Dejarte ir.

1.8K 101 9
                                    


Segunda parte de ¨Debo Irme¨.


Camila's POV 


Las lágrimas empapaban mis mejillas y el llanto conseguía que me costase trabajo respirar, pero no me importaba. No me importaría dejar de respirar o ahogarme en mis propias lágrimas cuando mi realidad era la que estaba viviendo.

Deseo con todas las fuerzas que mi alma alberga que este momento no sea más que una vil pesadilla, un sueño atroz del que pueda despertarme agitada y tomar el teléfono para escuchar su voz.

Pero la única agitación en la que seré partícipe será siempre aquella que tuvo su cuerpo en mis brazos antes de perder la vida por completo, antes de que el último ápice de vida que su cuerpo lograba contener se marche por el gemido casi mudo de mi nombre a través de sus labios.

Sus ojos se cerraron, y ese fue el detonante de mi dolor. El hecho de no poder ver jamás el verde esmeralda de su mirada, en el que se reflejaba cada uno de sus sentimientos, me dolía tanto como lo harían mil puñaladas al pecho, incluso más. En aquellos ojos se reflejaba su inmenso dolor, su sufrimiento, su miedo y su ''Adiós'' constante, pero lo que se superponía a cada uno de esos reflejos era el amor. Ella se enamoró de mí de la misma forma en que yo lo hice de ella, y yo lo sabía, lo sabía y jamás podré perdonarme el hecho de haberle causado dolor el día de su partida. 

Desde el día en que la conocí supe que no sería fácil, que su tristeza interna quizás no podría superar nunca el amor que yo podría inculcar en su corazón, pero también ella fue quien me enseñó a tomar riesgos, así que me entregué a su amor de fuego consumidor. Lauren fue quien me enseñó sobre amor y sobre felicidad incluso pasando por el peor momento de su vida, fue quien me daba una sonrisa sincera y única, porque éstas sólo aparecían a mi lado, sobre mis labios, y eran magia. 

Amé cada pequeño detalle de su ser, tanto su cuerpo como su alma y su mente. Sus ideales, sus pensamientos, sus miedos, sus alegrías, sus lágrimas, sus risas, sus monstruos. Aprendí a no intentar darles batalla, sino a darles flores. Aprendí que en lugar de intentar cambiar lo irremediable debía, aunque me pese en el alma recordarlo y me pesó a cada instante tener que hacerlo, disfrutar del tiempo que le quedaba junto a mí.

Ella creyó que ya me había hecho a la idea de decirle adiós, que no me dolería tanto perderla, que no sufriría la tortura de no volver a sentirla entre mis brazos, pero se equivocó. Cometió el error de pensar que ella no era indispensable en mi vida, porque ella es el pilar fundamental, y ahora mismo me estoy derrumbando. Su cuerpo inerte yace entre mis brazos, y su piel se está tornando fría, y sus brazos ya no rodean mi cintura, y su respiración ya no choca contra mi piel. 

Un grito gutural con su nombre se escapa de mi interior, pero el dolor no se va, él permanece y se multiplica a cada segundo que su ser pasa sobre mí. Su sangre cubre su cuerpo y parte del mío, al igual que mis lágrimas.

Desearía que no hayas tenido que sufrir tanto, mi amor. Desearía que tu vida no hubiera dado el cambio radical a la depresión, desearía haberte conocido en otras circunstancias, cuando la sonrisa constante no estaba sólo en mis sueños, y hubiéramos podido tener una eterna y feliz historia de amor.

Déjame corregirme, será eterna. Tú serás eterna, porque vivirás en mí para siempre, y cuando también yo deje de existir, espero haber llegado a la vida de al menos una persona y permanecer allí, y entonces no sólo seré yo. Somos eternas, Laur, y nuestro amor lo es.

La puerta del baño se abre con rapidez y los ojos de Dinah bañados en lágrimas anteceden a los de los enfermeros, quienes instantáneamente notan que ya no hay tiempo. Dinah cae de rodillas a nuestro lado y llora desesperadamente aferrada a tu mano, pero tú ya no entrelazas sus dedos como solías hacerlo.

Mis ojos no pueden apartarse de ti, de tu rostro. Tus facciones denotan paz, y eso trae una pequeña chispa de felicidad al abismo de mi tristeza, porque por fin estás tranquila, por fin puedes descansar de tu propia mente, por fin eres libre. 

Lo comprendí en ese instante, que debía dejarte ir. Lo comprendí pero no puedo aceptarlo, amor, porque dejarte ir significa despedirme de ti, de cada parte de tu maravilloso ser y de una inmensa parte de mí que se iría contigo. 

Tomaría el resto de mi vida recuperarme de tu partida, pero te deseo un buen viaje, bebé. Te echaré de menos, pero sé que nos volveremos a encontrar y entonces nuestro amor triunfará ante cada obstáculo.

 No era el momento para nuestro amor, pero el que me diste fue quien me entregó mis mejores momentos.


_______________________________


Gracias por leer, gente!! Prometo dejar de ser tan depresiva, a menos que quieran que siga siéndolo..

Besos, tengan un lindo día.

OneShots CamrenWhere stories live. Discover now