El Regaño De Una Madre

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Llegar a casa, siempre había sido una de mis partes favoritas de la vida, ese era simplemente el mejor lugar, ese donde podía descansar, y estar realmente en paz. Cuando llegué, mamá preparaba la cena, el abuelo estaba encendiendo la chimenea y Luisa jugaba con su celular; todos se sorprendieron al verme, puesto que por primera vez no había avisado que iría, pero igual estaban felices de verme, tanto como yo estaba de estar allí.

— Leon, ¿por qué no me avisaste? —me reclamó mamá dándome un beso en la frente.

—Lo siento, no lo pensé mucho, solo metí la ropa y conduje a acá.

— ¿Estás bien? ¿No tienes que entrenar mañana? —preguntó y yo le expliqué lo de mi lesión.

— ¡Lo siento! pero te pondrás bien, ya verás. Ya está la cena, llegaste justo a tiempo, ve a lavarte las manos.

Mamá siempre me mandaba a lavar las manos como si aún era un niño, creo que aún no aceptaba que era el más pequeño de la familia y fui el primero en dejar la casa cuando me mudé a otra ciudad para jugar fútbol, igual amaba eso de ella, siempre tan pendiente y atenta ¡Era la mejor!

Durante la cena bromeamos mucho, sobre todo Luisa y yo, nos reímos de casi cualquier cosa, era genial estar allí con ellos. Ayudé a mamá a lavar los platos, Luisa fue a ducharse y el abuelo se fue a dormir porque ya estaba cansado, así que ella y yo fuimos al patio trasero y nos sentamos allí aunque hacía bastante frío; al principio estábamos bastante callados, hasta que ella rompió el silencio.

—Pensé que la próxima vez que vinieras, lo harías con una sonrisa de oreja a oreja y con tu mano sujetando la de Avril.

—No quiero hablar de eso, no ahora —le dije cerrando los ojos.

— ¿Qué pasó? —me dijo calmadamente como si no hubiese escuchado lo que le dije.

—Mamá, en serio no quiero hablar de eso ahorita.

—Leon, es mejor ahorita que hay solución, a que lo hagas mañana cuando quizás no la haya.

— ¿Por qué dices eso? —le dije sentándome muy cerca de ella.

—No lo sé, porque a los problemas no hay que darles largas, no se que pasó contigo y ella después de esas fotos en Internet, pero por tu cara y el que hayas venido y solo, me hace pensar que algo pasó.

Fui sincero y le conté todo, desde la razón por la que aquel día Avril y Melissa se pelearon, hasta lo que Avril me dijo en casa de Marion cuando le pregunté si había sido ella.

— ¿Cómo estás tan seguro de que fue ella? —preguntó.

—Se supone que acabo de decírtelo.

—Sí, pero yo también podría decirte que lo hice sin haberlo hecho. ¿me creerías?

— ¡Claro que no! Tú no lo harías. Además, ella era la única con esa información que quería molestarla, ya te dije.

—Obviando eso, ¿si yo también la tuviera y te dijera que lo hice, me creerías?

—No, mamá. —le dije fastidiado.

— ¿Confías tanto en mi? ¿Por qué?

— Obviamente, porque eres mi madre y me amas.

— ¡Exacto! —dijo chocando sus manos— ella es tu novia y te ama, no creo ni un poco que ella lo haya hecho, pero si tu insistes en creerlo, está bien, quizás tengas tus razones, pero te digo que tú la conoces, mejor que yo y que muchos, es tu decisión creer o no. Por mi parte, para mí, ella no lo hizo.

Sus palabras me confundieron y me enojaron un poco, nadie más que yo había visto la mirada de Avril cuando me dijo que lo hizo, sus ojos de rabia y enojo, ella dijo que fue y simplemente, todo la acusaba. ¡Dios! Estaba harto de todo eso.

—Fue ella, mamá. —dije secamente.

¿Por Qué No Te Olvidé? ~ Leon Goretzka 💙Where stories live. Discover now