Cuando Lauren abrió la boca para responder, se vio forzada a cerrarla. Un hombre de unos veintiséis años, con ojos claros y una barba perfectamente afeitada, había llegado al lado de Camila y colocado su brazo posesivamente sobre sus hombros.

A Camila tampoco pareció agradarle que su conversación haya sido interrumpida, pero sin embargo sonrió. Lauren pensó en que su sonrisa no parecía genuina.

-Hola.- Saludó, antes de mirar a Camila y hablarle muy cerca del rostro.- Me dejaste tirado en ese lugar con gente que conozco, Mila.

Camila tuvo que reprimir una risa. Lauren sonrió con cortesía antes de decirles:

-Bueno, ha sido un gusto verte otra vez, Camila. Y un placer conocerte...

-Andrew- Completó.- Igualmente...

-Lauren.-Dijo con seriedad.- Debo irme ahora, me están esperando.

Le dedicó una última mirada a Camila antes de marcharse, y mientras caminaba volteó una vez más. Andrew le hablaba al oído mientras la morena no despegaba los ojos de Lauren. Entonces ella sonrió, porque aún había algo.

Al llegar a su casa aquella noche, Lauren vio que en su celular había un mensaje de Kat, la chica con la que había estado saliendo.

No respondió, y se acostó a dormir. En sus sueños no aparecieron los ojos azules de Kat, si no aquellos color café que había visto hace unas horas y recobraron la nitidez perdida en sus recuerdos en los últimos meses.

Al mismo tiempo, en la misma ciudad, Camila discutía con Andrew. Él la agobiaba con sus escenas de celos, y ella no pretendía soportar esas actitudes de parte de alguien que ni siquiera le importaba lo suficiente. Impulsada por la sonrisa que había ansiado ver por meses y reencontró aquella noche, terminó su relación con el chico de cabello rubio con las palabras:

-¿Sabes qué? Tal vez tengas razón, no me interesa mantener esta relación. Pensé que tal vez funcionaría ya que los dos veníamos de la misma ciudad a Londres, pero me equivoqué.

-¿Acaso te gusta alguien más?- Preguntó herido, parado en la sala del departamento de Camila. Ella pensó inmediatamente en Lauren y en que aunque solo hubieran pasado una noche juntas y nunca antes hubiera vivido algo parecido, sí era por ella.

-Tal vez. No lo sé. Y no mereces vivir así, tienes que estar con alguien seguro de su relación.

Andrew asintió, y cabizbajo se colocó su chaqueta.

-Lo siento.- Murmuró la latina por última vez, justo antes de que se cerrara la puerta. No derramó lágrimas por esa ruptura, pero sí se sintió mal por él. Igualmente, se quitó un peso de encima. Se dió una ducha y fue a dormir, aún acostumbrándose a volver a estar en su ciudad.

Dos semanas más tarde, Camila prácticamente hacía malabares con el vaso de café, el muffin y el teléfono en sus manos en la cafetería a la que solía ir siempre cuando se chocó con otra persona al darse vuelta.

-Lo siento, no vi por dón...- Automáticamente guardó silencio al ver de quién se trataba, y una sonrisa apareció en su rostro.

Lauren la miraba riendo, con un café en su mano y tomando el de Camila con la otra para ayudarla.

-Seguimos cruzándonos, Camila.- Dijo con una expresión divertida.

-Es cierto. Tal vez sea el destino.- Respondió, gestionando para sentarse en la mesa más cercana. Lauren la siguió, colocando los vasos en cada lado.

-Tal vez.- Dijo mirándola como solo ella sabía hacerlo, logrando que Camila baje la mirada por un momento antes de volver a enfrentarla.- ¿Esta vez estás sola?

Camila asintió.

-Andrew y yo... No teníamos futuro.

-¿Terminaron?- Preguntó con una pequeña sonrisa detrás de su café.

-Ajá.- Respondió Camila mientras comía de su merienda.- ¿Y tú por qué sonríes?

-Pues porque ahora estás soltera.- Respondió con tanta sinceridad que Camila se ahogó con su café, riendo después.

-¿Y tú estás con alguien, Lauren?

-Uh, no.- Respondió.- No parece haber ninguna chica dispuesta a aguantarme.

Camila la miró con intensidad, sonriendo luego pero intentando ocultarlo tomando de su vaso.

-¿De qué te ríes?- Fue el turno de Lauren para preguntar, con una sonrisa divertida.

-Estaba pensando...- Respondió, sintiendo la necesidad de ser sincera tras tanto tiempo esperando ese preciso momento.- No están dispuestas o tienen que irse a otro continente al día siguiente.

Lauren definitivamente no se esperaba esa respuesta. La sonrisa que apareció en su rostro fue tan amplia que hizo que Camila sonriera también.

Algunas parejas se enamoraban en un día, otras en semanas y a otras les llevaba meses. Para Camila y Lauren, doce horas habían resultado suficiente tiempo para enamorarse.

-¿Hablas de algún caso en particular?- Preguntó, bromeando divertida.

-No lo creo.- Respondió, recordando aquella noche.

-Lo bueno es que ya estás aquí.

Camila levantó la vista, mirándola con una sonrisa e intentando transmitirle cuánto había esperado tenerla en frente una vez más.

-Lo bueno es que ya estoy aquí.

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Holaaa,

¿Cómo andan?

Hace poco subí un oneshot que estoy casi segura a la mayoría no les llegó la notificación porque incluso a mí la publicación me dio problemas. No sé si fue un problema mío o de Wattpad, pero bueno, si no lo leyeron está publicado.

Espero que les guste al igual que este, y tengan un buen día.

Muchas gracias por leer,

Ivi.




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