que les haya gustado, perdón por lo aburrido, no soy muy navideña que digamos.

Besos! Las leo en los comentarios.

¿Por Qué No Te Olvidé? ~ Leon Goretzka 💙Where stories live. Discover now